Duque, gremios y mayorías del Congreso de espaldas al país
Opinión

Duque, gremios y mayorías del Congreso de espaldas al país

La megamovilización nacional contra el modelo neoliberal encuentra a un gobierno desconectado que conversa a través de Internet, y con gremios y Congreso procede a aprobar el esperpento tributario

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diciembre 17, 2019
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La movilización social nacional iniciada el pasado 21 de noviembre, representa la más grande, amplia y de mayor duración, desde la época del gran líder asesinado por la oligarquía, Jorge Eliécer Gaitán.

Esta movilización es el balance de 30 años de regresión del país debido al modelo neoliberal, hecho por la ciudadanía en la calle, en un momento político que abrió espacios de expresión y venció los miedos de más de 50 años de violencia política, gracias a los acuerdos de paz entre el gobierno y las guerrillas de las Farc.

Hechos que coinciden con un gobierno que no tiene conexión alguna con las mayorías políticas, ni con los sectores populares, ni con las clases medias, ni en general con la ciudadanía, especialmente de mujeres y jóvenes, alcanzando los más altos índices de desfavorabilidad que presidente alguno haya alcanzado en los últimos 20 años.

Esta protesta como lo reconocen destacados dirigentes del periodismo, del mundo político y social y gestores de opinión, cambió la agenda política del país, que incluso, de saber entender los nuevos momentos y  las demandas de esta irrupción social masiva, puede llegar a cambiar el gobierno y el poder en Colombia en muy contados y pocos años.

Es decir, hay un clamor social expresado de múltiples maneras e innovadoras acciones, la mayoría alegres y festivas, exigiendo cambios y transformaciones económicas, sociales, educativas, culturales, laborales, etcétera, correspondientes a construir otra Colombia posible, distinta de todas éstas élites plutocráticas, que han generado la alta precariedad en el mundo del trabajo y una de las mayores desigualdades en el planeta (somos terceros), extendiendo la inconformidad y rebeldía a vastos sectores de la población.

Frente a esto el gobierno ha contestado con una "conversación nacional" que desarrollada como respuesta al paro nacional, se limita a tratar la agenda del gobierno Duque en escenarios dispuestos e impuestos por el mismo gobierno sin ningún poder vinculante, hecho que acaba de ratificar con la puesta en marcha de una plataforma digital, a la cual cualquier ciudadano puede dirigirse, pero que el gobierno define que hace con sus propuestas u opiniones.

El Comité Nacional de Paro, constituido por diversos sectores de trabajadores, campesinos, indígenas, afros, mujeres, jóvenes, estudiantes, pequeños y medianos productores del campo y de la industria, transportadores, médicos, etcétera, por el contrario han levantado unas peticiones de 13 ejes temáticos contra el paquetazo de Duque y por la vida y la paz, que han logrado canalizar las más sentidas aspiraciones y esperanzas de esa otra Colombia posible, que implica esa otra agenda que reclama el país y que la protesta la  colocó en un primer plano, pero que hoy desafortunadamente no se quiere reconocer y que mucho menos el gobierno  ha querido negociar con los convocantes de paro.

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El primer punto de la nueva agenda que reclama el país es el retiro o hundimiento de la reforma tributaria o como la llaman ahora ley de crecimiento económico

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El primer punto de esa nueva agenda que reclama el país es el retiro o hundimiento de la reforma tributaria o ley de financiamiento o como la llaman ahora ley de crecimiento económico, puesto que ella está diseñada para seguir llenando de privilegios tributarios a las grandes corporaciones nacionales y extranjeras, en cuantía de más de $10 billones, trasladando esas responsabilidades a las clases medias y populares ampliando la base tributaria para más personas naturales e imponiendo el IVA plurifásico a cervezas y gaseosas. Es una reforma que disminuye los ingresos del estado perdiendo la oportunidad de aumentar la inversión social y generando déficit fiscal.

Pues hay que decir que, en primera instancia el gobierno, pero así mismo a renglón seguido, empresarios y las mayorías del Congreso, se han colocado de espaldas al país y al reclamo de las ciudadanías en la calle y han procedido entre todos ellos a aprobar ese esperpento tributario. No han comprendido que el país cambió y que los nuevos liderazgos, no están ni en las posiciones guerreristas del Centro Democrático que comanda Álvaro Uribe Vélez ni en el presidente Duque que los acolita. Mientras mantengan esa agenda plutocrática y desconozcan la desigualdad que generan, es altamente probable que el nivel de reclamos, exigencias y movilización social puede seguir creciendo.

Ya sucedió en Francia: ante los reclamos de los chalecos amarillos, Macron el presidente francés, quiso resolverlo con una "conversación nacional" que fracasó y hoy tiene una huelga general contra la regresiva reforma pensional que quiere imponer. Este es el modelo que Duque quiere replicar acá en Colombia y que pareciese estar mandado a fracasar al igual que en Francia, pues solo persigue dilatar, embolatar y disuadir la protesta social, pero que como no recibe respuestas adecuadas, generalizará mayor inconformidad y rebeldías, como ya sucede hoy en Francia.

Si bien estamos en épocas de festividades de navidad y año nuevo, ellas servirán para manteniendo en medio de ellas los reclamos y acciones de inconformidad, nos aproximarán en el año 2020 a nuevas y más fuertes acciones.

Colombia después del 21 de noviembre será una sociedad totalmente diferente, puesto que reconociendo su problemática, despejando sus temores y no dejándose arrebatar lo alcanzado por los acuerdos de paz, reconocerá con lo hecho hasta hoy, que sí se puede y hay con quién, cambiar y transformar el país y construir con las mayorías ciudadanas la otra Colombia posible, la de los siempre olvidados y marginados, la de la juventud ávida de educación y las mujeres reclamando su derechos, la de las clases medias hoy precarizadas, la de los productores nacionales del campo y la ciudad, arruinados con los TLC. Con todos los atropellados y excluidos de este modelo neoliberal y amantes de la paz.

Colombia cambió y el gobierno, los empresarios y hoy unas mayorías del Congreso, prefieren seguir con la vieja Colombia de las mayores desigualdades. De pronto no será por mucho tiempo.

@fabioariascut

 

 

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