Del palo al reconocimiento

Del palo al reconocimiento

Señores candidatos, jactarse de los resultados logrados en los cargos del Estado no tiene que ser malo. Al contrario, entre mayor eficacia en la ejecución, mejor

Por: Marìa Pedraza
abril 13, 2018
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Del palo al reconocimiento

Siendo objetivos —si es posible— con todos los candidatos, evaluando sus discursos, sus carreras y sus propuestas, es importante revisar un factor que la mayoría de ellos tiene en común, pero que todos se atreven a criticar en específico a solo un candidato. Si vamos a hablar de sinceridad, desde que Juan Manuel Santos nombró como fórmula vicepresidencial a Germán Vargas hace cuatro años era posible anticipar que este aspiraría a la carrera presidencial en el siguiente periodo. Obviar esto es como negar que Claudia López y Marta Lucía Ramírez vienen diseñando estrategias y se perfilan para alcanzar este cargo en algunos años, lo cual no es malo o no se debería entender así.

Siendo así, cuál es el problema de que el actual candidato Vargas Lleras haga campaña con las casas que otorgó “bajo su dirección” en la vicepresidencia, más no bajo su gobierno. Me hago esta pregunta, pues todos los candidatos han sido directores de obras, según ellos efectivas, pero realizadas con dinero del Estado, es decir, dinero público. Según esto, Fajardo tiene dentro de su hoja de vida títulos como “el de mejor Alcalde de Medellín y Gobernador de Antioquía”, pero hay que enfatizar en que sin recursos públicos no se habría podido ejecutar ninguna obra dentro del plan del antioqueño. Lo mismo sucede en el caso de Gustavo Petro mientras fue alcalde de Bogotá y ejecutó sus propuestas, pues lo hizo, nuevamente, con los recursos de los contribuyentes. Viviane Morales e Iván Duque comparten la descripción, ambos exsenadores, ambos con proyectos de ley tramitados con dineros estatales, aunque es de admitir que la primera tiene unos cuantos (bastantes) años más de experiencia que el candidato por el CD. Por último, el caso de Humberto de la Calle es algo atípico, si bien esta es la segunda vez que se postula a la presidencia, no tiene dentro de su hoja de vida ningún cargo de elección popular, donde haya sido exitosa su elección. Sí, ha desempeñado cargos de importancia y ha sido una persona de ideales intachables, aunque no se podría decir que —a diferencia de los demás— tiene la carta de “yo hice este puente, o yo hice allí o allá” con dinero ajeno, pero tiene un “as bajo la manga” es el abanderado para el proceso de paz, aunque esto parece estar jugándole en contra.

Concluyendo, esto no es para defender o criticar a nadie, es más bien para hacerle ver a los ciudadanos y a los candidatos que jactarse de sus resultados durante los cargos no tiene o no tendría que ser malo o perjudicarlos. Al contrario, se podría creer que entre mayor eficacia en la ejecución, mejor es el candidato, claro teniendo en cuenta que todo es subjetivo y que no se puede hablar de lo que se hizo todo el tiempo, sino de lo que se hará también. En este sentido, le otorgamos a Fajardo las respectivas felicitaciones por su función en Antioquia, la cual reconoce más el resto del país que el mismo departamento; a Duque lo felicitamos por la autoría de los 8 proyectos de ley que realizó durante sus 3 años dentro del Senado; a Petro, por las ideas de cambio y equidad, y según algunos por la Bogotá Humana (bastante debatible); a Viviane, su incansable lucha para continuar incluyendo a la religión dentro de la política por medio de alianzas y proyectos; a Vargas Lleras todas las obras que realizó a lo largo y ancho del país en su rol de vicepresidente; y a de la Calle su inalcanzable esfuerzo por la igualdad y el mantenimiento de sus ideales, aún bajo condiciones especiales como el Proceso 8000.

En estas elecciones tenemos el derecho y la obligación de elegir a conciencia quién queremos que guíe el país los siguientes cuatro años y para esto es claro que debemos revisar las hojas de vida de los candidatos. Entonces, algunos priorizarán la experiencia, en el caso de Vargas Lleras; otros la elocuencia y la transparencia, en el caso de Sergio Fajardo; el cambio y las ideas novedosas, para Gustavo Petro; la importancia de la familia y las costumbres, con Viviane Morales; la sinceridad y claridad de Humberto de la Calle; y el apoyo político para algunos de Iván Duque.

La invitación es a los candidatos para que nos muestren y se atribuyan (como han venido haciendo) esos triunfos con dineros ajenos —no es malo— porque nosotros premiaremos su gestión con el voto, y a los votantes para que se animen a investigar y leer, y no se queden con comentarios banales de las redes sociales o del amigo de mi amigo

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