De la 'radio' a 'Blu radio'
Opinión

De la 'radio' a 'Blu radio'

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septiembre 04, 2013
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La historia de la radio en nuestro país es maravillosa y rica, muy rica y en todos los sentidos, si se quiere. En lo particular, amo la radio; es mi vida profesional, es mi adrenalina, en pocas palabras ¡es mi pasión! Hace más de un año larguito me llegó “la nueva alternativa” —Blu Radio—, resucité con la dirección de “En Blu Jeans” y se podrán imaginar lo feliz que soy.

Como la canción, llegué a Blu porque “el destino así lo quiso”; bueno y porque Carlos Gallego, nuestro vicepresidente de Radio en Caracol Televisión, (grupo al que pertenece Blu) me conoce desde hace algo más de veinte años trabajando en radio y me confió la gran responsabilidad de dirigir “En Blu Jeans” para ayudarle a sacar adelante un segmento de semejante proyecto radial que es Blu los fines de semana y los festivos. ¡Qué compromiso!, pero qué orgullo hacer parte de él. Pocas oportunidades se dan para hacer parte de un proyecto nuevo, importante y que arranque de ceros como Blu. Pero también es muy escaso que siendo tan nuevo, tenga el éxito que ha alcanzado. No quiero decir que haya sido fácil; para nada. Romper la tradición, la escucha aprendida de generación en generación no se logra de la noche a la mañana, pero tampoco es imposible.

Comencé mi carrera profesional en radio. Podría decir que nací en Radiosucesos RCN con Juan Gossaín, pasé por el noticiero de Todelar con Jaime Zamora Marín y Néstor Morales, por Caracol Stereo donde con Julio y Jaime Sánchez Cristo comenzamos Viva FM que fue la apertura de espacios noticiosos en la frecuencia FM y por el cual ganamos el premio Simón Bolívar como “Mejor aporte original en radio”, y unas cuatro veces por Caracol cadena básica en diferentes años. Mucha, mucha radio en mi vida; más que televisión en la cual duré —sumando— unos diez años, la alterné con radio, y también debo agradecerle la apertura de otras puertas muy valiosas en mi carrera profesional. He sido partícipe de la enorme evolución de la radio en los últimos 25 años.

En mis comienzos como periodista no había celular, solo radioteléfono en las móviles y si acaso los ministros y el presidente de la República tenían un teléfono en su carro. Por eso cuando llegaba a alguna rueda de prensa muy importante, lo primero que hacía era ubicar el teléfono fijo más cercano al salón, para dar el brinco antes que la competencia y llamar a la emisora para salir al aire y “chivear” a todo el mundo; hoy hay celular con chat, grabadora y videocámara, tabletas, Skype y muchas otras herramientas que facilitan salir al aire desde cualquier parte. De hecho he salido desde mi casa y otros lugares, como lo hacen algunos de los analistas de Mañanas Blu y ni se nota.

Las noticias internacionales llegaban al télex y a unas impresoras de punto que instalaban las agencias a sus abonados. Cuando sucedían noticias de otros países muy importantes, se instalaba un micrófono alámbrico para el reportero internacional que informaba desde “la sala internacional de noticias”; mejor dicho, se tiraba cable del quinto al tercer piso donde quedaba la redacción de Radiosucesos y estaban ubicados esos mágicos “dinosaurios” que imprimían a velocidad “jurásica” mientras el pobre periodista que se encontraba al aire improvisaba casi adivinando sobre las líneas que iban apareciendo con las palabras por venir; hoy prácticamente todo llega por internet, es inmediato; basta solo un click. ¿Y qué tal el cubrimiento de secuestros de personajes de la vida nacional, o la espera de una noticia trascendental para el país dependiendo de la queridura y la complicidad de una secretaria del lugar que nos prestara el teléfono, o de la cantidad de monedas para sostener la llamada mientras daban el cambio desde cabina? Lo más sofisticado era el radioteléfono. Nunca se me olvidará el día que liberaron al desaparecido Álvaro Gómez Hurtado. Manuel Monsalve gritaba por el radioteléfono: ¡¡¡¡¡$%”&*+ª!!!!! y ninguno le entendía. Aclaro que no eran groserías, hasta que uno de nosotros le dijo: ¡“Hable despacio, no joda, que no le entendemos ni m….”!. Él sólo gritaba: ¡Lo liberaron! ¡Lo liberaron! Manuel estaba de turno frente a la casa del asesinado líder conservador durante su cautiverio, así que supimos de qué se trataba y ahí sí el control máster lanzó el “Extra” y quién dijo a buscar reacciones y a escribir; ¡Qué momentos!. Hoy casi no se dan chivas de ese tipo porque son prácticamente los ciudadanos con sus teléfonos móviles, los reporteros más prestos a informar y a “chivear” a los mismos medios, o los mismos delincuentes que filman, registran y envían sus fechorías.

Ahora, qué decir de la filosofía de los medios. Algo muy importante que ha aportado Blu es la inclusión y la convivencia laboral en el mismo escenario de militantes de izquierda con los de derecha y los de centro, homosexuales con heterosexuales, en fin… pensamientos y comportamientos que no importa que no sean de la misma línea que la de los dueños de la emisora porque de eso se trata, de convivir con la diferencia y respetarla. Todas sus opiniones son tan importantes como las de cada uno de los oyentes que se identifican con ellos, "porque la verdad es de todos", reza el eslogan que nos define. En lo personal siento que es un gran ejemplo y un gran aporte social. De hecho, en el equipo de En Blu Jeans yo —casi camandulera— trabajo maravillosamente bien con Tito, Natalia, Amalia y Carolina, un equipo altamente diversificado en edad, en lo político, en lo social y en lo religioso. Debo decir que soy la creyente que va a misa, la apolítica y la de la música de plancha que de vez en cuando se salta a Los BeeGees o a La Billos Caracas Boys.

Y qué agregar de la percepción de los gustos de los oyentes en el contenido de la programación no musical. Antes quienes teníamos a cargo un programa debíamos esperar cada tantos meses las mediciones de los estudios de sintonía y tener permanentemente prendido el radar y el olfato para inferir a través de cartas, correos electrónicos de un tiempo para acá y conversaciones con extraños y cercanos, qué era lo que nuestros oyentes querían oír. Hoy hacemos lo mismo, sin las cartas porque prácticamente desaparecieron, pero con el plus de las redes sociales que nos permite ir haciendo cambios inmediatos y favorables para nuestros oyentes y el contenido de  nuestra programación. Un ejemplo claro lo he vivido este año con “En Blu Jeans”. Tenía noticias duras y puras e información de entretenimiento en su estructura. Jamás me imaginé haciendo solo entretenimiento, estilo de vida, música… Pero nuestros oyentes han logrado no solo que hayamos ido ajustando casi inmediatamente a sus gustos el programa, sino que en lo particular también haya ido ajustando y ampliando mi perfil profesional antes puramente noticioso. Gran aprendizaje. La forma de comunicarse de los medios a través de las redes e Internet también los transformó. De hecho Blu tiene buena parte de su sintonía por Internet a través de una página web absolutamente innovadora de solo audios. Ustedes pueden escuchar la entrevista que se perdieron a la hora que quieran, el día que quieran: www.bluradio.com

foto maria clara gracia

Hoy, a dos días de cumplir un año (el próximo 6 de septiembre), seguimos con la fe, la esperanza y la entrega de crecer día a día. Es una carrera de largo aliento, los sabemos, pero que con la dirección de periodistas senior y el empuje de los junior, Blu es hoy la radio refrescante que los colombianos estaban esperando desde hace un buen tiempo. Me siento privilegiada. ¡Feliz cumpleaños Blu!

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