De Bahía Solano ya no sale coca sino el mejor pescado que se come en semana santa

De Bahía Solano ya no sale coca sino el mejor pescado que se come en semana santa

Las cosas están cambiando en el puerto gracias al consumo de pescado colombiano, la pesca responsable y unos aliados que les ayudan a construir un negocio sostenible

Algunas cosas han cambiado en Bahía Solano. El norte del Chocó, que en tiempos pasados era una región donde reinaba el narcotráfico y estaba bastante golpeada por el conflicto armado, está viviendo una renovación. Además de que el país ha mirado hacia esta región por sus espectaculares playas, la pesca en la zona está brindando un sinfín de oportunidades que disminuyen los índices de desempleo y delincuencia entre sus habitantes. “Es que cuando la gente tiene trabajo no se pone a hacer cosas malas”, cuenta Gonzalo Chica, representante de Pez Bahía, compañía que agremia a varios pescadores artesanales en Bahía Solano.

Chica, que tiene más de 20 años en la industria pesquera, cuenta que en los últimos años, especialmente después del fin del conflicto armado, las cosas han mejorado bastante. “Ahora hay más fuentes de trabajo porque la pesca ha crecido bastante. En los últimos 10 años el consumo de pescado en Colombia ha crecido mucho y eso hace que la gente no siga en el tema del narcotráfico. Desde cualquier punto de vista la pesca libera a muchas personas de ese flagelo”. En efecto, Pez Bahía produce entre 180 y 200 toneladas de pescado fresco anuales.

«Cuando inicié a pescar no tenía ni casa… pero ahora tengo mi casa, tengo mi lancha. He podido sostener a mi familia por medio de mi pesca. Ahora vemos la pesca como una profesión. Cuando usted coge buen pescado, la gente quiere pescar. Ahora los muchachos se están dedicando a ser pescadores»
Dora Angulo. Pescadora de Bahía Solano.

Uno de sus principales clientes son Éxito y Carulla, supermercados con los que tienen una relación comercial desde 2010. “Es un cliente muy importante para nosotros. No solo porque la alianza mejora la rentabilidad de nuestra compañía sino porque impacta positivamente la calidad de vida de los pescadores que trabajan con nosotros. El pescador puede ir a pescar tranquilo porque sabe que su producto no se va a perder porque hay quien se lo compre a precios justos” asegura Chica.

Esta alianza beneficia a las personas que pueden encontrar pescado fresco en los supermercados y llevarlos a sus casas, mientras que con sus compras permiten que los pescadores en Bahía Solano tengan un trabajo digno y sostenible. Chica cuenta que la principal ventaja de un pescado fresco es que, al no tener cristales de hielo, los jugos del mismo se mantienen intactos. “No puedo hablar mal del pescado congelado porque si hay una buena congelación, se mantiene un producto de muy buena calidad. Sin embargo, siempre va a ser mejor un producto fresco”.

Además, los pescadores que trabajan con Gonzalo Chica son responsables con el medio ambiente. Solo pescan con línea de mano. No usan mallas ni equipos de cerco. Esto asegura que el pescado capturado cumple una talla mínima, dejó descendencia y cumplió un ciclo en el ecosistema. Al pescar con línea de mano es posible regresar al mar los ejemplares que no cumplan con la talla mínima. Solo pescan en Zonas Exclusivas de Pesca Artesanal (ZEPA) que están reguladas por la AUNAP (Autoridad Nacional de Acuicultura y Pesca). Así de la mano entre pescadores y marcas como Carulla o Éxito que comercializan sus productos, aseguran un comercio sostenible que no perjudica la preservación de especies marinas y proveen uno de los mejores pescados de semana santa para los colombianos.

Para Chica, la industria pesquera en Colombia tiene un potencial enorme. No solo porque el país ya se dio cuenta de los beneficios para la salud del consumo frecuente de pescado, sino porque tenemos dos océanos. El consumidor puede tener la seguridad de que al comer pescado colombiano no solo contribuye con la industria nacional sino que se lleva un producto de altísima calidad “Al comprar pargo, merluza, atún, róbalo, lenguado o sierra colombianos estamos apoyando a nuestras comunidades menos favorecidas. Nuestros litorales han sido muy golpeados por el narcotráfico y si apoyamos la compra de los productos nacionales en zonas de conflicto sacaremos a muchos de ese infierno”.

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