En Boyacá abundan los destinos mágicos, auténticos y llenos de encanto, lugares que parecen detener el tiempo y reflejar la esencia del departamento. Sin embargo, entre tanta variedad, hay uno que destaca por reunirlo todo: historia, paisajes, gastronomía y tradición. Se trata de Moniquirá, un hermoso pueblo de Boyacá, conocido también como “la ciudad dulce de Colombia”, título que no es casualidad, sino fruto de una herencia que endulza el alma de quien lo visita.
El camino que conduce a Moniquirá, el dulce pueblo de Boyacá
Llegar a Moniquirá es tan fácil como gratificante. Este municipio se encuentra a tan solo 60 kilómetros de Tunja, lo que equivale a un viaje de aproximadamente una hora y media. El trayecto parte desde la capital boyacense por la vía que conduce hacia Arcabuco, y desde allí se continúa el último tramo hasta el pueblo, en medio de verdes montañas y un paisaje típicamente boyacense.
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Desde Bogotá el recorrido es un poco más largo: 204 kilómetros que toman cerca de cuatro horas de viaje, dependiendo del punto de partida. Aunque extenso, el trayecto permite disfrutar de la carretera y de los pueblos del altiplano, perfectos para hacer paradas, descansar y disfrutar de la gastronomía local antes de llegar al destino final.
Todo lo que ofrece este hermoso municipio a sus visitantes
Si algo caracteriza a Moniquirá es su tradición dulcera. Aquí, la guayaba se transforma en bocadillos, jaleas, conservas y postres artesanales que son orgullo de la región. Quien pisa sus calles no puede irse sin probar alguno de estos dulces típicos: es una parada obligada y, sin duda, el mejor recuerdo que uno puede llevarse.
Pero Moniquirá no es solo azúcar y tradición. Su centro histórico conserva el aire colonial que identifica a los pueblos boyacenses. En medio de sus calles empedradas se levanta la Parroquia Nuestra Señora del Rosario, una de las iglesias más emblemáticas del departamento, símbolo de fe y punto de encuentro para locales y visitantes.

La naturaleza también tiene un papel protagónico. Muy cerca del casco urbano se encuentra la Cascada Real, una joya natural con una caída de agua de unos 25 metros, ideal para quienes buscan un plan tranquilo rodeado de vegetación. Y, para los amantes del agua y la aventura, el río Suárez —que atraviesa Boyacá y Santander— ofrece paisajes inolvidables y espacios para disfrutar en familia.
Entre dulces, historia y paisajes, Moniquirá se consolida como uno de los destinos más completos y encantadores de Boyacá, un lugar que invita a volver una y otra vez.
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