Compartir labores en casa, una moda que no incomoda

Compartir labores en casa, una moda que no incomoda

"No todos tienen las mismas habilidades, por eso la paciencia es clave para enseñarle al otro que con disciplina y dedicación se pueden hacer las cosas"

Por: Lorena Aristizábal Gutiérrez
octubre 18, 2018
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Compartir labores en casa, una moda que no incomoda

Para nadie es un secreto que cada día nos encontramos con nuevas formas de pensar, actuar y ser. Las personas cambiamos constantemente, dadas las decisiones que tomamos y los acontecimientos a los que nos enfrentamos.

En la época de nuestras abuelas, eran las mujeres quienes realizaban todas las labores de casa: lavar, barrer, trapear, cocinar y dejar “todo perfecto” para que la casa estuviera “brillante e impecable”, mientras los hombres solían tener sus trabajos fuera de casa, lo que implicaba estar en el campo, arreglar máquinas, vender propiedades, ocuparse de sus empresas, entre otros. Era la mujer la que cuidaba y criaba a los hijos y quien ponía las reglas, ya que el hombre cumplía con la “función” de ser el proveedor, castigaba cuando era necesario y tomaba las decisiones de la familia.

Tiempo después, la mujer consiguió salir de casa, tener un lugar en la sociedad y emprender trabajos que no fueran únicamente de ama de casa, sino con posibilidades de tomar decisiones, aportar conocimientos, diseñar, manejar, votar, etc. Lo anterior le permitía ser más autónoma e independiente.

Para ese momento, empiezan a participar otro tipo de personas en la crianza de los hijos (abuelas, tías y nanas), dado que las jornadas laborales eran extensas. Sin embargo, después de llegar del trabajo, debían continuar con las labores de casa, con los hijos y el esposo que aún esperaba para ser servido.

Con el tiempo se han ido consolidando diferentes características de familia, entre ellas nos encontramos con la mujer que sigue en casa cuidando sus hijos, ya que por diferentes circunstancias no pudo realizar sus estudios o tomó la decisión de no hacerlo; otros donde mamá y papá deben trabajar gran parte del día, y dejar los hijos al cuidado de algún familiar (casi siempre se trata de la abuela) o con una persona externa a la familia, que es quien realiza las tareas de casa y ayuda con los niños; y ahora nos encontramos con otra realidad que tal vez nuestros antepasados no imaginaron, se invirtieron los papeles y es el hombre quien realiza los oficios de casa y tiene al cuidado los hijos, mientras la esposa va al trabajo para proveer la familia.

Aunque últimamente hay una nueva “ola”, donde las familias están prestas para compartir las labores y el proceso de acompañar a los hijos, ambos padres asumen el papel responsable realizando las labores del hogar tales como: lavar, cocinar, limpiar, cambiar pañales, hacer el mercado, pagar las cuentas, además de cumplir también con las actividades laborales y demás. A eso se suma la importancia de la educación de los hijos, comprometiéndose para enseñar valores que transforman la calidad de vida, ayudando a tener otras perspectivas.

Es importante tener cuenta que:

- Aprender a delegar ayuda a confiar en que el otro también puede hacer las cosas bien.

- Las labores compartidas permite que la comunicación sea mucho más efectiva y asertiva.

- El compromiso por parte de los miembros de la familia en las labores asumidas hace que cada espacio esté más organizado.

- La distribución equitativa de las labores, permite a los miembros de la familia disfrutar de las actividades en conjunto y también de forma individual.

- La toma de conciencia por parte de cada uno de los integrantes, posibilita ser responsable a futuro en y con las tareas encomendadas.

Con eso en mente, les dejo unos tips, que podrán ser de gran ayuda para la realización de las tareas hogareñas.

1. Hacer que las actividades sean amenas para todos los miembros de la familia

2. No poner una carga mayor a quién no la puede realizar.

3. Aprende a entender que el otro no es igual a ti, por ende podrá hacer la labor encomendad en un tiempo y ritmo distinto a ti.

4. Realiza una lista de las tareas que deben realizarse en casa y así lograrán repartir los quehaceres.

5. Organizar las tareas según las rutinas y el tiempo disponible de cada integrante.

Recuerda que no todos tienen las mismas habilidades, por eso la paciencia es clave para enseñarle al otro que con disciplina y dedicación se pueden hacer las cosas. No olvides que el amor, la comunicación y la tolerancia harán que en tu casa las cosas puedan hacerse de mejor manera.

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