Activismo de extrema

Activismo de extrema

"El país no va bien en lo social, estamos lejos de estarlo, por eso yo no le copio a los extremos, a ninguno, pues en buena medida de allí surge el problema"

Por: Juan Nicolás Gaviria B.
mayo 28, 2021
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Activismo de extrema
Foto: Las2orillas / Leonel Cordero

"La extrema izquierda colombiana está jugando al activismo filosófico, ese que logró imponer modelos como el fascismo, el nazismo y el estalinismo".

En los últimos días, he podido vivir en alguna medida lo que se supone es hacer activismo, motivo por el cual traté de entender qué es el activismo. Y no se imaginan la sorpresa que me he llevado.

La RAE presenta tres definiciones sobre el activismo de la siguiente forma (me excusan lo copión de textos, pero para efectos de hacerme entender resulta apropiado):

Activismo

De activo e -ismo; cf. al. Aktivismus.

1. m. Tendencia a comportarse de un modo extremadamente dinámico.

2. m. Ejercicio de proselitismo y acción social de carácter público, frecuentemente contra una autoridad legítimamente constituida.

3. m. Fil. Doctrina según la cual todos los valores están subordinados a las exigencias de la acción y de su eficacia.

Hasta ahí todo normal. Sin embargo, leyendo detenidamente esas definiciones me encontré con una discrepancia y una duda. La discrepancia surge en cuanto a la segunda definición, pues el activismo que he venido desarrollando estas semanas, no es en contra de “una autoridad legítimamente constituida”. Todo lo contrario, este activismo que estamos desarrollando procura garantizar lo que esas autoridades e instituciones protegen, la libertad económica.

En cuanto a la duda, esta me surge a partir de la tercera definición, pues honestamente no entendí nada y tuve que llamar al filósofo de cabecera para que me ilustrara. Y ahí llegó la sorpresa.

“(…) Los valores están subordinados a las exigencias de la acción y de su eficacia.”, eso tocó leerlo tres veces para entenderlo a profundidad. Motivo por el cual, después de conversar con el amigo y abordar la definición filosófica del término “activismo” me encontré con esto:

Activismo

(…) este designa la teoría metafísica según la cual la realidad es acto o actividad, en tanto que el término en cuestión indica la actitud (a veces racionalizada en la teoría filosófica) que toma como principio el de subordinar todos los valores, incluida la verdad, a las exigencias de la acción (la acción política, casi siempre). El activismo se relaciona, por lo tanto, con el uso deliberado de los mitos, que son, precisamente, construcciones teóricas que no ofrecen garantía alguna de verdad, y en algunos casos resultan decididamente falsos, a pesar de lo cual son o se consideran aptos para llevar la acción al éxito (…)

Atentos, el uso deliberado de mitos y entiéndase mitos como, construcciones teóricas que no necesariamente son verdad, que incluso pueden resultar decidida o deliberadamente falsas.

Podríamos decir entonces que, el activismo abordado desde la filosofía social se fundamenta en convocar grandes grupos de interés, a partir de ideas (mitos) que pueden o no ser reales, pues de esta forma se logrará inspirar a la masa en su lucha y entonces eso estará bien.

Ahora analicemos esto. Andan en la calle desde hace un mes, personas de todos los colores, conversiones, procedencia y conveniencia, luchando una guerra campal; una guerra que en teoría enarbola unas banderas: Equidad, justicia y no sé que más. Banderas que dicen los líderes, el Estado ya no representa y alguien debe luchar por ellas.

Se puede oír también, un discurso sistemático que busca deslegitimar el modelo económico actual, el aparato Estatal y las instituciones, esto a partir de la construcción de mitos y narrativas llenas de terror, imprecisiones, que en muy buena medida resultan ser mentiras.

Pues bien, todo eso nos llevó al escenario dantesco y preocupante que estamos viviendo hoy.

Veo entonces con preocupación, jóvenes completamente descontextualizados pidiendo a los empresarios y comerciantes que dejen de explotarlos, que desaparezcan; los veo rompiendo todo a su paso, los veo iracundos. También los veo, pidiéndole al estado oportunidades laborales, educación gratuita y subsidios.

Chicos, aquí va un dato que no es un mito; esas oportunidades laborales las deben ofrecer esos empresarios a partir de esas empresas que están atacando; esos subsidios, esa educación gratuita y todas esas cosas gratis, se deberán financiar con impuestos pagados por los empresarios. Amigos recuerden, el estado no produce riqueza, los empresarios sí.

Veo también, políticos de carrera que no generan empleos o valor y más bien pocos impuestos; los veo eso si, atacando sin tregua al aparato productivo de nuestro país. Los veo deslegitimando con sevicia el rol que el empresariado juega. Se les olvida que no somos Venezuela y ese socialismo falaz que buscan implementar, no se va a poder financiar con petróleo.

También veo, cosas que no son mitos y mucho menos mentiras, pues ya son hechos. Veo que esta semana, se van a perder más de veinte mil puestos de trabajo solo en el departamento del Cauca por cuenta de los bloqueos; veo también en el Cauca, cientos de hectáreas de caña quemada deliberadamente a partir de actos delincuenciales.

Veo el puerto de Buenaventura secuestrado por comunidades atropelladas por años, con dolencia sociales profundas, pero descontextualizadas en su objetivo; veo bebes morir, veo enfermos agravarse, veo como se destruye irreparablemente el tejido empresarial y veo como ríen con cinismo despótico tipos como Maltés, presidente del Comité del Paro.

Veo con absoluto desasosiego como los actores de la oposición, atacan incesantemente la legitimidad de las instituciones, incendiando así los ánimos, las mentes y los espíritus de sus seguidores, todo ello a partir de mitos deliberados, construcciones teóricas que no ofrecen garantía alguna de veracidad y argumentos que en muchos casos resultan decididamente falsos. Pero que ellos consideran aptos y moralmente aceptables, pues eso los llevará al éxito.

Están jugando al activismo filosófico, ese que logró imponer modelos como el fascismo, el nazismo y el estalinismo. Olvidando que el socialismo, terminó siendo visto por el mismo precursor del “sindicalismo revolucionario”, como una cuestión principalmente moral. Y yo la verdad, dudo mucho de la moralidad de sus actos.

Ahora, si esa es la moral con la que buscan imponer un modelo político y social alternativo, trasnochado y deslegitimado, no me imagino como lo irán a dirigir. ¿O será que yo estoy equivocado y lo que buscan es imponer es un modelo anárquico?

En todo caso, ese no es el activismo que yo quiero practicar, con ese no comulgo; lo encuentro mezquino, oportunista y es más de lo mismo. Yo le creo al activismo consiente, ese que procura espacios de encuentro y diálogo, el que es capaz de entender y encontrar razón en los argumentos del otro, así el otro piense y sienta diferente.

El país no va bien en lo social, estamos lejos de estarlo, por eso yo no le copio a los extremos, a ninguno, pues en buena medida de allí surge el problema. Yo le copio al civismo y la tolerancia; todo en el marco del respeto, el orden y el bien común.

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