Los víctimas indígenas de Ciudad Bolívar

Los víctimas indígenas de Ciudad Bolívar

El cabildo indígena wounaan, desplazado del Chocó, llegó a Bogotá en busca de garantías

Por: Lucía Martínez
junio 23, 2015
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Los víctimas indígenas de Ciudad Bolívar
Imagen Nota Ciudadana

Colombia es el país con mayor inequidad del mundo. Las grandes ciudades presentan fronteras que los ciudadanos con poder adquisitivo cruzan para ir de viaje a algún sitio del mapa colombiano; pero cruzan estas fronteras sin mirar por donde pasan, con mucho afán de no tener que parar en un semáforo pues todo lo que suceda detrás de la frontera y detrás de los vidrios de sus carros no les incumbe.

Esas realidades de esa frontera son verdades sin voz, vamos a hablar de la problemática que viven los habitantes de Ciudad Bolívar, específicamente de un Cabildo indígena wounaan, desplazados forzosamente del departamento del Chocó, quienes, después de 6 años la ley de garantías para las víctimas, aún no han sido reparados en su totalidad.

Fueron desplazados de su territorio dos veces, la primera a Buenaventura en el 2004 y la segunda en el 2009 a Bogotá. Estuvieron pidiendo ayuda en diferentes lugares cercanos a Bogotá y decidieron volver a Ciudad Bolívar y radicarse allí. Han continuado sufriendo nuevas persecuciones de sus victimarios; por ello, cuentan con un esquema de seguridad aunque muy escaso para un grupo de 130 personas, una visita diaria en la vivienda del gobernador.

Américo Cabezón es un indígena de la etnia wounaan de 62 años que vive en la localidad de Ciudad Bolívar. Pude entrevistarme con el después de varios intentos para localizarlo, es un hombre muy dinámico; quien representa a un grupo de 190 personas.

La comunidad a la que representa se llama: Mach Jooin Khiie Jug Jirag, Cabildo Indígena Wounaan, Sembrando Pensamiento Ancestral 130 personas conforman el Cabildo personas desplazadas en diferentes momentos y de diferentes zonas del Choco; pero todas pertenecientes a la etnia wounaan.

Las razones por las que se encuentran en Bogotá son varias; la más importante es que habían sido desplazados en otra ocasión a Buenaventura y allí retornaron al territorio sin garantías de ninguna clase; por lo cual las amenazas regresaron y con más fuerza, entonces decidieron desplazarse a un sitio más lejano y difícil de ser ubicados por los actores del conflicto de su región.

Pero al llegar a Bogotá se encontraron con una situación más difícil, pues siendo una ciudad tan grande muchas veces pasan desapercibidos para las entidades que de vez en cuando cubren las necesidades de la población víctima del conflicto armado y cuando reciben ayuda son prácticamente pañitos de agua tibia. Viendo tal situación, Américo, que llegó en el 2009 con su familia, aproximadamente 10 personas, buscó reubicarse en municipios cercanos a Bogotá pensando que allí podría encontrar la solución; pero en cada puerta que tocaba está se cerraba y no logro obtener ayuda por lo cual decidió retornar a Bogotá.

Ya en Bogotá buscaron el apoyo de compañeros que como el habían sido desplazados de su territorio y que vivían en la localidad de Ciudad Bolívar, encontrando un poco de apoyo comenzaron a organizarse con otras familias que fueron llegando y conformaron un cabildo indígena para no perder su tradición, lengua, costumbres y su cosmovisión.

Conformar un cabildo interno requiere una estructura organizativa y de mando; ellos han logrado dicha organización siempre teniendo en cuenta las tradiciones de los ancestros mayores quienes les enseñaron la sabiduría del pueblo wounaan.
Américo Cabezón, cuenta que ellos han presentado su cabildo al Ministerio del Interior pero ellos no han querido darle el reconocimiento por lo cual no tienen personería jurídica (En la actualidad existen más de quince cabildos internos de diferentes etnias y comunidades desplazadas sin reconocimiento del Estado), aunque ellos consideran que el reconocimiento más importante es el de los miembros de su comunidad; saben que tendrían más garantías si contaran con el reconocimiento del Estado.

En palabras de Américo: “El reconocimiento no es un papel, el reconocimiento lo es cuando usted sabe manejar lo ancestral de los mayores; por qué debe enseñar y debe tener la autonomía propia, lengua, tradiciones, las costumbres y lo que se llama las parteras, los sobanderos, las plantas medicinales, todo, es la pintura corporal, la vestimenta propia, lengua eso sí es autonomía”.

El nombre del cabildo surgió porque cuando los wounaan dicen sembrando pensamiento, se refieren a recoger los pensamientos de los mayores ancestrales; Américo cuenta que los ancestros mayores cuando llegaban de trabajar en sus conucos y a la comunidad tenían que ir a conversar, reunidos para la planeación del próximo día; para así saber cuántos iban a trabajar, que iban a sembrar, o que haría cada uno de los acompañantes.

En cuanto a los proyectos que están adelantando en comunidad, Américo cuenta que ellos desarrollan un proyecto de artesanías en werrege, madera, chocolatillo y chaquiras; el werrege es la fibra que se saca del cogollo de la palma de werregue y que crece en el Chocó; las maderas que utilizan son el mare y algarrobo que igualmente crecen en el Chocó; el chocolatillo es una fibra natural que se extrae de una palma flexible que crece en los departamentos del Cauca, Chocó y Vaupés.

En Bogotá es imposible acceder a los productos que ellos utilizan para la elaboración de sus artesanías; debido a eso debe alguien conocido comprarlos en el Chocó y pagar el valor del envió a una empresa de encomiendas.

Las artesanías de los indígenas wounaan en especial el werrege son objetos muy finos y que para su elaboración se requiere tiempo y dedicación. Un jarrón en werrege puede demorar entre 15 a 30 días dependiendo del diseño, el tamaño y la experiencia de la artesana. Dentro del territorio en el Chocó son las mujeres las que se dedican a su tejido; pero en Ciudad Bolívar los hombres han comenzado a aprender la técnica para que su proyecto económico de vida sea sostenible.

Los diseños del tejido del werrege son historias de su cotidianidad representadas en el pensamiento de la mujer.

Se puede encontrar diseños donde se plasma la imagen de la palma, de las mujeres en el proceso de tejido, de hombres acompañados por animales como el perro, imágenes de trapiches y todo aquello que es parte de la vida de la comunidad.

Sobre como mantienen las tradiciones, la cultura, la cosmovisión y la lengua, teniendo en cuenta que Bogotá es diferente al Chocó; Américo dice que para mantener la lengua, ellos en comunidad siempre hablan en wounaan; él dice que aunque ahora tiene mucho contacto con los “otros” cuando llega de sus reuniones lo primero que hace es saludar en wounaan, pues está es la única forma de mantener lo más importante de su tradición que es la lengua.

Respecto a las manifestaciones culturales dice que cada vez que la ocasión lo amerita ellos realizan sus rituales y ceremonias, que son la danza, los cantos, la pintura corporal y la preparación de los alimentos. Además a veces la Secretaria Distrital los invita a realizar eventos para dar a conocer estas ceremonias y su cultura. Las comunidades indígenas en general luchan día a día por preservar su cultura, lengua y costumbres. Y estando fuera de su territorio natural esta tarea es mucho más difícil.
Hablando con algunos de los wounaan en general dicen que la forma para fortalecer sus costumbres es la práctica y ello es muy importante porque es parte de la vida en comunidad y que aunque Bogotá no es el Chocó, ellos siguen siendo Wounaan y para seguir siéndolo no pueden perder su identidad.

Con el trabajo que han realizado en comunidad han logrado algunas de las metas trazadas como: un aula especial para los niños del Cabildo, apoyo económico (que no siempre se cumple), espacios en hospitales con medicina natural, atención del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar y de otras instituciones que les hacen acompañamiento.

Él dice que estos logros desafortunadamente se dieron después de la muerte de unos infantes.

Las noticias más recientes del Choco muestran que contrario a haber mejorado la calidad de vida de los habitantes ha empeorado y el conflicto armado y grupos al margen de la ley se han ido apoderando de todo el territorio, ocasionando con ello desplazamientos masivos de comunidades, muertes, torturas y un crecimiento de la delincuencia.

Algunas de las familias que conforman el Cabildo Sembrando Pensamiento Ancestral, han sido desplazados varias veces del territorio, ellos la gran mayoría consideran que la situación en el Choco es cada vez más complicada y que existe un gran proyecto de partes privadas en el desalojo de la tierra en las comunidades tanto indígenas como afrodescendientes. Es por ello que consideran que regresar al territorio aunque es lo que más desean, las condiciones tanto físicas, de seguridad y alimentarias no están dadas. Dicen que no hay garantías.

Han recibido de parte del Gobierno ofrecimientos para retornar pero ellos en su mayoría han decidido la reubicación al retorno. Hay historias de familias que han retornado en los últimos seis meses y quienes ya han tenido que desplazarse de nuevo en el mejor de los casos; pues a otros los han desaparecido o los han asesinado.
El significado de Sembrando Pensamiento Ancestral y su proyección:

Los integrantes del Cabildo tienen el pensamiento que cada uno tiene una herencia que se va llevando poco a poco y que mañana mediante el ejercicio de transmitir el pensamiento ancestral de los mayores en el futuro ellos serán un ejemplo para los propios wounaan; quienes dirán: esta gente llego a Bogotá y a pesar de todas las vicisitudes que han sufrido lograron fortalecer su comunidad y salir adelante.

Nota: Hace pocos días les presentaron una solución desde la Unidad de Victimas, la doctora Julia Madariaga, Directora de Asuntos Étnicos de dicha institución: ella le expuso a Américo que puede obtener una reparación de manera individual; firmando un acta de voluntariedad y reubicación en la ciudad de Bogotá.

La reparación individual puede llegar a ser un problema con el tiempo, pues rompe de alguna manera los vínculos que tienen los integrantes de comunidades étnicas, al ser soluciones individuales y firmar un acta en donde se dice que ya los intereses no son por un grupo poblacional sino de forma individual se entiende que ahora los intereses de reparación son solo de una persona que ha sido vulnerada por el conflicto y dejando a un lado una de las más importantes características de las comunidades étnicas de nuestro país: La vida en Comunidad.

Es importante en este punto preguntarse si Américo y los integrantes del cabildo 190, personas aproximadamente reconocidos como víctimas del conflicto y desplazados de su lugar de origen, deben optar por la reparación individual o deben continuar en el proceso que llevan desde hace varios años buscando la reparación como Cabildo.

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