Historia de la hinchada más grande y apasionada de Brasil

Historia de la hinchada más grande y apasionada de Brasil

A pesar de que el Santa Cruz descendió de la primera a la cuarta división, sus más de 40 mil seguidores nunca han dejado de llenar su estadio. En Colombia no hay una hinchada tan fiel.

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junio 12, 2014
Historia de la hinchada más grande y apasionada de Brasil
Foto Marcos Velloso

Sin importar los pobres resultados del equipo, que pasó desde la primera hasta la cuarta división del fútbol brasileño en la década anterior, los hinchas del Santa Cruz jamás perdieron la pasión: con el club hundido en la última categoría del fútbol profesional, un promedio de 40.000 personas se presentaron a cada partido jugado como local. Esta es la historia de un club hecho grande por su hinchada.  

Ubicada en la costa de la región nordeste de Brasil, la ciudad de Recife, fundada por los portugueses y conquistada por los holandeses quienes la convirtieron en un puerto esencial  para el comercio de esclavos africanos, es hogar de 2,3 millones de habitantes, cuyo amor por el fútbol se divide entre más de diez clubes, que compiten desperdigados por el complejo mapa de los campeonatos nacionales y estaduales del vasto fútbol brasileño.

Uno de ellos es el Santa Cruz Futebol Clube, el ‘Santinha’, según el apelativo cariñoso con el que es conocido en Brasil. Fundado el 6 de febrero de 1914, justamente hace 100 años, el club vistió en sus primeros días con uniforme de rayas a blanco y negro, una elección simbólica que representaba su máximo ideal: acercar y vincular al club a personas de todas las razas, pues hasta su aparición, los otros equipos de la ciudad prohibían que entre sus integrantes hubieran futbolistas negros o mestizos.

Futbolísticamente, ‘La cobra coral’ o ‘La cobra del Nordeste’, como también se conoce al Santa Cruz, ha tenido una historia signada por derrotas y mal fútbol, tiempos negros y oscuros en los que se precipitó de categorías y algunas victorias pírricas en el ámbito del fútbol en Pernambuco. A diferencia de su archirrival, el Sport Recife, que tiene dos títulos nacionales a cuestas, el ‘Santinha’ nunca ha ganado un torneo nacional de fútbol y ha tenido que contentarse con ganar 27 campeonatos estaduales, frente a los 35 del Sport.

Para rastrear la mejor temporada de su historia hay que remontarse hasta 1975. Ese año, en los octavos de final del Brasileirao , el ‘Santinha’ venció por 2-3 en el Parque Antártica al Palmeiras, conocido en ese entonces como ‘Academia de Brasil’ por su altísimo nivel. En la siguiente ronda, la hazaña continuó, luego de que Santa Cruz remontó en el mismísimo Maracaná un partido que comenzó perdiendo ante Flamengo y que terminó ganando por 1-3.

Ya en semifinales, quien se interpuso en el camino del club de Recife fue el Cruzeiro. Ese partido, que se saldó con marcador de 2-3 en la casa del ‘Santinha’, aún se recuerda por el controvertido arbitraje de Armando Marques, quien validó un gol irregular del equipo de Belo Horizonte y no pitó un penalti en favor de ‘La cobra del Nordeste’. Fue el final del mejor año de su historia.

Los últimos cinco años de la década del 70, gloriosa para el club por los siete torneos estaduales que conquistó, Santa Cruz siguió demostrando un buen nivel, que le permitió ser undécimo entre 54 equipos en el Brasileirao de 1976 y ser quinto en la edición de 1978. Durante los siguientes 25 años, el equipo deambularía por el torneo, sin ser protagonista en ningún extremo de la tabla de posiciones.

Llegó entonces la década del 2000, deportivamente nefasta para el Santa Cruz, que se convirtió en el único equipo que ha padecido el descenso y ha perdido la categoría durante tres años consecutivos, pasando desde la élite de la Serie A, donde se encontraba en el 2006, hasta la Serie D, que fue creada en el 2009.

La debacle comenzó en la final del campeonato estatal pernambucano de 2006, en la que el ‘Santihna’ se enfrentó a su archirrival, Sport Recife. El juego de ida, en el estadio del Santa Cruz, lo ganó Sport por marcador de 1-2, pero en el partido de vuelta, fue Santa Cruz el que se impuso por 0-1. Esa combinación los llevó a la serie de penaltis y allí quien prevaleció fue el Sport por marcador de 5-4. La victoria en ese partido, que no le alcanzó para el título, fue la última del año para el ‘Santinha’.

En el campeonato nacional, Santa Cruz perdió casi todos los compromisos, sumó apenas 28 puntos en 38 partidos jugados y quedó con una diferencia de -35 goles, registro que lo precipitó hacia a la Serie B. El descenso apresuró un cambio en las directivas del club y Edson Nogueira fue nombrado presidente, con el objetivo de hacer una mejor gestión que permitiera el regreso a la máxima categoría.

Foto: Rodolfo Brito

Foto: Rodolfo Brito

Sin embargo, el equipo no fue capaz de levantar cabeza. En 2007, su primer año en la competitiva Serie B, Santa Cruz ocupó el sexto lugar en el campeonato estadual y fue eliminado de la Copa do Brasil en la primera ronda. Nuevamente, una campaña plagada de malos resultados en el torneo hizo que el club apenas pudiera ajustar 43 puntos en 38 partidos y fuera por segunda temporada consecutiva rebajado de categoría.

Así las cosas, en 2008 el ‘Santinha’ jugó al campeonato de la tercera división o Serie C, con una nómina considerablemente más pobre tras la salida de los mejores jugadores de su plantel: el mediocampista Carlinhos Paraíba y el goleador Thiago Capixaba. Esa temporada, las fuerzas del equipo se concentraron principalmente en el campeonato pernambucano, pues por primera vez el Santa Cruz debió jugar el llamado “Hexagonal de la muerte”, un campeonato para definir qué equipos bajan de la primera división en el torneo estadual.

Además, por ese entonces, la tercera división brasileña contaba con 64 equipos, número que ocasionó problemas logísticos en el torneo. Por tal motivo, la Confederación Brasileña de Futbol creó la Serie D, una cuarta división a la que descenderían los clubes que no estuvieran entre los veinte primeros de la Serie C. Santa Cruz no alcanzó el corte y su caída a lo más profundo del fútbol profesional brasileño se dio un 24 de agosto de 2008.

Ese día, el ‘Santinha’ jugó contra Campinense, con la necesidad de ganar para no bajar a la recién creada cuarta división. Sin embargo, una vez más, el equipo no logró su objetivo y apenas consiguió un empate, mientras que el Caixas, su rival directo por el descenso, logró una victoria que dejó al Santa Cruz al borde del abismo y con un récord inédito en el fútbol brasileño: un triple descenso consecutivo. Y aunque parecía imposible que así fuera, las cosas estuvieron a punto de ponerse peor.

Al año siguiente, en 2009, Santa Cruz estuvo a punto de perder, no la categoría, sino su cupo en el fútbol brasileño, luego de haber sido eliminado en la primera ronda del campeonato de la Serie D. Al borde de la cornisa, el ‘Santinha’ debió esperar su resultado en el campeonato pernambucano para reclamar, al final de la temporada, un espacio en el último recodo del balompié profesional brasileño.

El Arruda: un estadio lleno de cobras

A pesar de su triste historia de fracasos en la década del 2000, el ‘Santinha’ tiene el orgullo de contar con la hinchada más fiel de Brasil y quizá una de las más apasionadas del mundo. Aún en los peores momentos de su historia, los hinchas han colmado las graderías de su estadio, que cada fin de semana explota con la multitud de almas que se reúne para alentar al equipo.

En 2011, jugando en la última división del fútbol nacional, el Santa Cruz tuvo un promedio de 39.966 espectadores en cada partido que se disputó en el Estadio José do Rego Macias, conocido como el Arruda o Arrudao, un templo que fue levantado con las manos y la voluntad de los propios fanáticos.

Ubicado en medio de varias barriadas pobres de Recife, el lugar donde se encuentra el estadio fue adquirido entre 1943 y 1954 a través de una serie de adquisiciones consecutivas de predios, pero solo hasta 1964 comenzó la construcción, producto de una inmensa movilización de los hinchas del ‘Santinha’. En lo que se conoció como “La campaña del ladrillo”, la gente donó todos los materiales de construcción, los arquitectos e ingenieros hicieron su trabajo de forma gratuita y muchos obreros trabajaron de forma voluntaria durante las noches y los fines de semana para construir el que sería el cuarto estadio privado más grande del mundo.

Finalmente, el 4 de junio de 1972 se inauguró el estadio de Santa Cruz con un juego amistoso frente al Flamengo de Río de Janeiro, al que asistieron 76.636 hinchas, de los cuales 47.688 pagaron la entrada. El partido terminó sin goles. Ese mismo día, el estadio fue bautizado por la prensa como el ‘Mundao do Arruda’, por la impresionante cantidad de fanáticos que podía albergar. Unos años más tarde, el lugar se amplió para convertirse en un complejo deportivo, en el que fueron construidas tres piscinas y un centro acuático, que incluía saunas y baños turcos. Después, en 1980, se hizo el anexo de la sede del equipo, que cuenta con otro campo de fútbol y unas canchas de futsal.

Foto: Jconline

Foto: Jconline

El Arruda ganó una nueva cara en 1982 cuando fue ampliado y la nueva capacidad del estadio obligó a construir una de las graderías por encima de la vía. El 29 de agosto de 1993, un día histórico, el estadio llenó su capacidad al albergar 96.200 espectadores, quienes asistieron al juego Brasil-Bolivia en el que la selección Verde-Amarela ganó por 6-0 y aseguró su clasificación al Mundial de 1994 con tres fechas de anticipación. El clima que se vivió ese día fue tal, que el combinado nacional llegó al año siguiente a Recife desde Estados Unidos para festejar el título de la Copa Mundo.

En la década de 2000, cuando Brasil se postuló para ser sede del Mundial de 2014, la FIFA exigió que los estadios redujeran su capacidad y el estadio del Santa Cruz debió reducir su aforo a 60.044 espectadores.

Durante todos esos años, y  a pesar de sus pobres actuaciones dentro del terreno, el ‘Santinha’ nunca dejó de atraer grandes multitudes, que se presentaron al estadio incluso en los peores momentos: en 2011, con el equipo en cuarta división, el partido con menor asistencia en todo el año registró a 25.136 espectadores en el Arruda, hoy en día el cuarto estadio con mayor capacidad en Brasil solo superado por el Maracaná (Río de Janeiro), el Mané Garrincha (Brasilia) y el Morumbí (Sao Paulo). De hecho, Santa, mientras disputaba la Serie D, Santa Cruz ocupó el puesto 39 entre los 100 equipos con mejor promedio de asistencia en todo el mundo, lejos del Corinthians (69), el segundo equipo brasileño en la lista.

¿Cómo se explica semejante pasión? Según la opinión de Andreza Salgueiro, publicista y experta en asuntos futbolísticos en Pernambuco, la relación especial entre el equipo y los hinchas tiene su raíz en una cercanía casi familiar. “Por un lado, mucha gente conoce a los jugadores, que son gente de los barrios de Recife; por otro, el estadio queda cerca de algunas favelas y la política de precios hace que mucha gente pueda ir a ver al equipo jugar”, cuenta Salgueiro a propósito de una hinchada que está formada principalmente por individuos de las clases bajas de la ciudad.

Es por esto que, a pesar de esa fidelidad y de llevar tanta gente a su estadio, Santa Cruz es un equipo con pocos socios, contrario a la tradición brasileña. Actualmente, el club solo cuenta con 14.680 asociados, número que se propuso aumentar hasta 25.000 para finales de 2014, el año de su primer centenario, en el que el club disputará de nuevo sus duelos más representativos: el ‘Clásico de las Multitudes’, contra Sport, un partido que llena el Arruda y la casa del ‘León’, el Estadio da Ilha do Retiro; el ‘Clásico de las Emociones’, contra el Clube Náutico Capibaribe, en el que se encuentran dos hinchadas de inmensa pasión; y finalmente, el ‘Clásico de la Amistad’, que se juega contra el pequeño America Futebol Clube, llamado así porque las hinchadas de ambos equipos se apoyan cuando juegan contra los otros clubes de la ciudad.

Hoy en día, luego de estar en el fondo de la Serie D en 2009, Santa Cruz vive una nueva época. Luego de haber salido del último eslabón del fútbol en Brasil en 2011, en diciembre de 2013 el club se proclamó vencedor en la Serie C y estará compitiendo en la Serie B del fútbol brasileño en 2014. De tener una buena temporada, el ‘Santinha’ estaría volviendo a su lugar de origen en la élite del fútbol brasileño justo en el mismo año en el que celebra su centenario

Esa celebración, distinta a la de la Copa Mundo en junio y que tendrá como sede al nuevo estadio de la ciudad, el Arena Pernambuco, comenzó en los primeros días de 2014 en las barriadas de los alrededores del ‘Mundao do Arruda’. Allí, las fachadas de las casas fueron pintadas de blanco, negro y rojo, los colores del tricolor,  para conmemorar los 100 años ‘del más querido’, otro de los apelativos con los que se conoce al ‘Santinha’, el equipo con la hinchada más fiel y apasionada de todo Brasil.

Colaboración:

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