Divide y reinarás: los del Si y los del No

Divide y reinarás: los del Si y los del No

"Es inconcebible que los colombianos estemos cayendo en una nueva guerra entre nosotros mismos"

Por: Rubén Darío Moreno Rodríguez
septiembre 27, 2016
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Divide y reinarás: los del Si y los del No

Es inconcebible que los colombianos estemos cayendo en una nueva guerra entre nosotros mismos, gracias a la falta de humanismo, el odio, el irrespeto, la intolerancia, los insultos, la desinformación, la conveniencia individual, y la rencilla entre los dueños del poder. En nuestro país hoy se está aplicando el infalible método de "divide y reinarás".

Los acuerdos entre el gobierno y las Farc nunca fueron bien vistos por toda la población colombiana, y ahora, cuando se encontró el camino sin balas y sin sangre para el fin de esa guerra con la guerrilla, parece que otra está a punto de iniciar entre los  del No y los del SI.

Es importante entender cómo surgen las guerrillas y cuáles eran sus inconvenientes con el estado. Su lucha nace de la necesidad de implementar una reforma agraria donde se implementara una repartición justa y equitativa de las tierras para que los campesinos pudieran desarrollar sus actividades agrícolas. Dentro de los acuerdos, la reforma al agro colombiano es uno de los temas principales y de esa forma, después de tantos años, los campesinos podrán contar con recursos del estado para trabajar. Estos ítems no dejaron muy contentos a los respetadísimos y honorables señores y ex señoritas que recibieron subsidio de Agro Ingreso Seguro. -Afortunadamente ellos tienen quién los defienda-.

Toda organización tiene su líder, quien es el encargado de exponer la ideología y decretar las acciones. Alias el Innombrable, salvador de los pueblos y guerrero incansable, viaja por toda la nación dando las buenas nuevas de salvación para que los ciudadanos no caigan ante las garras tentadoras del maligno. Él, con su conciencia tranquila de que nunca supo ni ordenó lo que sus apóstoles hacían a sus espaldas, habla de justicia, reparación, de no aceptar la impunidad y debilidad del estado. Rabo de paja.

No es justo que los colombianos sean los espectadores de una batalla de poderes. No es justo que la guerra y sus muertos sigan siendo el negocio para unas cuantas familias. No es justo que las tierras y los recursos sigan siendo para los más adinerados. No es justo que aquellos que no padecieron la violencia salgan a protestar en contra de los acuerdos.

Es cuestión de intereses individuales: los que se han visto beneficiados por la corrupción, que lastimosamente ha caracterizado a la política colombiana, y los que han recibido apoyo del innombrable salvador, defienden el No a capa y espada. Pero los que han sufrido masacres cometidas tanto de la guerrilla como por los primos del ejército y la policía, las AUC, reclaman el fin del conflicto con la guerrilla, que es solo una parte de la problemática, porque aún quedan más grupos y para testificar están aquellos que actualmente son extorsionados por la bacrim.

Los que apoyan el Si no son guerrilleros y los que apoyan el No tampoco pueden ser sus enemigos. El beneficio no será solo para unos cuantos, bueno, a los únicos que le hará daño es a los políticos y empresarios que viven de la guerra, pero el ciudadano que ha sufrido o se ha visto afectado, las ciudades que han sufrido desabastecimiento de productos, tendrán mayores ventajas gracias a los cambios que se efectuarán en cuanto al agro.

Para que el país pueda llegar a una paz general es necesario que los políticos se pongan la mano en el bolsillo y se den cuenta que ya está bastante lleno, que deben ponerle alto a la desfalcada tan descarada a los recursos estatales, que deben dejar de vender el país a pedazos. Deben entender que Colombia no le pertenece a unas cuantas familias de apellido bonito. Y los ciudadanos deben comprender que son los responsables de poner esos personajes en los cargos públicos.

A los que digan que la solución está en las armas, los invito a que le pregunten a un militar lo difícil que es estar en un combate, o que le pregunten a las madres de los soldados que caído en guerra, lo doloroso que es enterrar a sus hijos.

El diálogo siempre será el arma más eficaz para solucionar las diferencias. El proceso de paz no es entre Santos y la guerrilla, es entre los colombianos que hoy tristemente nos insultamos a través de las redes sociales defendiendo el Sí y el No.

No es utopía, pero la paz se construye en grupo, respetando, siendo tolerantes, ayudando, perdonando. Colombia necesita equidad en la distribución de los recursos, que la corrupción no siga siendo el negocio de algunos para que sus hijos vivan bien. La salud, la educación, el deporte, la cultura y demás deben ser prioridad y el mejor mecanismo para lograr el cambio.

No había otra salida, los diálogos eran y serán la solución. Durante ocho años se comprobó que la violencia no se confronta con más violencia. ¿Qué quedó de la lucha contra las Farc a través de las armas? Falsos positivos; militares acusados por nexos con las AUC; bandas criminales; militares muertos, campesinos muertos. ¿Eso es mejor?

Aquellos que no estén de acuerdo con los diálogos sean bienvenidos al ejército nacional, la armada o la policía y sean bienvenidos al campo de batalla para enfrentar a las AUC y el ELN. No enviemos a los familiares de otros a la guerra, vayamos nosotros mismos a ver si seguimos pensando que la solución está en las armas.

Más palabras, menos bala.

@RubenMoreno_28

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