Urrá: una lección apocalíptica para Hidroituango

Urrá: una lección apocalíptica para Hidroituango

Con la construcción de esta hidroeléctrica, el valle del Sinú quedó impactado en todos los sentidos, herido de muerte. ¿Se repetirá la historia con la de Ituango?

Por: Ramiro Guzmán Arteaga (*)
febrero 16, 2019
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Urrá: una lección apocalíptica para Hidroituango
La subida y bajada intempestiva del río Sinú por la manipulación de las compuertas de la hidroeléctrica de Urrá está ocasionando graves problemas de erosión de las riberas; en el corregimiento El Campano, municipio de Lorica, el impacto se está llevando la carretera.

Debo decirlo con modestia pero con firmeza: fui el primero, desde el periodismo, en denunciar el impacto ambiental social y cultural de la Hidroeléctrica de Urrá sobre el valle del Sinú. En su momento muchos me trataron de enemigo del desarrollo. “Te tiraste a Córdoba”, me dijo el gobernador del momento cuando lo entrevisté para CM& y El Espectador, en fin, me trataron de amargado, resentido. Luego supe que mi nombre fue estudiado, mis pasos seguido, pero quienes lo hicieron no encontraron nada más que a un periodista solitario. Ya de esto se puede hablar. También me hicieron guiños para endulzarme, algo así de lo que hoy llaman “enmermelarme”, pero no encontraron receptividad de mi parte. Al final, desistieron, sabían que no comulgo con la corrupción de ningún tipo, pues comprar la verdad es la peor forma de corrupción tanto del que la compra como el que la vende. Y los años me han dado la razón. Ahí están los resultados. Un valle del Sinú impactado en todos los sentidos, herido de muerte. Todo se está cumpliendo.

Urrá, el espejo del Cauca

Sea el momento para decir que muchos de los impactos del Sinú también se darán en el río Cauca y su zona de influencia, porque no son solo los del lecho del río, sino los que se suceden en toda el área de influencia, en centenares de kilómetros y, por qué no, sobre el planeta, pues los impactos ambientales de cualquier hidroeléctrica son universales. Al igual que sucedió con la construcción de la Hidroeléctrica de Urrá, en el Cauca desaparecerá la reproducción natural de peces nativos y por tanto la pesca, de la que viven centenares de familias. Llegarán nuevas especies exótica e invasoras, tanto de peces como de microorganismos, a invadir, a adaptarse y apropiarse del lecho del río. Especies de “pequeños monstruos” surgirán, se adaptarán y consumirá los nutrientes; y los microorganismos, que han creado un hábitat natural durante miles de años, desaparecerán.

El "efecto yoyó", es decir, el subir y bajar de los niveles del río de acuerdo a la demanda de energía, hará que el río se erosione en sus riberas porque para él no habrá época de sequía ni de lluvia que determinen sus niveles [como ocurría en estado natural], sino que estos se harán en forma artificiosa por el cierre y apertura de las compuertas. La erosión de las orillas del río, a su vez, ocasionará sedimentación porque el “lodo licuado" de los terraplenes que se desprenden de las orillas, se depositarán en el fondo del lecho del río y empezarán a formarse islotes que, con los años, fraccionaran el río en pedazos [así está sucediendo con el río Nilo], y allí se iniciará su propia agonía. Igualmente, muchos árboles de las riberas y zonas de influencias se caerán porque ese mismo efecto generará humedad al interior de la zona de influencia, en época de verano, que es cuando los árboles aprovechan para afincar sus raíces en el suelo, pero al no contar con el ciclo natural para "agarrarse", con sus raíces, se caerán. Así ha sucedido, y viene sucediendo, a lo largo del valle del Sinú, donde centenares de árboles se han venido al suelo por el exceso de humedad subterránea, cuando en época de verano, el río se crece artificiosamente.

Las hidroeléctricas y el calentamiento global

Pero uno de los impactos más graves también se generará por la descomposición de maleza que queda sepultada debajo del embalse. Leo en un artículo del diario El País de España: "Investigadores de la Universidad del Estado de Washington (WSU) concluyeron recientemente, en un artículo publicado en la revista científica Bioscience, que las represas son una fuente importante de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), en particular de dióxido de carbono, de óxido nitroso y mayormente de metano. Este último es un gas 34 veces más potente que el dióxido de carbono (CO2)".

Esto implica que, lejos de ser una solución, las represas [léase bien: Urrá, Hidroituango y todas las represas de hidroeléctricas del mundo] agravan el cambio climático. Hasta el momento, la evidencia científica apuntaba a que las emisiones contaminantes se presentaban en represas ubicadas en zonas tropicales. Sin embargo, la investigación de la WSU concluye que los embalses de todas las represas del mundo emiten GEI, sin importar su latitud ni propósito (generación de energía, control de inundaciones, navegación o riego).

Un cuento chino

Lo del control de las inundaciones fue una idea que le vendieron a los ribereños para construir la hidroeléctrica. Pero ello ha traído efectos colaterales inmensos, pues el valle del Sinú se está muriendo porque estas, las inundaciones, aportaban nutrientes que lo fertilizaban. Las ciénagas de Bañó y Los Negros, en Palo de Agua, municipio de Lorica, ahora se están secando, pues están invadidas por matorrales y se están sedimentando; está desapareciendo la Enea y otras especies de plantas nativas. En la zona mínimamente se reproduce la hicotea porque miles de huevos se dañan por los bruscos cambios de temperatura, porque las crecientes intempestivas y provocadas, por la apertura de las compuestas, inunda lo que eran los playones, donde ahora tampoco se cultiva la patilla criolla propia del verano.

Es probable que en la zona de Hidroituango, al igual que ha sucedido en otras partes del mundo, se produzcan movimientos telúricos, no se puede saber con qué intensidad, debido al sobrepeso de las obras civiles y de las aguas represadas.

Lo dicho aquí es solo una parte de todo el impacto ambiental, al que se debe incluir el impacto social, después de que miles de familias que viven de la pesca queden sin trabajo y tengan que dedicarse a otros oficios. Así sucedió en el alto Sinú, en donde comunidades indígenas Embera Katíos se han dispersado, cambiaron su modo de vida, al igual que muchos colonos que vendieron sus tierras y han tenido que desplazarse para otras ciudades y a otros países. También en los municipios ubicados en zona de influencia de hidroituango los habitantes cambiarán su forma de sentir la vida. Muy probablemente, al igual que en los municipios ribereños del Sinú, todo esto será caldo de cultivo para que germine la delincuencia. Este es apenas un panorama de esa evidencia apocalíptica que generará Hidroituango, y que ya está generando, en todas las direcciones, la hidroeléctrica de Urrá, en el departamento de Córdoba.

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