Un cambio en el 'line up'
Opinión

Un cambio en el 'line up'

Alicia Arango no fue la ministra de Cultura que Álvaro Uribe esperaba para izar con ella el galeón San José; Duque hizo un oportuno zigzag y la nombró en Trabajo

Por:
julio 27, 2018
Este es un espacio de expresión libre e independiente que refleja exclusivamente los puntos de vista de los autores y no compromete el pensamiento ni la opinión de Las2orillas.

Ser de la pepa del alma de un líder político con cauda y poder acarrea puntaje. Es el caso de Alicia Arango, ex secretaria privada de Uribe y jefe de debate del presidente electo. Por eso, tan pronto se conoció el resultado del 17 de junio el nombre de Alicia surgió, antes que cualquiera otro, para el Ministerio de Cultura con la complacencia de muchísima gente. No hubo quien dudara  de un dedazo de Uribe, pero la decisión oficial de Duque, a más de un mes de su unción, fue otra: el destino era Trabajo, no Cultura. Un mensaje para suponerle autonomía con justificación y lealtad de la buena. Ya verán por qué.

Parecía obvio que la embajada de Arango ante la OIT indujo a Duque a cambiarle la cartera a la candidata, seguro de que acertaba. Tuvo que quedarle mucho bagaje –pensó– de aquella experiencia diplomática, suficiente para presumir que en el Ministerio de Trabajo podría reconciliar al capital y al trabajo, luego de la nociva legislación, para los intereses proletarios, expedida entre 2002 y 2018. Muy lógicas la apreciación de Duque y la deducción de los entendidos en las lides de esos dos factores de la producción. El resto correrá por cuenta del tacto y la capacidad de negociación de la ministra.

Sin embargo, el motivo de Uribe tenía otro cariz: un interés patriótico en ser protagonista, a través de su colaboradora más cercana, de la subida a la superficie del tesoro del Galeón San José para celebrar juntos con fotos y audios. Es un hecho histórico sin precedentes, del que los españoles reclaman participación como víctimas del ametrallamiento de los ingleses por estar tan de moda exigir verdad, justicia y reparación, y el detrimento de semejante masacre, que incluyó personas y metales, fue fatídico para las arcas de la metrópoli y la estabilidad de su imperio. Imposible desperdiciar una oportunidad tan bien servida.

 

Creo que el cambio en el 'line up' obedeció a que,
como dijo Óscar Alarcón en un microlingote de hace cuatro días
“Los hijos de Uribe están aprendiendo a bucear… por el
galeón San José”)

 

Creo que el cambio en el line up obedeció a que, como dijo Óscar Alarcón en un microlingote de hace cuatro días (“Los hijos de Uribe están aprendiendo a bucear… por el Galeón San José”), Tomás y Jerónimo querían secundar, con amor filial, el interés patriótico de su papá, pero Duque prefirió evitar (amigo es el que protege, no el que obedece a ciegas) el morbo vengativo de los que disienten del santoral del uribismo. ¿Qué tal que a los muchachos se les hubiera ocurrido, si bajaban con los rescatistas expertos a las aguas profundas del Caribe, financiar la operación con las utilidades percibidas por la venta de las manillitas artesanales, tal como lo hicieron con la Zona Franca de Occidente en Mosquera (Cundinamarca) y un proyecto inmobiliario en Montería?

Si uno examina las personalidades de esos dos retoños del empresario y político del Ubérrimo, se percata de que son ejemplares humanos nacidos para los negocios, pues desde hace 17 años, apenas uno antes de ser presidente su progenitor, “el éxito (fue) una aspiración legítima de quien lo ha luchado… moliendo de sol a sol, haciendo empresa y creando empleo”, mientras el Estado dejaba hacer y pasar conforme a la divisa conocida. Y ahora que el taita es dueño del ruedo nacional, la tentación debilitaría la carne más que la pasión. ¿Cómo no abonarle a Duque ese oportuno zigzag en una nominación exclusivamente suya? El hombre honrado de su palabra es esclavo. En eso, Duque la honró en sus términos y significado.

Uribe nació con un don divino: lo que en los demás mortales es vitando en él es honroso. Por tanto, es mejor no repetir la ingenuidad de los ministros que, por cuadrarle la reelección al jefe encariñado con la guerra, acabaron en chirona, y él, beneficiario único del cohecho, sirviendo a la patria con honradez benedictina. Carmen Inés Vásquez, la nueva ministra de Cultura, tendrá la misión de ver qué hace con lo que trescientos años de naufragio no deterioraron con sal y yodo permanentes, sin ganar desprestigio.

Quién sabe si Duque, por carambola del acaso, salvó a Tomás y Jerónimo de una suerte igual a la del buzo que murió en Tailandia mientras suministraba oxígeno a los niños futbolistas atrapados en una cueva por la alta marea.

 

.

Sigue a Las2orillas.co en Google News
-.
0
La sucesión presidencial

La sucesión presidencial

Jubilarse: un estigma

Jubilarse: un estigma

Los comentarios son realizados por los usuarios del portal y no representan la opinión ni el pensamiento de Las2Orillas.CO
Lo invitamos a leer y a debatir de forma respetuosa.
-
comments powered by Disqus
--Publicidad--