Roy y Benedetti, ¿dónde están sus votos?

Roy y Benedetti, ¿dónde están sus votos?

Con el ingreso de los dos líderes políticos al Pacto Histórico buscan robustecer esa colectividad. Sin embargo, su capital electoral no es tan fuerte

Por: Fredy Alexánder Chaverra Colorado
agosto 26, 2021
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Roy y Benedetti, ¿dónde están sus votos?
Foto: Las2orillas

Con llegada de Armado Benedetti y Roy Barreras a las toldas del Pacto Histórico se armó tremendo avispero. No es para menos: a los senadores los acompaña la herencia de la más rancia politiquería, pues entre los gobiernos de Uribe y Santos se convirtieron en dos caras visibles de la clase política tradicional. Para Petro, el aterrizaje de los senadores a la coalición de centroizquierda es una muestra de apertura programática y va en la línea de consolidar su giro pragmático. Mientras que con Roy se suma una voz autorizada en la defensa de la paz, con Benedetti se gana un cuestionado experto en cabildeo y un lobista de primera línea.

Además de su llegada al Pacto Histórico, Roy y Benedetti tienen varios aspectos en común: vienen de militar en partidos de origen liberal; fueron piezas claves en el ascenso del Partido de la U como la mayor fuerza política en 2010; se convirtieron en los principales escuderos de Santos tras su ruptura con Uribe, y dada su naturaleza de gobiernistas, construyeron su capital político, considero yo, a base de clientelismo, control de entidades, ejércitos de contratistas y muchísima mermelada.

Así sean congresistas visibles, no son propiamente líderes de opinión y sus votaciones en la última década solo han respondido a las dinámicas de la política tradicional. Ahora que no son los consentidos del gobierno, ¿dónde están sus votos?

Empecemos con Roy. En medio del proceso de paz experimentó una epifanía que lo convirtió en un pacifista. A lo largo de 2017 jugó un papel importante en la primera fase de la implementación del acuerdo de paz y tras su salida del Partido de la U (sin renunciar a su curul), intentó alcanzar visibilidad con un fallido referendo de revocatoria presidencial al que tendenciosamente llamó Chao Duque y luego se montó en un movimiento denominado La Fuerza de la Paz. Esa será su plataforma presidencial en la consulta del Pacto Histórico. Su mejor registro lo alcanzó con 110.358 votos en las elecciones de 2018. ¿Acaso, creen qué esa fue una votación de opinión?

No hay que olvidar que Roy fue una especie de “primer ministro” en los gobiernos Santos y el presidente le retribuyó esa lealtad con un sólido manejo en la burocracia nacional y regional. Ya que por primera vez en su trayectoria política no está bajo el paraguas del gobierno o tiene ese manejo clientelista, es válido preguntarse: ¿conserva esa votación?

Si el senador está buscando que su esposa, Gloria Elena Arizabaleta, lo reemplace en su curul (una práctica muy frecuente en los políticos tradicionales) ocupando una posición clave en la lista cerrada del Pacto Histórico (entre los primeros cinco reglones), ¿acaso, estará utilizando su votación de 2018 como moneda de cambio?

Personalmente, considero que el capital electoral de Roy es bastante precario. Gran parte de su votación desde que dio el salto al Senado en 2010 se sustentó en el tipo de relaciones clientelistas que disipan cuando se pierde el puesto o el contrato. Su pretensión de convertirse en un líder de opinión, así pida perdón por su pasado uribista, promueva fallidos referendos, aparezca en cuanto programa lo invitan o no le dé importancia a su naturaleza de político tradicional, tampoco ha podido despegar, y para muestra, en las encuestas no solo es muy desconocido, sino que su porcentaje de apoyo no supera el margen de error.

Sigo con Benedetti. El senador no se ha mostrado tan activo como Roy. Al parecer, su papel en el Pacto Histórico se ha concentrado en activar sus habilidades y relaciones como lobista, buscando acercar a Petro a algunos sectores empresariales para disipar temores y espantar el coco del castrochavismo. Sin embargo, Benedetti resulta siendo un “sapo” más difícil de tragar que Roy, pues a lo largo de su trayectoria política se ha visto inmerso en varios escándalos, tiene muchas investigaciones encima, lo persigue la sombra de Odebrecht y es la más viva encarnación de la politiquería. En 2018 alcanzó 72.576 votos en su cuarta campaña al Congreso (donde lleva 20 años).

Al igual que Roy, ¿buscará imponer algún sucesor en la lista al Senado del Pacto Histórico?

Con la adhesión de Benedetti y Roy a la coalición del Pacto Histórico, la izquierda se ganó el sector más visible del santismo. No obstante, sin tener claridad de su fortaleza más allá de lo programático. Si es una circunstancia que refleja el giro pragmático de Petro y su capacidad para “rehabilitar” a dos maestros de la politiquería, muy debilitados en sus posibilidades electorales al no estar bajo la sombrilla del gobierno de turno, pero ansiosos por heredar su curul utilizando como moneda de cambio votaciones logradas a base de clientelismo y manejos burocráticos.

Si al final lo logran ubicando a sus fichas en lugares privilegiados de la lista, harán carambola porque al ser una lista cerrada no se podría determinar con precisión dónde estaban sus votos. Vaya paradoja.

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