Respaldo popular para un acuerdo nacional
Opinión

Respaldo popular para un acuerdo nacional

Polarización, reformas sociales y lucha política electoral mostraban la necesidad y conveniencia de la movilización popular que fue la más grande en 33 años

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septiembre 28, 2023
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Desde cuando el Comando Nacional Unitario-CNU- y la Coordinadora Nacional para el Cambio-CNPC-(antes Comité Nacional de Paro), propusieron la realización de una amplia movilización social para el 27 de septiembre, masiva y pacífica, diversos sectores sociales y políticos, además de considerarla conveniente y necesaria, suponían un reto muy grande, en especial porque el uribismo intentó al menos dos marchas, en este periodo, que les fracasaron.

A este llamado respondieron positivamente los partidos y movimientos de los partidos de gobierno, muy especialmente el Pacto Histórico. 

De igual manera reaccionó el gobierno, dado que es bien sabido, el presidente Gustavo Petro ha reiterado que sin movilización popular no habrían reformas sociales, por lo cual no dudaron un minuto en convocar al CNU y a la CNPC, para coordinar toda una estrategia encaminada a hacer sinergias para un resultado contundente en esa movilización.

En la coyuntura política se han movido al menos tres aspectos que mostraban la necesidad y conveniencia de dicha movilización y por tal la obligación de tener un amplio éxito en dicha movilización. 

La primera,  el nivel de polarización desatado por sectores de la extrema derecha, con escándalos mediáticos de presunta corrupción por parte del gobierno del cambio, incluido la posibilidad de un desencadenamiento de un golpe de estado blanco,  al estilo de Brasil con el golpe institucional para derrocar a la presidenta Dilma Rousseff y preparar la llegada de un gobierno fascista como el de Bolsonaro, o uno más duro con un golpe militar. Todo esto acompañado de una seguidilla de encuestas que daban cuenta de una presunta debilidad del gobierno con altos índices de desfavorabilidad en su imagen.

El segundo corresponde a que en el trámite de las reformas sociales del cambio, la de la salud, la educación,  la pensional y la laboral, hay un trancón legislativo en el congreso, que dilata y aplaza la aprobación  de las susodichas reformas. Con un sinnúmero de triquiñuelas parlamentaristas, tratan de una parte no comprometerse con ninguna decisión sobre ellas, esperando no armar una mayor polémica que les pueda implicar un castigo electoral del sufragante.

Y la tercera está  en ese terreno de la lucha política electoral que en este momento está en pleno furor, pues en un mes se estarán definiendo las elecciones territoriales,  que definen gobernadores, alcaldes, concejales y ediles, por lo cual hay un amplio interés de los partidos de gobierno y de oposición por destacar o las propuestas de consolidar el cambio o por el contrario desde la oposición mirar como se fortalece en los territorios para desde allí ampliar su oposición y preparase de mejor manera para las elecciones del congreso y presidente en el 2026.

Estos tres aspectos combinados, determinaban la obligación, como ya lo referimos, de éxito  en la movilización.

Se tensionaron todas las fuerzas. El sindicalismo y las organizaciones sociales desarrollaron campañas de socialización de las reformas sociales del cambio, realizaron campañas mediáticas en sus programas, en los medios alternativos y en las redes sociales, encaminados a ampliar el mensaje de la movilización y lograr una mayor participación.

El gobierno nacional hizo lo propio, poniendo a funcionar la administración tanto en lo operativo como en las comunicaciones, incluyendo pagando mensajes en los medios de comunicación de propiedad privada de los grandes cacaos del país.

Los poderes mediáticos se dedicaron a estigmatizar la movilización sosteniendo que era para chantajear al Congreso, que era con los recursos del estado que se financiaba y que era en época electoral, por lo cual se violaba la ley al respecto. Nada de ello correspondía, pues mientras la movilización presiona a los congresistas, los medios se silencian frente a la presión que empresarios y cacaos hacen con la financiación de los partidos de la oligarquía y las élites, para que esos congresistas voten normas favorables a ellos y se opongan a las que les debilite algunos de sus inmensos privilegios. Los recursos del estado del gobierno nacional y de varios alcaldes se usaron para refrigerios y adecuación de alojamiento como garantías de esa misma movilización, así se ha hecho en gobiernos anteriores, eso sí, este gobierno nunca los agrede en ese derecho constitucional, como si los violentaron antes, incluyendo la pérdida de vida y de ojos. Y bueno, el apoyar o no las reformas sociales del cambio define, la participación electoral de mucha gente.


El ciudadano de a pie, los campesinos, indígenas, afros, mujeres,  diversidades sexuales,  trabajadores y trabajadoras, entendieron muy bien el momento político y atendieron el llamado


El ciudadano de a pie, los campesinos, indígenas, afros,  mujeres,  diversidades sexuales,  trabajadores y trabajadoras, entendieron muy bien el momento político y por tal atendieron el llamado que se les hizo y por tal abarrotaron calles y plazas, con entusiasmo, alegría,  masiva y pacíficamente, tal que lograron un impacto político positivo, que el primero en registrarlo fue el mismo presidente, que de manera mucho más tranquila consideró que con este respaldo se enviaba un mensaje de disuadir a quienes han querido derrocarlo, señalando además, que si hubiese una elección presidencial él ganaría de nuevo.

Pero lo más importante, es que le permitió presentar de nuevo, en un ambiente de apoyo popular, la propuesta de un acuerdo nacional con la oligarquía y las élites, pero no para arrodillar al gobierno y tampoco para darle más privilegios a ellos, sino para atender los reclamos del estallido social y que estarían contenidos en las reformas sociales que son el cambio.

En dicho acuerdo estarían los temas de la verdad, la tierra y la educación, para lo cual se insistiría en una estrategia de movilización.

Digamos como conclusión, que esta extraordinaria movilización del 27 de septiembre, la más grande y pacífica de un día en los últimos 33 años, pone el balón en la cancha de los poderes económicos y políticos de la oligarquía. El gobierno sí tiene respaldo popular y en el juego democrático se requiere atender sus reclamos.

Posdata: Y el 29 de octubre deben respaldarse las candidaturas de quienes estén conectados con el gobierno del cambio y sus reformas.

X: fabioariascut

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