Quintero y Ríos Vivos, un cara a cara entre la expectativa y la desconfianza

Quintero y Ríos Vivos, un cara a cara entre la expectativa y la desconfianza

El pasado 12 de mayo, en un hecho inédito, el alcalde de Medellín se reunió con voceros del movimiento. Una mirada al encuentro

Por: Fredy Alexánder Chaverra Colorado
mayo 20, 2021
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Quintero y Ríos Vivos, un cara a cara entre la expectativa y la desconfianza

En esencia, fue un cara a cara entre Quintero y la reconocida lideresa social Isabel Zuleta. El encuentro se enmarca en un proceso más amplio y complejo de distensión y diálogo (coordinado por la invisible Secretaria de No Violencia); sin embargo, se propicia sobre una serie de interrogantes, entre ellos, si Ríos Vivos en su capítulo Antioquia bajará el tono frente a las afectaciones de Hidroituango o si este acercamiento con movimientos opositores anticipa una reconfiguración en la estrategia de relacionamiento entre el alcalde y sectores críticos (que se ha venido caracterizando por la estigmatización y el lenguaje divisorio) ad portas del inicio del proceso de revocatoria. Para comprender mejor lo que representó ese encuentro y lo que se viene, propongo las siguientes líneas de análisis.

Isabel Zuleta va bajando el tono

En la práctica, Ríos Vivos opera como una coordinación de un mosaico de organizaciones sociales de base articuladas en torno a una agenda dinámica de garantía de derechos colectivos; liberación de los ríos y defensa de los derechos humanos. En Antioquia (y gran parte del país), el rostro más visible del movimiento, al punto, que se tiende a creer erróneamente que es la vocera única de todos los movimientos articulados a Ríos Vivos es, Isabel Zuleta, socióloga de profesión y lideresa de amplia trayectoria, quien en los últimos años ha logrado posicionar ante la opinión pública las afectaciones derivadas del megaproyecto en las comunidades del norte, el occidente y el bajo cauca. Para ello, combina una efectiva presencia en medios alternativos con un relacionamiento cada vez más cercano con la izquierda.

Además, Zuleta es una antifajardista consumada, tal vez, la mayor opositora a Fajardo desde su paso por la gobernación de Antioquia entre 2012 y 2015. Ese perfil cada vez más político la ha vuelto “atractiva” de cara al 2022 y ya es vox populi que será candidata al Senado por la lista del Pacto Histórico. Inicialmente, su nombre se propuso para encabezar la lista a Cámara de Representantes (que se percibe bastante débil en Antioquia) siendo fórmula del analista y también antifajardista de primera línea, Gilberto Tobón. Sin embargo, esa opción se descartó y el nombre Zuleta ya se da por fijo en el tarjetón al Senado. Desde lo ideal y programático es un contrapeso interesante del Pacto Histórico a la pálida bandera medioambiental de los verdes.

Del desmantelamiento a la distensión

Más allá del posicionamiento político de Zuleta, el encuentro entre un alcalde de Medellín y Ríos Vivos marca un precedente importante. Impensable con Aníbal Gaviria o Federico Gutiérrez. El encuentro estuvo antecedido por cierta tensión debido a que el movimiento metió presión con el bloqueo por varios días del ingreso de trabajadores a la megaobra. Ante esa situación solo había dos salidas: intervención del Esmad o diálogo. Con fortuna, ganó la sensatez y se dieron las condiciones para consensuar un cara a cara en el recinto del consejo de gobierno de La Alpujarra y así  buscar alternativas a una conflictividad que ya lleva varios años y que no ha parado de crecer. A veces, con gran intensidad y frustración para las comunidades afectadas.

El posterior diálogo con Quintero fue sencillo y ejecutivo, se crearon sendas comisiones para revisar la viabilidad de un pliego de petición unificado y se generó un ambiente de confianza suficiente para avanzar en la búsqueda de soluciones. Es un gran resultado dado que hace algunos meses el movimiento estaba exigiendo desde una posición más radical el desmonte de Hidroituango; realizar todas las obras para avanzar en un desembalse y promover una reparación integral a las comunidades afectadas. Al parecer, solo se avanzará en el sentido del último punto porque “Hidroituango va porque va” y es inviable pensar en un desembalse. Lo positivo es que Quintero abrió una ventana de oportunidad y le permitió a Ríos Vivos interlocutar desde su agenda.

La agenda (conocida por quien escribe esta nota) se encuentra integrado por dos puntos:

- Reparación integral de los ecosistemas afectados por el megaproyecto.

- Garantías de no repetición.

Cada punto se compone de un amplio conjunto de subpuntos (son más 80) que revelan un auténtico programa de gobierno. Con componentes que se escapan a las capacidades administrativas de un alcalde de Medellín y que ameritarán involucrar a los gobiernos municipales en las áreas afectadas, así como al gobierno departamental y Nacional en la eventual mesa de diálogo. ¿Hasta ese punto llegarán los acercamientos?, ¿cuál será el rol de Isabel Zuleta en ese proceso cuando inicie su campaña al Senado?

Una concertación más allá de Quintero 

Sin desmeritar la importancia del encuentro, sí estoy convencido de que el proceso de concertación debe ir más allá del Quintero e involucrar otro tipo de actores, tanto del resorte regional como nacional. Esto porque el pliego de petición unificado es contentivo de acciones que desbordan el margen de maniobra del alcalde e implican la concurrencia de las administraciones locales y la departamental. Algo que se debe subsanar con prontitud para no sucumbir ante el incumplimiento de “expectativas creadas” o concertar acciones que se quedarán a medio camino. Quintero le asignó esa tarea de coordinación a Juan Carlos Upegui y Juliana Colorado, secretarios de No Violencia y Medio Ambiente respectivamente, dos quinteristas de primer nivel, pero con nula experiencia en relacionamiento con sectores sociales.

Con el cara a cara se da un primer paso de gran importancia y se “congela” la intención de Ríos Vivos de recurrir al bloqueo como medida de presión, pero solo la dinámica del diálogo, la construcción de acuerdos y su implementación allanarán el camino para que esa opción no se vuelva a contemplar y que a mediano plazo tanto las comunidades como el movimiento se sientan reparados. No hay duda de que se viene un camino que se espera no sea muy largo. Importante para que el diálogo no se quede en los vaivenes de un entretiempo electoral.

Aclaración. Para escribir esta nota intenté comunicarme con Isabel Zuleta para precisar lo de su aspiración al Senado, pero no respondió los mensajes.

Adenda. Desde diferentes perfiles en Facebook se me viene atacando con mensajes de odio. Me tildan de “hiena resentida” o “viudo de poder”, responsabilizo al discurso divisorio de Daniel Quintero (a quien apoyé en campaña) de cualquier agresión física a mi integridad.

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