¿Aplausos o abucheos para Petro? Propuso subir aranceles para blindar la producción nacional

¿Aplausos o abucheos para Petro? Propuso subir aranceles para blindar la producción nacional

La idea del candidato no es descabellada, pues los países más desarrollados lo hacen. Pero debe ser flexible para enfrentar la crisis alimentaria y de empleo

Por: Luis Alfredo Muñoz Wilches
febrero 21, 2022
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¿Aplausos o abucheos para Petro? Propuso subir aranceles para blindar la producción nacional

Los políticos suelen ser a menudo esclavos de algún economista difunto

John M Keynes

La discusión entre el proteccionismo y la apertura económica ha vuelto a colocarse en el centro del debate de la económica política del país, gracias a la propuesta de Gustavo Petro de aumentar los aranceles para proteger la producción nacional. “Así sea un debate anacrónico, hay que darle la bienvenida”, manifestó Juan Camilo Restrepo en su columna del Nuevo Siglo. Y agrego que los demás candidatos andan empantanados en unas mezquinas rencillas personales.

Paradójicamente, las discusiones a cerca de las relaciones entre el comercio internacional y el desarrollo de las naciones siguen siendo tan importantes y controvertidas como hace dos siglos, cuando los padres de la economía clásica (Smith, Ricardo y Marx) se trenzaron en una ardua pero fructífera discusión sobre las ventajas y desigualdades que genera el libre comercio entre países con niveles de desarrollo claramente diferenciados.

En el mundo contemporáneo, los diferentes obstáculos interpuestos al libre comercio por parte de los países desarrollados han sido tan frecuentes como el fracaso de las recomendaciones neoliberales de los organismos multilaterales a los países en desarrollo.

A pesar del acuerdo logrado en la Ronda de Uruguay (1982), que dio origen al más ambiciosa reforma del sistema mundial de comercio, los países más desarrollados mantienen elevadas barreras de protección a sus economías para favorecer su crecimiento. Tanto los Estados Unidos como Japón y los países de la Comunidad Europea (CE) conservan esquemas arancelarios y sanitarios que favorecen la producción de bienes y materias primas agroindustriales, consideradas estratégicas para la soberanía alimentaria de sus países.

Por el contrario, la mayoría de los países en desarrollo, como Colombia, siguiendo los dictámenes “Consenso de Washington” (1989), adoptaron reformas económicas para lograr la estabilidad macroeconómica, la superación de la pobreza y el crecimiento económico.

Treinta y dos años después, el país enfrenta los mayores desequilibrios macroeconómicos de su historia reciente, como consecuencia no solo del deterioro de los términos de intercambio, sino del fracaso de las políticas neoliberales.

El extraordinario aumento del déficit de la balanza comercial, que alcanzó la preocupante cifra del -6,4 % del PIB, es el resultado no solo del mayor aumento de las importaciones (40,8 %) sobre las exportaciones (23,7 %), sino de las malas políticas comerciales del gobierno de Duque.

De una parte, el incremento del valor de las exportaciones tradicionales ha sido provocado por los choques externos, que hicieron subir los precios de los productos básicos en plena pandemia (carbón, petróleo, azúcar, café, etc.), más que por un aumento en la productividad y/o especialización productiva del país.

De otra parte, el aumento de las importaciones de alimentos, materias primas agroindustriales y productos manufacturados ha deteriorado los términos de intercambio, poniendo en riesgo la soberanía y seguridad alimentaria y empobreciendo aún más el trabajo de los colombianos.

Está difícil situación de la economía colombiana se ve refleja en el aumento de la pobreza (42,5 %), el desempleo (13,7 %) y el alza generalizada del nivel de precios internos, que alcanzó la cifra record del 6,9 % en enero pasado y, particularmente, en el incremento del precio de los alimentos (19 %); lo cual disparó las alarmas de la FAO en su más reciente informe sobre la seguridad alimentaria, al ubicar a Colombia, al lado de Haití, como los dos países de América Latina y el Caribe con mayores riesgos de hambrunas en el mundo.

Por estás poderosas razones, la propuesta del Pacto Histórico de acudir a políticas proteccionistas de emergencia parece razonable y asertiva. Siempre y cuando estas políticas sean lo suficientemente flexibles e inteligentes para enfrentar la situación de crisis que vive el país en materia de empleo y escasez de alimentos.

De acuerdo con la teoría del comercio internacional, una solución subóptima es aquella en la cual todos los actores sociales ganan un poco, aún a costa de una pérdida relativa de bienestar. En nuestro caso, una explicación muy sencilla es que la intervención del Estado, mediante subsidios o tarifas de protección, puede lograr una mayor eficiencia en la asignación de los recursos y, al mismo tiempo, mejorar el bienestar general de la población. ¿Cómo se explica está paradoja?

Cuando un país, como es el caso de Colombia, se ve enfrentado al dilema trágico entre la escasez relativa de alimentos y, al mismo tiempo, a mayores costos privados para ampliar su oferta interna, se requere la intervención del Estado para proteger la producción interna de alimentos y materias primas agroindustriales y, simultáneamente, mejorar la productividad; de tal manera que todos los actores ganen.

Para ello se requiere de una política integral de sustitución de importaciones que combine el alza de las tarifas arancelarias para la protección con una política de subsidios e incentivos a la producción interna.

Lo óptimo sería que los nuevos ingresos del Estado, provenientes del alza de las tarifas arancelarias, se destinaran a subsidiar -en el corto plazo- la importación de insumos y maquinaria agrícola y, al mismo tiempo, promover las mejoras de productividad, a través de la investigación, el desarrollo tecnológico y la innovación (I+D+i).

Solo una política integral de protección, fomento y asignación eficiente de los recursos públicos asegurará el éxito de unas políticas proteccionistas flexibles, eficientes e inteligentes que tanta falta nos hacen para hacer del país una verdadera despensa agrícola mundial.

Postre 1

Ante el estrepitoso fracaso de su campaña, Alejandro Gaviria, candidato de la Centro esperanza fue a la casa del Cesar, con el rabo entre las piernas, a solicitarle su aval, y salió con un palmo de narices… Jijiji, quiero dulces para mí.

Postre 2

La andanada de acusaciones que sostienen los medios, élites políticas y algunos jueces venales solo tiene un propósito: frenar el inminente triunfo electoral de Gustavo Petro, ha dicho la candidata al senado Piedad Córdoba. Como dice la famosa canción de la Guarachera de Oriente: Songo le dio a borondongo, Borondongo le dio a bernabé, Bernabé le pegó a muchilanga, le echó a burundanga Les hinchan los pies ….

Postre 3

Algo muy podrido debe haber en la zaga criminal de corrupción, compra de votos y triángulos amorosos que destapó la exsenadora Aida Merlano y que involucra a los poderosos clanes Char-Gerlein de Barranquilla para que las altas esferas del gobierno nacional estén “muertos del susto”.

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