¿Por qué Zidane se volvió un enemigo público para el hincha colombiano?

¿Por qué Zidane se volvió un enemigo público para el hincha colombiano?

'Con la suplencia de James en el Real Madrid, los colombianos tenemos entre ceja y ceja al técnico francés. Nos falta objetividad y sensatez'

Por: Juan Pablo González
junio 20, 2016
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¿Por qué Zidane se volvió un enemigo público para el hincha colombiano?

Un colombiano es patriotero por excelencia. Defendemos lo nuestro a capa y espada. Hacemos alarde cuando hacemos algo bien, y despachamos a cualquiera que no lo reconozca. Eso, de por sí, no está mal; un pueblo sin orgullo es como una Oreo sin crema.

Sin embargo, tenemos también la tendencia de salirnos de los límites de la cordura, la sensatez y la objetividad a la hora de valorar lo bueno que hacemos y la buena gente que tenemos.

El caso de James Rodríguez es un ejemplo más.

Bien es sabido que a James no le fue bien en la pasada temporada con el Real Madrid. Ni Rafa Benítez, ni Zinedine Zidane le dieron la titularidad. James pasó de ser un inamovible, como lo fue con Carlo Ancelotti, a sufrir por minutos y ser suplente crónico.

Claro que frustra ver a la estrella de la Selección Colombia, el goleador del pasado Mundial y símbolo del renacimiento del fútbol colombiano ser un actor de reparto. Más si antes había logrado consolidarse en uno de los mejores equipos del mundo, y sigue ofreciendo un buen rendimiento cuando juega a las órdenes de Pékerman.

A pesar de esto, a mí me cuesta mucho trabajo entender por qué ahora Zidane se volvió una suerte de enemigo público para el hincha colombiano. En Twitter, llovieron trinos de colombianos echándole en cara al francés el rendimiento de James en la Copa América. Mensajes al son de "Zidane hijuetantas, mira a tu suplente" o "Ese penal va para ti" le ponen un tinte negativo a algo que nos debería tener en absoluto éxtasis: una clasificación a semifinales de un torneo continental único.

No me voy a poner a hacer un análisis de táctica. No voy a hablar de la posición de James y de los esquemas que usan Pékerman y Zidane para sus equipos. Sí voy a decir, sin embargo, que maneras de jugar fútbol hay muchas. No todos los tipos de jugadores caben en todos los esquemas y dibujos tácticos que un técnico puede darle a su equipo para que juegue como le gusta.

La verdad del asunto es que Zidane emplea un sistema en el que James no funciona tan bien como en la selección. Pasa porque la posición en la que se desempeña James, el 10, no existe en ese esquema. Muy a su pesar, James no es reconocido por su versatilidad. Es uno de los mejores del mundo en esa posición, donde se siente cómodo, pero le cuesta rendir a un nivel similar si lo sacan de sitio.

Echarle en cara a Zidane, un tipo que ganó un Mundial, una Euro, una Champions y muchos otros títulos como jugador, que tenga banqueado a James es corto de vista y hasta infantil. Y es aún peor sabiendo cómo acabó la temporada como técnico del Real Madrid.

A Zidane le entregaron un equipo vencido en enero. Llegó a estar a trece puntos del Barcelona, pero con el francés al mando levantó y peleó el título hasta la última jornada. Le hizo falta un punto. Y hace unas semanas, ganó la final de la Champions League, dándole al Madrid su undécimo título europeo.

Nos falta sensatez. Hablamos de Zidane como si no supiera lo que hace. ¡El tipo se ganó la Champions! Cosa distinta sería si hubiese perdido la final, o peor, no la hubiera alcanzado. Ahí sí, tendría algo de peso eso que buscamos criticarle. Pero la realidad es que el Real Madrid levantó la copa de Europa sin James, y ¿quién sabe si volverá a ser el indiscutible que fue cuando llegó?

Pero lo peor de todo, es que todo este revoleo alrededor de Zidane y la suplencia de James se ha colado en la manera en la que apreciamos y disfrutamos de nuestra selección. Cada partido, cada jugada y cada toque de James se volvió parte de un esfuerzo de reivindicación que no tiene nada que ver con la Copa América ni con la selección.

No. Disfrutemos del buen momento de la selección. Estamos en semifinales, James está jugando bien y Pékerman, exceptuando el experimento contra Costa Rica, ha sabido manejar una transición que viene desde el final del Mundial.

Seamos inteligentes.

 

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