Un “pato” con plata y mala pata
Opinión

Un “pato” con plata y mala pata

Por:
julio 09, 2015
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Qué se mueve en el trasfondo de las frases destempladas del copetón que lleva nombre de pato y en el de las reacciones que ellas han suscitado en el cotarro internacional, segmento latino,vaya usted a saber.

Desde que el pasado 16 de junio, cuando en el lanzamiento de su precandidatura presidencial a los EU, este ganso fanfarrón (“tengo 9.000 millones de dólares”), que se coló en el estanque del Partido Republicano —ojo, conservadores, intervendrá el elefante con un photoshop del rostro Trump—, dijera: "México está enviando a gente con un montón de problemas (...). Están trayendo drogas, el crimen, a los violadores”, redes sociales, emisoras y televisiones del continente han forzados motores para treparse a la cuesta de semejante notición.

Claro que como rico Epulón que se respete —hay que reconocerlo—, el Donald lanzó al pobre Lázaro estas migajas: “Asumo que hay algunos que son buenos".A-l-g-u-n-o-s, entiéndase bien.Es una posibilidad.

So cute, míster duck.

Muy generoso. Tanto como parece serlo con el Head & Shoulders con el que ha dicho que se lava el mechón oxigenado que le parte de la oreja, bordea la glorieta de la frente y sube a morir a la coronilla. Solo que al dejárselo secar al viento durante una hora, mientras se felicita por lo que los periódicos dicen de él, se arriesga a que se le remojen las ideas.

(¿Conoce alguien un copete que piense?)

No obstante, y lo repudiables que son la xenofobia, la injusticia y las generalizaciones, creo que buena parte del llanto y crujir de dientes que se ha estado escuchando en las últimas tres semanas, tiene tanto de oportunista como de tartufo.

Ahora resulta que todos los latinos somos mexicanos ante la ofensa —que lo es— de Trump. Pero… ¿Lo fuimos ante la desaparición de los 43 normalistas del Caso Ayotzinapa, por ejemplo?, ¿o ante la masacre de montones de mujeres en Ciudad Juárez?

¿Hemos sido ecuatorianos para defender el derecho a la información?, ¿o venezolanos para presionar la libertad de los presos políticos?, ¿o brasileños para denunciar la corrupción?, ¿o argentinos para cuestionar el omnímodo poder K?

¿Hemos sido colombianos para hacer sentir nuestra voz frente a las diversas irregularidades que desde varios frentes se cometen dentro y fuera de nuestras fronteras?

Lo pregunto porque la esencia de la latinidad poco vale, si es selectiva.

Hoy no está claro si la furia generalizada proviene de lo que graznó míster Donald —con todo y el anuncio de levantar un muro de contención en su mandato—, o de que piense de los inmigrantes lo que tantos y en tantos sitios del planeta piensan, o de que no se hubiera retractado de lo que oímos en su mediático discurso, o de que se hubiera atrevido a insinuar que sus palabras habían sido distorsionadas.

O si proviene de todas las anteriores, Donald Trump es insoportable. También sus divertimentos. Empezando por el concurso de belleza del que es codueño, el cual —igual que todos los concursos de ese estilo que en el mundo son—, con la disculpa de las obras sociales que promueve, extrae jugosas ganancias del negocio que le suponen la candidez o la ambición de las elegidas y sus permanentes herederas.

Lo saben Raimundo y todo el mundo.

Lo sabe la Señorita Colombia quien también lo es del Universo. Calificó de “injustos e hirientes” los comentarios del jefe, sostuvo que La Organización nada tiene que ver con la política —ignorará que DT es el patrón—, y notificó al pueblo que no abdicará. (¡Qué descanso!). Después de varios días de polémica se mojó, pero solo la punta de los pies.

(Entretanto varias Misses que la antecedieron, de súbito se acordaron de las malas experiencias vividas durante el certamen. La memoria es así, de ocasión).

Por eso, digan lo que digan, amenacen con lo que amenacen, pase lo que pase, ni el Concurso se va a acabar, ni el Rey Midas dejará de convertir cualquier cosa que toque en oro, ni el mexicano Slim —el segundo hombre más rico del mundo— dejará de negociar con él, ni nada de nada. Los pocos pelos del Copete Trump seguirán ahí, estirados sobre el descampado.

Donde hay dinero hay poder, y donde hay poder hay perdón y olvido. La amnesia colectiva y el nuevo escándalo que siempre está por venir en los medios, jugarán a favor del “pato” con plata y mala pata. Cuac

COPETE DE CREMA: Lo más probable es que Donald Trump no llegue a la Casa Blanca, pero las odiosas declaraciones del 16 de junio no serán las responsables. Hagámonos a la idea de que los palos en la rueda serán otros, qué se va a hacer.

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