Pasión y estigma
Opinión

Pasión y estigma

Caballo significa fortaleza, belleza, sensibilidad, inteligencia y nobleza. Qué más quisiera tener un animal humano.

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junio 27, 2023
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De todas mis pasiones la de los caballos es la más pública y con contadas excepciones solo me ha traído bienestar y sabiduría. Siempre a lo largo de mi vida he estado en contacto con ellos. Conozco bien a un animal que también es diverso como el animal humano, distintas razas, especialistas en distintas actividades, cada cual con sus defectos y cualidades, se encuentran en todas las latitudes. Es muy fuerte y puede ser muy noble. Como los seres humanos. El Caballo Criollo Colombiano (CCC) es único, denominación de origen en mi opinión. Aquí surgió y aquí se ha desarrollado, cada vez mejor en sus andares, suavidad y brío. Es un patrimonio cultural.

Esta columna tiene apartes de otra que escribí en el año 2005 regocijándome por un evento que demostraba la capacidad de unirnos en torno al caballo. Hoy vuelvo al tema motivada por tres hechos: i) el constante hostigamiento a las cabalgatas a lo largo y ancho del país tildándolas de actividades relacionadas con el maltrato animal; ii) una cabalgata hermosa que hice la semana pasada con un grupo de Asdesilla, una de las Asociaciones en Antioquia que vela por el fomento y el bienestar del CCC y a la cual orgullosamente pertenezco; y la necesidad que siento, derivada de las anteriores, de reivindicar el dulce encanto de una relación histórica. Caballo y jinete. La llamamos binomio porque vamos juntos, todo el tiempo en una larga conversación, donde, contrario a lo que se cree, la relación que se establece es de interdependencia, desde el poder con, no desde el poder sobre. Los amamos, respetamos y cuidamos. Y ellos a nosotr@s también.

Caminamos juntos en diferentes pasos, aquí en Colombia, los nuestros, los originales, auténticamente colombianos. Trote, trocha, galope, y por supuesto, nuestro andar insignia, el paso fino. Pero también con otras razas saltamos con ellos y salvamos obstáculos de diferente altura y a diferente distancia. También corremos juntos tras una bola y en equipo, si se quiere, jugamos al fútbol pero además de nuestras piernas y habilidad, ponemos en el terreno de juego las del caballo. También bailamos y al ritmo de la música, jinete y caballo le muestran al público cómo nos entendemos, hasta qué punto nos compenetramos y al unísono nos desplazamos para lucirnos.

Muchas razas, todas presentes en el país nos muestran sus cualidades. Los que corren, los que aran, los que recogen ganado, los que tiran de carrozas, los que transportan personas, aquellos de pueblo en pueblo cargando mercados y cosechas, otros compitiendo en las playas, muchos en actividades terapéuticas en equinoterapia o docentes en las escuelas de chalanería, en fin, variopintos e importantes. Así nos cuentan por qué en la historia de la humanidad, con el avance tecnológico que desarrolló la movilidad humana a través de la máquina y los reemplazó en el mundo de la producción y el trabajo, persiste esa atracción por ellos. Olerlos, sentirlos, oírlos, acariciarlos, conducirlos, comprenderlos y cuidarlos nos produce siempre una emoción intensa. Pasión. Pura pasión.


Olerlos, sentirlos, oírlos, acariciarlos, conducirlos, comprenderlos y cuidarlos nos produce siempre una emoción intensa. Pasión. Pura pasión


No conozco a una sola persona aquí, del mundo de los caballos criollos, que no haya compartido esa sensación inefable de equipo, de esfuerzo compartido y de meta lograda. Una parte importante de nuestro país es caballista, enraizada en el campo, pasión construida desde la conquista, en una danza genética entre la selección natural y la humana, al compás de la geografía, el trabajo y las mutaciones en su genoma. Muchas gentes comparten conmigo este amor, trabajan y se ganan la vida en este mundo, es un renglón importante de nuestra economía, ya está calculado el aporte y sabemos con certeza que contribuye indudablemente a la generación de empleo.

Si los caballos son maravillosos y los caballistas amamos los caballos, si mucha gente deriva sus ingresos del empleo formal e informal, decente, que su crianza, competencia, exportación y disfrute, ¿cuál es el estigma? ¿Por qué tanto encono contra el mundo de los caballos criollos colombianos? Como si en las cabalgatas saliéramos a maltratarlos, como si no fueran entrenados dentro del método de la doma racional – por la vía de la confianza, no del terror- y el ejercicio regular que deben hacer los atletas equinos y sus jinetes, como si en las pesebreras y en los potreros no tuvieran alimento y cama a disposición bajo los mejores estándares de calidad en su cuidado.

He sido activa participante de muchísimas cabalgatas y doy fe como caballista que ama, cuida y respeta a los caballos, de que son actividades en las cuales todos los binomios están entrenados y bien atendidos - con algunas excepciones, que las hay por supuesto, por parte de personas ignorantes. El problema es que el foco se pone en la excepción. Por ejemplo en la cabalgata de la Feria de las Flores en Medellín, en 27 años, la mayoría de los reportes periodísticos esas noticias nocturnas se centraban en los accidentes y abusos. Una detractora, por ejemplo, defensora de los animales, decía “para ponerle orden a un evento en donde solo se ven personas en estado de embriaguez y caballos heridos o deshidratados”. No es cierto. Comentario mal intencionado, ignorante y falaz. Estigma. Puro estigma.

Para hacer descripciones juiciosas y bien documentadas, para hablar de las maravillas del evento se hacían cargo programas especializados, realizados por los conocedores del tema. Miles de caballos desfilaron a lo largo de esos años sin sufrir daño, la ciudad se vistió de fiesta, la gente de a caballo y la que espectaba disfrutaba. Dejo como ejemplo este video con el ánimo de contrarrestar declaraciones y conclusiones que han creado y reforzado el estigma: Cabalgata en la Feria de las Flores de Medellín- TvAgro por Juan Gonzalo Angel. https://www.youtube.com/watch?v=raKvEvdgNfE

Por eso propongo salir de un equívoco y espero que para siempre. En nuestro país, desafortunadamente, ha pelechado el prejuicio. Hablar de caballistas es hablar de mafiosos, borrachos o maltratadores de caballos. Es cierto que en un momento muy triste el mundo de los caballos se narco-enredó. Pero no tiene que seguir siendo así, como la misma Colombia. Y queremos que se levante el veto. Es una actividad elegante, digna, bonita, alegre, de gente común y corriente.

Y caballo significa fortaleza, belleza, sensibilidad, inteligencia y nobleza. Qué más quisiera tener un animal humano.

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