El papa Francisco es un líder cuyo mensaje supera el marco de la Iglesia católica. Sus opiniones son las de un líder inteligente, carismático, honesto y humilde, que deben ser escuchadas y tenidas en cuenta. Por eso la emoción de su visita que terminó ayer, debe motivar una reflexión profunda sobre sus palabras y escritos.
En esta columna me ocuparé de su mensaje en temas económicos y ambientales. No creo que el papa sea comunista, solo que comparte la visión sensata con quienes actuamos para cambiar un modelo económico inequitativo y devastador en términos humanos y ambientales. En Colombia el papa dijo que “la inequidad es la raíz de los males sociales”. Antes había afirmado que la inequidad “obliga a pensar en una ética de las relaciones internacionales”, puesto que “el crecimiento de los últimos dos siglos no ha significado en todos sus aspectos un verdadero progreso integral y una mejora de la calidad de vida”.
Sistema global en el cual el 1 % de la población
concentra el 50% de la riqueza,
la desigualdad más alta en la historia de la humanidad
En efecto, este no es un problema menor, bajo un sistema global en el cual el 1 % de la población concentra el 50% de la riqueza, la desigualdad más alta que haya existido en la historia de la humanidad. El papa entiende que con niveles de inequidad tan altos “la degradación ambiental del actual modelo de desarrollo y de la cultura del descarte de la vida de las personas” hará imposible la construcción de una sociedad que tenga como prioridad “el objetivo del acceso al trabajo por parte de todos” y “resolver las causas estructurales de la pobreza que generan exclusión y violencia”, como afirmó en Colombia.
Las soluciones que brinda el papa Francisco van en la misma dirección de lo planteado por quienes defendemos un modelo económico más justo e igualitario:
- "Programar una agricultura sostenible y diversificada".
- "Desarrollar formas renovables y poco contaminantes de energía".
- "Asegurar a todos el acceso al agua potable".
- "Encontrar formas de interacción orientadas al bien común".
- "Preservar el ambiente y cuidar a los más débiles".
Para lograrlo invita a que “el sufrimiento de sus hermanos colombianos los abofetee y los movilice" para transformar a la sociedad, reconociendo que ese necesario cambio “no se hace solo con algunos de pura sangre”.
Ojalá la visita del papa Francisco no pase simplemente como un acontecimiento social, sino que sus palabras sirvan de enseñanza y motivación para que los jóvenes colombianos sean protagonistas de esa transformación a la que llama este importante líder.