En un rincón de Colombia, en un reconocido pueblo cundinamarqués, hay 52 familias que llevan más de un año sin recibir su factura individual de servicio de energía. ¿Y por qué? Bueno, para ser honesto la historia es bastante compleja y por ende no es tan fácil de explicar y desovillar el entuerto. Y cada día se pone peor. Pero intentaré dar un panorama general y esclarecedor de un calvario llamado: “quiero mi recibo de luz y pagar lo que me corresponde, solo eso quiero”.
Hasta diciembre de 2023 las facturas de las 52 casas tocancipeñas eran emitidas por una empresa que ahora no existe: Qi-Energy, una comercializadora de energía que operaba en la hermosa ciudad de Medellín, pero que, por motivos hasta hora desconocidos para los afectados, tuvo que clausurar sus operaciones. Al hacerlo, traspasó la cuenta de energía a Enel, pero lo hizo como si las 52 casas representaran un solo usuario y ahí, nos jodió la vida. ¿Quién hizo la gestión? Por supuesto, no se sabe. Y a Enel, la situación ya desesperante de las 52 familias es apenas un chiste. A esa empresa, como es obvio, lo único que le importa es la plata.
Se ha hecho de todo lo imaginable para hacerle entender a los (quisiera usar aquí una palabra de grueso calibre, pero por respeto a los lectores no lo hago) señores de ENEL que lo único que queremos es tener facturas individuales, una por cada casa, tal como las teníamos hasta diciembre de 2023. Hemos ido a varias oficinas de ENEL, especialmente en Zipaquirá y en Bogotá. Se les explica una y otra vez y nadie entiende. Se han escrito muchos correos electrónicos a la dirección que ellos dan, explicando, una y otra vez, lo mismo: “queremos que nos envíen facturas individuales, una por cada casa”, no una por todo el conjunto. Por supuesto, también se han puesto varios derechos de petición. Sin embargo, esto parece un diálogo de sordos.
Claro, los sordos son los de ENEL que no quieren entender algo tan simple como el hecho de expedir facturas individuales, y no, como hasta ahora, que emiten una factura global. Es decir, cada cierto tiempo, la factura llega a nombre del conjunto. La deuda es mayúscula en este momento. ¿Cómo repartirla justamente entre los 52 propietarios si sabemos, con total certeza, que ninguna casa tiene el mismo consumo? Ya hemos hecho algunos ejercicios (con asambleas extraordinarias de por medio) y tenemos un fondo para abonar a la deuda. Porque pagar si queremos pagar, pero no así. Es más, ya se hizo un primer abono, pero eso, por supuesto, no soluciona el problema de fondo.
Ahora bien, no todo es culpa de ENEL, al parecer también es culpa de la pésima gestión de Qi-Energy. Sin embargo, no se puede demandar a Qi-Energy, porque esa empresita ya no existe. Está en liquidación y por ende no hay quién responda y mucho menos alguien que de soluciones. Pero ENEL tampoco ofrece soluciones y las que ofrece son muy complejas y muy costosas. En realidad, ellos no han ofrecido nada, han sido algunos ingenieros expertos que conocen la podredumbre que es Enel y todas sus triquiñuelas para exprimir a los usuarios, porque lo único que les importa es la plata, nada más. Los propietarios de las 52 casas ubicadas en el municipio cundinamarqués de Tocancipá, a 40 minutos de Bogotá, hemos tenido que hacer malabares para reunir el dinero de la deuda, porque, ciertamente, queremos pagar.
Es cierto que seguimos usufructuando el servicio de la luz. Gracias por eso, señores de Enel. Pero ese no es el punto. Queremos, por favor, que nos lleguen facturas individuales. ¿Dígame, usted, amable lector, logra entender nuestra petición o es algo muy enredado? Pues Enel no lo ha comprendido, porque todas las respuestas que nos envían son evasivas y no ofrecen una solución a este problema en particular. Escriben como si el problema fuera otro y en últimas, solo nos exigen ponernos al día con la deuda. ¿Y si la pagamos, qué pasará? Ni idea, seguiremos con el mismo problema. La administración del conjunto ha tenido que crear un rubro especial para abonar a la factura de la luz. ¿Pero es acaso función de la administración de un conjunto residencial, cobrar la factura de la luz? Por supuesto que no.
Como ENEL no entiende y no da una respuesta concreta a la problemática, hemos tenido que consultar a algunos abogados y a algunos ingenieros eléctricos que conocen del tema. La solución que nos ofrecen para poder individualizar la facturación y que cada casa reciba su recibo de energía es muy compleja y muy costosa. Alrededor de $3.000.000 por casa. Además de un arreglo al contador del conjunto. ¿Es eso justo? Ciertamente no. Por supuesto, ENEL no financia esos arreglos y el actual gobierno, menos.
No quiero extenderme más y no voy a explicar las soluciones que hay sobre la mesa, todas complejas y todas muy costosas, que, como ya lo he dicho, algunos ingenieros expertos en el tema nos han propuesto. No tiene sentido aburrir a los lectores. Queremos solo que ENEL, directamente y en persona, nos escuche, nos entienda, y nos dé una solución relativamente sencilla, a corto plazo, para que todos podamos pagar cumplidamente, pero de manera individual, la factura de la luz. Por supuesto que queremos pagar. Y si, definitivamente, la solución tiene que ser compleja, ¿podrían facilitarnos el camino, de alguna manera, ofreciendo una solución efectiva, no tan costosa y en corto tiempo a este calvario?
ENEL es una empresa sin alma y sin corazón. En especial, sus dueños y las altas directivas de la empresa no deben conocer la palabra “humanidad”, ni tampoco de eficiencia en la atención al cliente (los que ayudan a engordar sus cuentas bancarias), solo conocen al dios dinero.
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