Mapaya, el bandido al que Junior Jein no le quiso pagar 300 millones de extorsión

Mapaya, el bandido al que Junior Jein no le quiso pagar 300 millones de extorsión

El país no se repone de haber perdido a uno de sus cantantes más emblemáticos. La Fiscalía ya tiene una hipótesis: los Espartanos de Buenaventura estarían detrás

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junio 15, 2021
Mapaya, el bandido al que Junior Jein no le quiso pagar 300 millones de extorsión

A Jorge Isaac Campaz, mejor conocido como Mapaya, el temible jefe de Los Espartanos, le gustaba la rumba. Ese era su talón de Aquiles. Por eso, cuando lo capturaron el domingo 16 de julio del 2017, estaba en una fiesta en el barrio Viento Libre. Cerraron calle, sacaron bafles, vallenato y reggaetón a todo volumen, el baile era un hervidero de cuerpos. Más de 100 personas sudando y aplacando su sed a punta de whisky y Blanco del Valle. Había tanta gente y tanta alegría que los dos anillos de seguridad del capo de los Espartanos se relajaron y no vieron que había cinco agentes del cuerpo élite de la policía infiltrados en la rumba. Entonces, después de una persecución de 15 años, cayó Mapaya.

A los 13 años Campaz ya estaba delinquiendo. En esa época, 2002, ya era un sicario avezado del grupo delincuencial llamado La Empresa que operaba en el barrio Santa Mónica de Buenaventura. Era tan bueno que entre las bandas locales se peleaban por tenerlo. Por eso en el 2006, en lo que fue considerado por los propios grupos delincuenciales el fichaje del año, Campaz pasó a ser parte de La Local, los sicarios dirigidos por el temible Jairo de Jesús Durango, mejor conocido como Guagua. Después se cansó de estar dirigido armó rancho aparte y fundó Los Espartanos.

Vivió hasta el 2020 en la cárcel por sus crímenes y luego, en una increíble decisión judicial, lo trasladaron a su casa a seguir pagando la condena. En su casa fue como si no hubiera cometido ningún crimen, fue libre y su poder se expandió. Ofreció sus servicios para cubrir rutas de narcotraficantes del Pacífico y extorsionar, extorsionar a la lata, sin importar si es un artista surgido de la nada en su pueblo, Buenaventura, como fue Junior Jein. En el puerto quiere tener todo el control. Sin embargo cometió un error: se metió con una figura público de talla internacional.

Junior Jein fue uno de los cantantes del Pacífico que con más vehemencia apoyó la resistencia contra el gobierno Duque durante este paro. Sus canciones calaron hondo. Además le hizo un homenaje a los cinco jóvenes macheteados y abaleados en el cañadulzal de Llano Verde en Cali a principios de agosto del 2020.

En la noche del domingo 13 de junio del 2021 Junior presentaría su última canción en una discoteca al sur de Cali llamada A otro nivel. Las amenazas al cantante arreciaban y él, siempre tan bueno, tan despreocupado, siguió con su vida. Estaba feliz, había estado en Santo Domingo en varias presentaciones. Tenía tan buena actitud que, incluso, dejaba pasar cosas como que un auto le chocara su camioneta Ford Blanca que con tanto esfuerzo había comprado.

El chofer que cometió el accidente se alarmó y quiso arreglar el problema pero Junior respondió: “hombre, dejémoslo pasar, por unas latas no nos vamos a preocupar”.

Dentro de la discoteca ella dos sicarios se acercaron y, en hechos que aún son materia de investigación, lo asesinaron. Tenía 39 años. Cuando llegaron al centro médico Junior Jein ya estaba muerto.

 

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