En la arquitectura colonial de la Candelería donde las fachadas parecen sobrevivir el paso del tiempo existen varias actividades acordes al mes de los espantos. En el mes de octubre, en los barrios de la Candelería se puede aprovechar el tiempo con actividades de temporada, por ejemplo, el Tour fantasma. Un recorrido donde un guía habla de los mitos, la historia, y las leyendas locales de la zona.
Dentro de esa comunidad existen muchos cuentos del más allá. Varios casos, la historia de la Mula Errada, La Lavandera, El Ingeniero y el Diablo, entre otros. Cada una de ellas narra una multiplicidad de opiniones y destinos no solo un camino trágico, como se suele asociar a las historias de fuerzas sobrenaturales, un caso interesante es el caso del Ingeniero y el Diablo donde se conoce la incapacidad del Diablo de reclamar un alma por no cumplir del todo con lo prometido, el Diablo queda al final como un pobre Diablo.
Una vez termine el recorrido de noche, la Candelaria también ofrece una amplia variedad de bares y restaurantes. Uno con fama es la Bruja, un restaurante muy original, por ubicarse en un edificio neogótico, que se construyo en 1917. La fama de la construcción viene de la cantidad de situaciones que se desarrollaron en esas paredes: servir de convento, utilizarse como calabozo y en épocas más recientes ofrecer comida y alcohol. El espacio sirve para planes familiares con platos únicos como ofrecer coctelería para las parejas.
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