A la importación de gas, las recientes visitas administrativas de la Superservicios Públicos a la empresa y las diferencias con el presidente Gustavo Petro sobre el aumento en las tarifas, el presidente de Vanti, Rodolfo Anaya, incluyó en su agenda otro lío que atender, pero esta vez sin éxito porque fue derrotado por Ivanti, una empresa de software.
Ivanti, creada en 2017 tras la fusión de Landesk y Heat Software, tiene sede en South Jordan, Utah, Estados Unidos y presencia global con oficinas en Londres, Múnich, París, Sídney y Singapur. Se especializa en soluciones para seguridad, gestión de servicios y activos de Tecnologías de la Información y Dennis Kosak es el CEO de la compañía.
El pleito en torno a las posibles similitudes de las marcas Vanti e Ivanti
Como la distribuidora y comercializadora de gas más grande del país, de propiedad del fondo canadiense Inversiones Brookfield y con todo un ejército de abogados, Vanti se opuso a la intención de Ivanti de registrar su marca ante la Superintendencia de Industria y Comercio a cargo de Cielo Rusinque.
A las pretensiones de Ivanti, el presidente de la comercializadora de gas Vanti, Rodolfo Anaya y su equipo jurídico, argumentaron ante la SIC que se oponían al registro y defendían la marca de la empresa de propiedad de los canadienses porque el signo Ivanti solicitado imitaba a nivel fonético, gramatical y ortográfico a la palabra Vanti.
Los abogados de Vanti también dijeron que se oponían al registro de Ivanti porque la tipografía utilizada podría confundir fácilmente o asociar ambas marcas por parte de los consumidores.

Por su parte, los representantes de los intereses de la empresa global insistieron ante la SIC en que la notoriedad y reconocimiento de la distribuidora de gas en el mercado no la protege en los casos en donde los servicios no son complementarios y no existe probabilidad alguna de que los signos fueran asociados pues una empresa comercializa gas y la otra, servicios tecnológicos y no tienen los mismos dueños.
En respuesta a los alegatos de las partes involucradas en el lío de marcas y después de que los funcionarios de la SIC escucharon los argumentos de lado y lado, la entidad reconoció la notoriedad de Vanti, pero decidió, en primera instancia, darle el visto bueno al registro del signo Ivanti y negar la oposición de la empresa de gas porque no había riesgo de confusión.
Agregó el organismo de control que no encontraron elementos significativos que pudieran impedir el registro de la marca Ivanti y afirmó que ambos signos pueden coexistir. De hecho, la marca Vanti está posicionada y vinculada al gas en la historia y la mente de los colombianos.
Cómo se empezó a usar gas y apareció Vanti en Colombia
Durante la presidencia de Virgilio Barco se lanzó la política “Gas para el cambio”. El objetivo era incentivar el consumo de gas en las ciudades y ampliar la red de gasoductos en el país.
En armonía con ese programa de gobierno, en 1987 nació la empresa Gas Natural S. A ESP. que debía construir la infraestructura para llevar el gas natural a Bogotá y municipios alrededor de la capital del país. La petrolera estatal, Ecopetrol era su principal accionista.
En 1989, la empresa de gas dio su primer servicio de conexión a un cliente. En 1993 el gobierno de Gaviria decidió darle a Ecopetrol la tarea de liderar el programa de interconexión del país. La empresa gubernamental de la iguana debía conectar los yacimientos con los centros de consumo. Se debía construir 2.000 kilómetros de gasoductos, la infraestructura pasó por La Guajira, los Llanos Orientales, el centro y suroccidente del país. Con el impulso de Ecopetrol y del gobierno Gas Natural afianzó su presencia en Colombia.
En 1997, Gas Natural de España adquirió el 50,3 % de las acciones que tenía Ecopetrol en Gas Natural S. A. y los españoles se convirtieron en el accionista mayoritario de esa compañía. Un año después, Gas Natural S. A. compró Gas Natural del Oriente S. A. ESP y Gases de Barrancabermeja S. A. ESP.
Para 1998 Gas Natural tenía un dominio claro en el país, gracias a sus adquisiciones recientes. Ese mismo año Gas Natural se amplió su reinado cuando consiguió la concesión de la zona del Altiplano Cundiboyacense.
En 2010 Gas Natural pasó a controlar Gas Natural del Cesar. Ocho años más tarde de la compra del Cesar, llegó el fondo canadiense de Inversiones Brookfield. Una consecuencia de la venta de 15,46 millones de acciones por parte de los españoles al fondo, los inversionistas debieron gastar unos 560 millones de dólares. Con su nueva propiedad cambiaron el nombre de la empresa de gas a Vanti.
El grupo canadiense, dueño y principal accionista de Vanti, también hizo una compra importante durante el gobierno de Juan Manuel Santos en 2016 al adquirir a Isagen, empresa generadora de energía. El negocio llegó a los $ 6,5 billones de pesos.
Con la compra del 57,6 % de las acciones de Isagen, Brookfield quedó con un control indiscutible de la organización. Isagen, al tener la capacidad de producir el 20 % de energía del país, le dio un valor extra a los canadienses.
Los inversionistas de Brookfield tienen una amplia gama de negocios. Sus propiedades incluyen energía, infraestructura, seguridad privada entre otros. Para 2025, sus empleados en Colombia defendieron el nombre de Vanti, uno de sus principales activos en Colombia.
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