La industria de la salsa y su lucha por meterse en la agenda del desarrollo económico de Cali

La industria de la salsa y su lucha por meterse en la agenda del desarrollo económico de Cali

"La ciudad debe mirar sus entrañas y potenciar las actividades que han nacido de manera espontánea y desprevenida, en lugar de las que han surgido de modo artificioso"

Por: Pedro Luis Barco Díaz (Caronte)
junio 16, 2020
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La industria de la salsa y su lucha por meterse en la agenda del desarrollo económico de Cali
Centro Mundial de la Salsa, Las Congas [1]

Rafa Quintero, Umberto Valverde, Alejandro Ulloa, Harold Viáfara, Carlos Cataño y Ossiel Villada constituyen una parte clave de una élite intelectual que se convirtió en notaria, escribidora, preservadora y acunadora de una historia caleña, que no arrancó en los encopetados clubes de la dirigencia criolla, sino en los bailaderos populares con sudorosos obreros y artesanos: la salsa.

Esta música latina fue aclimatada y reparida, a golpe de baldosa, por miles de caleños y caleñas, de aquellos que se negaron a perder su alegría mestiza y mulata, pese a que les tocaba sostener “el pucho de la vida apretado entre los labios”.

Ellos, más un puñado de escritores, investigadores, coleccionistas, gestores culturales y artistas, han sido piezas fundamentales para que Santiago de Cali sea conocida en el mundo entero como La Capital Mundial de la Salsa, cuyas estrellas son nuestros insuperables bailarines y nuestras orquestas de renombre.

Pero Rafa, que es ingeniero mecánico con máster en administración industrial, no se quedó solo en los ensayos y en los libros de salsa, sino que se metió de lleno a estudiar las posibilidades económicas que la actividad de la salsa le podía ofrecer al desarrollo de la ciudad. Por algo fue el mánager del exitosísimo Swing Latino de El Mulato, el grupo de baile de salsa más famoso del mundo.

Para eso, estudió el pensamiento del afamado profesor de Harvard, Michel Porter, el gurú norteamericano que asegura que, en materia económica, hay que partir de las características decisivas de una región, que es lo que permite a las empresas crear y mantener las ventajas competitivas.

Dicho de otra manera y siguiendo el postulado de Porter, una ciudad como Santiago de Cali debe mirarse las entrañas y potenciar con mayor énfasis las actividades económicas que han nacido de manera espontánea y desprevenida, en lugar de las que han surgido de modo artificioso o impuesto.

El mismo Porter señala, que el papel correcto del sector público “Es el de catalizador y estimulador. Se trata de alentar, e incluso empujar, a las empresas para que eleven sus aspiraciones y pasen a niveles más altos de su competitividad”.

La salsa, como un producto cultural, pese a no tener estímulos especiales, ha venido en ascenso continuo e incontenible, desde los años 40 del siglo pasado, hasta su consolidación de hoy en día, merced al trabajo constante de sus comunidades de bailarines y bailadores, de músicos y orquestas, de melómanos y coleccionistas, de intelectuales y escritores, de propietarios de establecimientos, de fabricantes de instrumentos musicales, de coleccionistas, de confeccionistas y de otras comunidades que conforman el ya poderoso clúster de la salsa. Representan por demás una cultura de ciudad.

La salsa, una construcción cultural, como dice Rafa, es lo más auténtico que tenemos en nuestras entrañas caleñas: “Es el ADN de la ciudad”. Por lo tanto, constituye la actividad económica que debe ser impulsada, con énfasis, por el sector público, más precisamente por la alcaldía.

Por eso, preparó para el alcalde Jorge Iván Ospina y para la Secretaria de Desarrollo Económico y la Secretaria de Turismo un documento en el que señaló una ruta de su fortalecimiento como producto y de su mercadeo, con ocasión de la etapa pública del plan de desarrollo.

Este documento fue suscrito y avalado por el director de la Orquesta Guayacán, Alexis Lozano; por el coreógrafo y director de la compañía de baile Swing Latino, Luis Eduardo Hernández, El Mulato; por Cristina Varela, la directora del Museo Jairo Varela, e integrante de la codirección del Grupo Niche; por el escritor y codirector del museo Jairo Varela, Umberto Valverde; por Carlos Molina Jr., director del Museo de la Salsa Carlos Molina; los músicos y cantantes Willy García y Richie Valdés; por los investigadores y académicos Alejandro Ulloa de Univalle, Harold Viáfara de la universidad San Buenaventura, Carlos Cataño de la universidad Javeriana; por las asociaciones de salsa, Javier Leudo de Fedesalsa, Jhon Diez de Asobasalsa y Carlos Fernando Trujillo de Asosalcali; por el fundador de Encuentros de Melómanos y Coleccionistas Gary Domínguez; Por el fundador y codirector de Salsa al Parque Alex Zuluaga; por el director de la Unión nacional de coleccionista, UNIMEL, René Gómez y el coleccionista Isidoro Korkidi; por los confeccionistas de vestuario y calzado, Pilar Duran Noreña y Manuel Tiberio Calvo y; por los propietarios de establecimientos salseros, Manuel Vergara, de la Habana Club, Carlos Ospina de La Topa Tolondra; por el conocido locutor Pepesón; por el creativo Ernesto Díaz; y por quien cuenta este hecho.

El documento de Rafa, pensado con visión estratégica, muy seguramente abarca los esfuerzos de varias administraciones: plantea, ente otras, la necesidad inaplazable de construir una política pública de la salsa en Cali; de reconocer oficialmente a Cali como La capital Mundial de la salsa, por parte del concejo municipal, a iniciativa de la alcaldía; de crear una marca de ciudad; de diseñar y posicionar una plataforma de mercado digital; de fortalecer y cualificar los evento internacionales existentes y de crear nuevos eventos; de desarrollar proyectos de enlucimiento urbano y arquitectónico referidos a la salsa, hasta llegar a la construcción del “Centro Mundial de la Salsa,” con participación público-privada, porque, como él mismo dice: “Requerimos de una gran propuesta para los consumidores de salsa en el mundo y de un monumento arquitectónico de cara al siglo XXI, que sea polo de atracción y visita obligada para la comunidad salsera del planeta. Un sitio para expresar nuestro poder, nuestra historia, nuestra magia" [2].

Infortunadamente, el documento no se logró debatir de la manera indicada, debido a las limitaciones que impuso la pandemia, aunque si le fue enviado al señor alcalde Jorge Iván Ospina, a las secretarias de Desarrollo Económico y de Turismo y Cultura, se presentó a la Subsecretaría de Cadenas de Valor de la Secretaría de Desarrollo Económico, en la cual se le informó a Rafa que el municipio estaba interesado en impulsar las industrias creativas de la ciudad y que, dentro de ese nuevo concepto, estaba la salsa.

Aún hay tiempo de concertar una ruta de trabajo entre los firmantes del documento y el gobierno municipal, ya que no hay duda alguna de que Jorge Iván Ospina, desde su primera administración y en los actos de su vida cotidiana, ha dejado testimonio de su conocimiento y amor por la salsa, como cuando “bajó del pedestal la arrogante y violenta cultura traqueta que amenazaba con perpetuarse; lo mismo que la violencia atávica de las corridas de toros. En su lugar, Ospina entronizó la esencia, la enjundia, el perfume de Cali [3]”, es decir: el Salsódromo. Por otra parte, Argemiro Cortés, el secretario de Desarrollo Económico, es un curtido conocedor de las vicisitudes por las cuales ha pasado la comunidad de la salsa y mostró especial sensibilidad cuando ocupó el cargo de secretario de Cultura, en la primera administración de Ospina.

Para alisar el camino, parece pertinente que la actual administración municipal, revise a fondo la actual política pública de desarrollo económico, sancionada por Maurice Armitage en octubre del año anterior, pues en dicha política pública no se menciona la palabra salsa, en ninguna de las 19 páginas de articulado, ni en ninguna de las 59 páginas del anexo, aunque, a lo mejor (pero no es seguro) quedó refundida en alguna parte de las metas de la línea estratégica economía creativa.

Dicha política pública no parte de un diagnóstico, o al menos no lo muestra, y brinda recetas etéreas que teóricamente le pudieran servir a cualquier ciudad del mundo.

La prevención de la comunidad de la salsa no es infundada, pues a esta le han salido detractores gratuitos, que siempre han claman por el manifiesto destino proletario de los niños de los barrios populares y echan espumarajos por la boca cuando los principales diarios del mundo reconocen a Santiago de Cali como destino turístico internacional por la salsa; destino que ha construido la comunidad salsera a punta de creatividad, laboriosidad y esfuerzo, que son los pilares de la competitividad.

Sigue la propuesta de Rafa Quintero en manos de la administración municipal. Esperamos que pronto se pueda iniciar una mesa de trabajo que analice la salsa no desde la perspectiva de la Secretaría de Cultura sino desde óptica de la nueva Secretaria de Desarrollo Económico y la mire como una pujante apuesta para la industria mundial del entretenimiento.

[1] Diseño gráfico de Pedro Luis Barco García.

[2] Presentación del Centro Mundial de la salsa de Cali. Pedro Luis Barco y Rafael Quintero. 2010.

[3] La salsa caleña, un diamante para la industria mundial del entretenimiento. Pedro Luis Barco Díaz. 2019.

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