La escuela, promotora de la paz en Colombia

La escuela, promotora de la paz en Colombia

El próximo 7 de agosto se posesiona un nuevo gobierno que promete traer la paz y la reconciliación. Los escenarios educativos son claves en esta pretensión

Por: César Augusto Patiño Trujillo
julio 19, 2022
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La escuela, promotora de la paz en Colombia
Foto: Flickr

Se ha entregado a la sociedad colombiana el Informe de la Comisión de la Verdad. En dichos documentos se ha presentado extensamente la historia de un régimen del terror, de la bofetada infame a la democracia y del valor nulo que ha tenido la vida durante una extensa etapa de la historia de nuestro país.

Aún después de la entrega del Informe y con un aplauso contundente de los organismos internacionales, el padre De Roux, presidente de la Comisión, sigue siendo atacado despiadadamente por esos infames atizadores de la guerra, sigue observando como asesinan líderes sociales y comunales, exintegrantes de las extintas Farc, observa atónito, cómo a pesar del gran esfuerzo, grupos al margen de la ley y fuerzas oscuras (no tan oscuras a decir verdad) del Estado, siguen decididos a no permitir la pacificación de la Colombia herida, y más bien, se recargan decididos a seguir sembrando el terror en los campos de la patria.

El próximo 7 de agosto inicia, lo que desde mi opinión debería ser el Gobierno de la Paz y la Reconciliación; un gobierno que tiene como deber moral adoptar las recomendaciones de la Comisión, que, después de hacer un serio, profuso y profundo análisis, trae un mensaje de la verdad: “para detener la tragedia intolerable de un conflicto en el que el ochenta por ciento de las víctimas han sido civiles no combatientes y en el que menos del dos por ciento de las muertes ha ocurrido en combate”. (Volumen Convocatoria a la Paz Grande, p. 9); una era donde se venzan “el olvido, el miedo y el odio” (P. 9), y que, permita, como debe ser el telos de este informe y nuevo gobierno, convertir a Colombia en una nación donde el progreso espiritual, intelectual y material se sincronice con esa, tan anhelada y esquiva Paz.

Desde los discursos, pasando por las manifestaciones de paz y concordia, e incluso, haciendo cada ciudadano una especie de mea culpa por acción u omisión en este conflicto, ya que esta guerra no es solo de quienes empuñaron las armas, es como debemos aportar los ciudadanos del común a la paz de Colombia.

En la escuela sí que va a ser importante el apoyo a la paz. No es posible pensar en una Colombia sin conflicto si la escuela no se muestra como territorio de paz. Es difícil, al fin y al cabo, en ella se manifiestan en el nivel micro, todos los prejuicios y bajezas que desde la población adulta se le ha venido enseñando a los niños, niñas y adolescentes, también se evidencian valores, se genera ilusión con parte de esa población, pues, tampoco es un secreto que buena parte de esos adultos padres de los y las estudiantes, han dejado en sus críos el alma de la paz sembrado en sus corazones.

Hay de todo, pero, como en ese todo, lo malo y prejuicioso a veces es más evidente, tiene entonces la escuela que incluir en el currículo la cátedra de la paz, no como una asignatura, sino como un proyecto transversal. Era esta la hora en que todas las instituciones públicas y privadas debieran estar pensando en hacer un homenaje a las víctimas de la guerra y ofreciendo un sonoro aplauso a la Digna y muy Patriótica Comisión de la Verdad, actos simbólicos que deberían ser el puntal inicial para hacer del segundo semestre del año, el Semestre donde a la Dignidad y la Paz se le dan una nueva oportunidad.

No espero que el gobierno Duque, que, afortunadamente está en sus últimos estertores, lo lidere, pero llega un gobierno amigo de la paz que puede, desde el Ministerio de Educación, montarse en un proyecto de la paz y la verdad en la escuela, es impajaritable e innegable la necesidad de que llegue al aula la historia del Conflicto Interno, las historias de la violencia encarnadas en los olvidados, los estigmatizados, los acusado; me trae a memoria una cita de Mario Mendoza, en su última obra, recién salida de la imprenta, “Leer es resistir” (Obra que llega a mis manos por intermedio de mi brillante estudiante de noveno grado Karen García), que ratifica:

“La verdadera democracia es justo la voz de los olvidados, de los invisibles, del populacho, de la plebe trabajadora que sostiene la nación sobre sus hombros”, en otras palabras, es la voz de los “Nadies” visibilizados en un poema por Eduardo Galeano, esos “Nadies” que se han levantado retando al establecimiento para emerger en democracia al rescate de una nación, pues, y volviendo a Mendoza: “Jamás la libertad y la emancipación estarán en las manos de los dóciles y los vasallos” (Gracias Karen por este maravilloso tesoro).

Si lo anterior es parte de una lectura que subvierte lo establecido, entonces, la escuela debe ser la continuadora de ese acto supremos de subvertir  la conciencia política  de los hijos de Colombia; y la manera es ayudando a los jóvenes y padres de familia a realizar una nueva lectura sobre la realidad que nos abarca; es la escuela quien debe darse y dar la oportunidad de manifestar en los discursos de la Paz el deseo de sembrar nuevas semillas de la convivencia y del entendimiento entre los integrantes de la comunidad; no puede ser, que a estas alturas, se siga amenazando docentes, como el caso último del maestro y compañero José Montero Lobo, activista sindical y asociado a la ADE; no es aceptable que se siga imprimiendo violencias de todo tipo en la escuela, como fue el caso de la pequeña de cinco años abusada por un menor de quince en la ciudad de Cúcuta y que venga un profesional a justificar dicho acto como “voluntad divina”; esto último no puede tener más que un doble  calificativo: INFAMIA e IGNORANCIA. El comentario del mayor acerca del aberrante abuso es un claro indicio de promoción de la violencia en la escuela.

La gran tarea nuestra, la de maestras y maestros comprometidos, es promocionar los Informes de la Comisión de la Verdad en el Aula; incluso, en la página de la Comisión: https://www.comisiondelaverdad.co/pedagogia encontramos diversas propuestas para llevar al salón de clase, no hay excusa para seguir en las dinámicas escolares ordinarias como si el Informe fuera una simple colección que pueda archivarse en una biblioteca digital, producto del idealismo de unos soñadores que elucubran imposibles, según varios líderes promotores de la guerra, que, aún existen en nuestro territorio.

La paz no es ya un sueño, debe ser una realidad y se materializa con actos concretos en el ejemplo y con el discurso emanado por los Informes, la propuesta pedagógica y la interrelación de los diversos componentes de la comunidad escolar.

La Semana por la Paz puede ser una oportunidad para que todas las instituciones de la educación preescolar, básica, media y superior se decidan a proponer con los estudiantes, manifestaciones de paz, recuperación de la memoria, compromisos de mantener nuestros espíritus desarmados, porque, seamos sinceros, a veces, con nuestras actitudes, hemos sembrado la discordia en la escuela, y hay que estar a tono con los tiempos, a tono con el proyecto de la paz, que, en buena medida, por ello mismo, es que se ha elegido un gobierno que camina por ese sendero, así que, quienes sentimos que la paz es el camino y no la guerra, la masacre, la violación de derechos humanos, debemos estar preparados para hacer un trabajo monumental desde esos territorios escolares que son y deben ser en la práctica emanadores de la paz futura de la nación.

Educar a la sociedad es contrario a la promoción de la guerra; educar a nuestra sociedad es coherente con nuestros sueños de formar a los hijos de la patria colombiana.

En el cuatrienio que se inicia bajo la tutela del Pacto Histórico que lideran Gustavo Petro Urrego y Francia Márquez Mina, el magisterio debe liderar una reforma a la educación que esté a la altura de su responsabilidad.

Es desde el sistema educativo donde la paz se construirá para la posteridad, porque, allí se brindarán herramientas que logren desactivar en los futuros ciudadanos los prejuicios que llevan a la guerra. Una serie de principios deben ser los que logren cautivar a la sociedad en una cultura de la paz, y son, según la  profesora Osmaira Fernández, y con las que concuerdo, los siguientes: el respeto a la vida y la dignidad sin exclusión ni prejuicios, practicar la no-violencia donde se rechaza cualquier tipo de violencia como la sexual, física, sicológica, económica, simbólica; otro principio tiene que ver con la defensa de la libertad de expresión y diversidad cultural; la conservación del planeta y el redescubrimiento de la solidaridad (Para profundizar se puede consultar en: https://educrea.cl/una-aproximacion-a-la-cultura-de-paz-en-la-escuela/ ).

Invitamos desde la escuela a todos los colombianos para que nos empoderemos de los Informes de la Comisión de la Verdad, para que reconozcamos el papel de dicha Comisión, que es además histórico; que la paz en Colombia está por construirse y que en manos de cada uno de esos ciudadanos de a pie está la tarea de promoverla, siempre desde adentro hacia afuera, dejando de generar violencia de orden androcéntrico, adultista, adultocentrista; renunciando a los principios del patriarcalismo que es en fin quien lidera las actividades de la bellum (guerra); que se promueva el perdón social que propuso Petro, en consonancia con el pensamiento de Derrida;   que es en definitiva la escuela la llamada a ejercer el liderazgo de la apropiación de la paz, y que, definitivamente, es, antes que nada, el Gran Principio de la Patria y su Objetivo Prioritario: instaurar la paz como mayor y más anhelado valor dentro del territorio que nos ha visto nacer.

ADENDA: El próximo 25 de agosto se hará la elección de Asamblea de delegados y Junta Directiva de la ADE. Les invito a votar, compañeros maestros por la lista a la Asamblea de delegados en la que me encuentro inscrito, y que es encabezada por el compañero maestro profesor Oscar Mauricio Cañón que en el tarjetón tiene el número 377. Recuerden que la elección será el próximo 25 de agosto en Corferias de 8 de la mañana a 6 de la tarde. A participar activamente, así se siembra paz y se construye democracia. Hasta la próxima.

REFERENCIAS:

Comisión de la verdad (2022). Convocatoria a la Paz Grande.

Fernández, O. (sf). Una aproximación a la cultura de paz en la escuela. Educrea. https://educrea.cl/una-aproximacion-a-la-cultura-de-paz-en-la-escuela/

Mendoza, M. (2022). Leer es resistir. Planeta.

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