Una de las decisiones más importantes que tomó Laura Sarabia en su paso por el Departamento Administrativo de la Presidencia (Dapre) fue la de no renovarle a Plaza Mayor el contrato que los facultaba para organizar todos los eventos de la Presidencia, responsabilidad que tenía desde la administración de Juan Manuel Santos. Sin embargo, eso no significó la salida definitiva de la empresa paisa del Gobierno, esto debido a que ha seguido contratando con diferentes entidades del Estado como es el caso de la Cancillería, vínculo que la propia Sarabia decidió extender en contravía de lo que había dispuesto hace apenas unos meses.
Plaza Mayor, un gran centro de convenciones de Medellín que depende de la Alcaldía de dicho municipio, comenzó a organizar eventos recién en la década pasada y desde entonces se ha convertido en un aliado de los gobernantes a la hora de sacar adelante todos sus eventos. Así pasó con Santos, con Duque e incluso con Petro durante sus primeros dos años de Gobierno. Sin embargo, algo lo cambió todo: la victoria de Federico Gutiérrez en las elecciones para la Alcaldía de Medellín en octubre de 2023.
Cuando llegó Petro a la Presidencia el alcalde de la capital de Antioquia era Daniel Quintero, un aliado suyo, y el gerente de Plaza Mayor era Víctor Hugo Zapata, con quien Mauricio Lizcano y Carlos Ramón González, primeros directores del Dapre, no tuvieron problemas a la hora de trabajar en equipo. Pero, la llegada de Gutiérrez implicó también la salida de Zapata y la llegada de Ricardo Galindo, un funcionario suyo de vieja data y, como él, opositor al Petrismo. Por esto, Laura Sarabia terminó tomando la decisión de no renovarles el contrato y, por el contrario, abrir una licitación en la que resultó ganando la también paisa Feeling Company S.A.S.
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Ahora bien, esa decisión afectó únicamente los eventos de la Presidencia y la Vicepresidencia, que son los que comprendía el contrato en cuestión, pero, Plaza Mayor seguía trabajando con total normalidad con diferentes Ministerios y departamentos administrativos con los que tenía acuerdos independientes. Un ejemplo es la Cancillería, entidad que en 2023 les dio un contrato por $ 5.000 millones, entonces con Álvaro Leyva a la cabeza, y que en 2024 les dio otro por $ 6.900 millones, ahí ya con Luis Gilberto Murillo como canciller.
Para 2025 existía la incertidumbre sobre qué podía pasar con ese vínculo
Esto teniendo en cuenta que ahora la Cancillería es dirigida por la misma protagonista que le puso fin a su relación con la Presidencia: Laura Sarabia. No obstante, de manera sorpresiva la joven decidió seguir confiando en Plaza Mayor por un año más, pero ahora con un contrato de $ 16 mil millones, es decir, más del doble que el del año pasado.
La explicación para esto es que Sarabia prefirió irse a la fija, esto teniendo en cuenta que se viene un año con cinco eventos de gran magnitud y en los que la Cancillería es la principal responsable como es el caso de la cumbre de la Asociación de Estados del Caribe, la cumbre de la Comunidad del Caribe (Caricom), la cumbre de la Alianza del Pacífico, el Foro Mundial sobre Migración y Desarrollo y, especialmente, la cumbre Unión Europea-Celac que se llevará a cabo en noviembre y en el que se espera la llegada de más de 60 jefes de Estado.
