La mayor responsabilidad del problema de los emigrantes ilegales que llegan a los EE. UU. la tienen las élites Latinoamericanas, que no han logrado o no han querido solucionar la gran desigualdad, pobreza, desempleo, inseguridad y corrupción que subsiste en estos países y que obliga a muchas personas a emigrar.
El problema es que Trump, asesores y partidarios, tratan a todos los inmigrantes como criminales, que sí los hay, sin discriminar entre delincuentes e ilegales. Por otra parte, los EE. UU. también son responsables de esta situación, pues todos sus gobiernos han sostenido a estas élites, no importa la condición de miseria y atraso de estos pueblos, con tal que estas se plieguen a sus intereses, como lo hemos visto a través de la historia.
Claro, no solamente son las élites de derecha, sino también los dictadores de izquierda que causan esta emigración, como son los casos de Cuba, Venezuela y Nicaragua. El denominador común es la mala situación de las personas, que entonces se ven obligadas a buscar un mejor destino para ellas y sus familias. Mientras esta situación no cambie, el problema seguirá a pesar de las medidas represivas de los gobiernos, como también lo vemos a nivel mundial, especialmente en Europa.
Sobre la deportación de los emigrantes Colombianos, el presidente Petro tiene que actuar con menos emocionalidad e ideología y con más pragmatismo, es una pelea de David contra Goliat, de la cual todos los Colombianos pueden salir muy perjudicados, especialmente el pueblo, no tanto sus dirigentes y las élites, como siempre.
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