Fue una llamada la que marcó el rumbo profesional de Víctor Mosquera. Era el año 2013 cuando al otro lado del teléfono el ex presidente Álvaro Uribe le dejaba saber que quería contar con su apoyo profesional para ponerse al frente de la defensa de sus colaboradores vinculados en la "yidispolítica”, las “chuzadas del DAS” y Agro Ingreso Seguro. Se trataba de los ministros Andrés Felipe Arias, Sabas Pretelt y Diego Palacio, la directora del DAS María del Pilar Hurtado y Bernardo Moreno.
En ese momento empezaría sus prácticas en derecho internacional en la sede principal de la Corte Penal Internacional en La Haya, al tiempo que terminaba una maestría en la Universidad de Roma La Sapienza. Mosquera la tuvo clara: debía responder al llamado al ex Presidente. Terminó las tareas en Europa y regresó a Colombia a asumir en 2015 la defensa de Álvaro Uribe y sus altos funcionarios ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
La admiración de Víctor Mosquera por Álvaro Uribe venía desde el 2002, cuando aún era un estudiante de bachillerato del colegio Beth Shalom de Bogotá. Como miembro de las juventudes del Partido Conservador Mosquera se vinculó como voluntario para la campaña presidencial Uribe respaldada por el movimiento Colombia Primero. Los principios de orden, la disciplina y el rigor han regido su vida y las ha defendido incluso en ambientes políticos tan adversos como el de la Universidad Libre, donde estudió derecho en Bogotá. Se atrevió incluso a formar la Red de Universitarios del Partido Conservador que lideró hasta su grado con honores en el 2009.
Muy pronto tomó la línea del derecho internacional que pudo alimentar con la cátedra de ex comisionados de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y árbitros internacionales que tuvo como profesores en la Libre. Un aprendizaje que le sirvió para cimentar su bufete Víctor Mosquera Marín Abogados, especializado en la defensa internacional y en el que ha tenido como clientes la comunidad zenú en el caso EPS indígena Makexa y los indígenas wayú.
Por su despacho principal en Bogotá han pasado además los expedientes del excandidato presidencial Óscar Iván Zuluaga, vinculado en el caso del “hacker” Sepulveda; Santiago Uribe, hermano del ex presidente, y la demanda de la vicepresidenta Marta Lucía Ramírez contra la serie Matarife por relacionarla con paramilitares y narcotraficantes. El ultimo triunfo judicial más sonado es el de Andrés Felipe Arias, que por la ruta de los tratados internacionales Mosquera logró que la Corte Suprema de Justicia accediera a revisar en segunda instancia la condena de 17 años del ex ministro detenido en el Cantón Norte.
El ex ministro de Agricultura Andrés Felipe Arias desde su prisión en el Cantón Norte en Bogotá.
Al caso de Arias se le aplicó a fondo, porque además de su interés profesional tenía empatia política y personal. Lo acompañó en la pugna interna contra Noemí Sanín por la candidatura presidencial del Partido Conservador para las elecciones del 2010, en el que el ex ministro de Agricultura terminó derrotado, pero le abrió el camino a Juan Manuel Santos quien logró el guiño del presidente Uribe y se presentó con el aval del Partido de la U.
Álvaro Uribe es el cliente que más cuida. Por obvias razones. Asumió su defensa desde el 2015 frente en los casos de la masacre de El Aro y La Granja, que habían sido impulsados por el fiscal Eduardo Montealegre pero cuyo expediente reposaba en la Corte Suprema de Justicia y la Comisión de Acusaciones del Congreso por su condición de Gobernador de Antioquia. El mismo expediente que el recientemente creado grupo de investigación e instrucción en la Corte, liderado por el magistrado César Reyes, acaba de desengavetar y Uribe será llamado a versión libre.
Desde entonces la argumentación jurídica del abogado Mosquera ha sido la misma: demostrar que el ex Presidente es un perseguido político y en esa línea está trabajando desde el pasado 4 de agosto cuando fue detenido, esta vez por la presunta manipulación de testigos en contra del senador Cepeda. El trabajo de Mosquera en el escenario internacional es complementario al del penalista Jaime Granados en Colombia.
Mosquera ya presentó cuatro acciones en distintos organismos internacionales, cuyos nombres mantiene en reserva. Desde ya realizó una solicitud de veeduría al Parlamento Europeo, al secretario de la OEA Luis Almagro y una queja ante la Unión Interparlamentaria, como primer paso de la estrategia.
Se sabe que el ex Presidente tampoco abandonará el frente mediático internacional. Busca preservar la gran reputación durante sus ochos en la Presidencia de Colombia y no es accidental las expresiones de apoyo que ha recibido de gobernantes como los eurodiputados José Ramón Bauzá, Pablo Casado del Partido Popular español, el vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, quien no dudó en llamarlo ‘héroe de la libertad’.
Para ello fue contratada la firma Víctor Mosquera Marín Abogados que durante los próximos dos meses se ocupará de trabajar alienada con Mosquera, para demostrar que las acusaciones judiciales que tienen detenido al ex presidente Uribe tienen una motivación política y que se trata de un caso de persecución por su mano dura y sus posiciones radicales contra la guerrilla de las Farc. Se busca finalmente que el debate nacional tenga un sonoro eco internacional.
