Israel bajo la óptica de Ari Sohn y el Jewish Community Center

Israel bajo la óptica de Ari Sohn y el Jewish Community Center

Una mirada a fondo de la cultura judía y de la importancia que tiene la declaración de independencia de la nación israelí. Entrevista

Por: Andrés Felipe Serna Vélez
junio 11, 2019
Este es un espacio de expresión libre e independiente que refleja exclusivamente los puntos de vista de los autores y no compromete el pensamiento ni la opinión de Las2orillas.
Israel bajo la óptica de Ari Sohn y el Jewish Community Center

Israel es quizás uno de los Estados que más polémica ha causado en la sociedad internacional desde su fundación el 14 de mayo de 1948. La sección del territorio del Mandato Británico de Palestina otorgada a los judíos por la recién creada Organización de las Naciones Unidas (ONU), pronto encontraría resistencia en el resto de Estados árabes que le rodeaban, configurando así parte importante de la política exterior de la mayoría de países que hoy componen Oriente Próximo.

Esta zona geopolítica no escapa de poseer múltiples centros de poder, que al igual que el teatro europeo, cuenta con sus propias alianzas e intereses que dificultan el objetivo de lograr una base sólida que confronte al movimiento sionista. Básicamente, Irán, Egipto y Arabia Saudita han competido por poseer el liderazgo tanto político y religioso sobre Oriente Próximo, y por esto es comprensible que Israel haya logrado hasta el día de hoy sobrevivir a la mayoría de sus vecinos árabes. No es casual que la Liga Árabe, creada en 1945, no haya dado una respuesta contundente al sionismo, precisamente por su escasa coherencia ideológica y la incapacidad de generar un verdadero movimiento de unión árabe (causa que retomaría Gamal Abdel Nasser bajo el panarabismo).

Sumado a lo anterior, los judíos sionistas combinaron acciones diplomáticas y alianzas estratégicas con el líder del nuevo orden mundial que se desprendió de la Segunda Guerra Mundial: Estados Unidos. Como el equilibrio de poder le permitió tener injerencia en zonas estratégicas, ante la amenaza comunista en plena Guerra Fría, tanto sionistas como norteamericanos se beneficiaron de tener un enclave judío en un mar de naciones árabes. En parte, esto fue conseguido tanto por el apoyo diplomático de los norteamericanos, como de la experiencia militar lograda por la Legión Judía y la carrera armamentística lograda por los judíos, tanto por la compra de armas como por el control de depósitos de armas, municiones y entrenamiento militar brindado por los británicos durante el periodo del Mandato.

Aprovechando el amplio trabajo en propaganda realizado en décadas anteriores a la independencia de Israel y la estimulación de valores nacionalistas de corte étnico, los sionistas lograron de esta forma conducir diversas oleadas migratorias hacia Palestina, lo que se conoce actualmente como Aliyá o retorno.

Por supuesto lo anterior generó y continúa generando un impacto importante en la población árabe-palestina, causando el fortalecimiento y construcción político-ideológica del pueblo judío y el pueblo palestino, así como las reivindicaciones religiosas, históricas y de toda índole sobre Palestina. Quizás son familiares para el lector las imágenes de miembros de las Fuerzas de Defensa Israelí (FDI) atacando niños en Hebrón o repeliendo protestas en Jerusalén. Es probable también que recuerden acontecimientos recientes como las intifadas realizadas en 1987 y el 2000, tras fracasados intentos de paz y donde la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) tuvo un rol central.

A raíz de la importancia que el conflicto árabe-israelí ha tomado en el campo académico, la prensa y múltiples escenarios de discusión, la difícil situación de los palestinos en los territorios ocupados y debido a la decisión tomada por el presidente norteamericano Donald Trump, respecto al reconocimiento de Jerusalén como capital de Israel, decidí contactar el año pasado a Ari Sohn, líder en Medellín de la organización judía internacional denominada Jewish Community Center (JCC) para abordar cuál era su posición como judío y líder de una organización sionista, sobre las implicaciones políticas de la independencia israelí, su impacto en los palestinos y posibles soluciones al conflicto que suma más de cinco décadas de desarrollo.

El pasado 18 y 19 de abril del 2018 la comunidad judía celebró el 70 aniversario de la declaración de independencia del Estado de Israel, realizada el 14 de mayo de 1948 a manos de su Primer ministro David Ben-Gurión, y cuyo hecho es rememorado bajo el nombre de Yom Ha'atzmaut el día 5 de Iyar en el calendario hebreo. Para conmemorar el lugar considerado como la cuna del pueblo judío, donde se forjó su identidad espiritual, religiosa y nacional, muchos judíos que aún siguen en la diáspora siguen haciendo honor a su capacidad de unidad y a todas sus tradiciones, por medio de instituciones que a nivel internacional se dedican a este propósito.

Una de ellas es la Jewish Community Center (JCC) con sede en Medellín que, como organización recreativa, social y fraternal que sirve a la comunidad judía en varias ciudades del mundo, está dedicada a promover su patrimonio cultural a través de celebraciones festivas, relacionadas con Israel y la educación judía. La comunidad se compone de un diverso grupo dedicado a ayudar a una población bastante heterogénea en opiniones, países de origen e idiomas, cuyos miembros incluyen judíos y no-judíos en la ciudad.

A cargo de la organización se encuentra actualmente Ari Sohn, un joven judío que desde Medellín ayuda a conocer más a fondo la cultura judía y la importancia de la declaración de independencia de Israel. Su opinión respecto a los efectos que esto tiene en la comunidad internacional es clave para el amplio debate que implique a la nación israelí.

¿Quién es Ari Sohn? 

"Tengo 26 años, nací en Boston, Massachusetts, pero viví la mayor parte de mi vida entre los Estado de New York y New Jersey. Mis bisabuelos se mudaron a Estados Unidos hace más de cien años desde Palestina y solíamos llamarnos "judíos palestinos" cuando mi bisabuelo vivía en la Palestina ocupada por los británicos (durante el periodo de 1920-1948). Hoy mi familia vive entre Nueva Jersey, Nueva York, Massachusetts e Israel.

Viví en Israel durante un año y pasé allí mi primer año de universidad. Fui a Baruch College en la ciudad de Nueva York, donde estudié escritura empresarial y filosofía. Me mudé a Medellín en febrero de 2018 para ser el director del Jewish Community Center, y he estado trabajando en marketing digital para compañías de atención médica durante los últimos 2 años y medio".

¿Cuál es la historia detrás de tu llegada a la JCC en Medellín?, ¿cuál es la importancia de esa organización en la comunidad judía?

"Vine a Medellín el año pasado para la Pascua (Pésaj) como voluntario para ayudar con los servicios religiosos y traer unas vacaciones emocionantes a la comunidad judía en Medellín. Tuve la suerte y el privilegio de tener una formación religiosa judía muy educada, por lo que fue apropiado para mí ayudar a la comunidad y compartir lo que sé con ellos. Varios meses después de que terminara la fiesta de Pésaj, la comunidad se acercó a mí y me preguntó si me interesaría mudarme a Medellín a tiempo completo y ayudar a manejar el JCC y ser el director. ¡Inmediatamente dije que sí, dejé mi trabajo en la ciudad de Nueva York y me mudé a Colombia! Tener un JCC es muy importante porque crea un espacio donde personas con las mismas creencias y valores pueden reunirse y celebrar en su cultura, sus tradiciones y también compartir con otras comunidades fuera de la comunidad judía. Esto ayuda a continuar los más de 3000 años de las tradiciones judías de generación en generación.Los preparativos para el aniversario de la independencia realizados por la JCC incluyen la realización de invitaciones para celebraciones y fiestas, para alentar a personas de todas las comunidades judías, que provienen de diferentes tradiciones y orígenes. Hemos tenido cristianos, budistas y musulmanes, políticos, empresarios y otros líderes comunitarios que se han unido a nuestros eventos".

En cuanto a Israel, hace poco el presidente estadounidense declaró a Jerusalén como su capital, ¿qué opinión como miembro de la comunidad judía le genera tal decisión?

"Jerusalén es la capital del pueblo judío, con o sin la aprobación de los Estados Unidos. Luego, es importante reconocer tres cosas: el pueblo judío tiene derechos morales, un derecho histórico y un derecho religioso sobre la tierra de Israel. Las tres principales religiones que viven en el estado de Israel (judaísmo, cristianismo e islamismo) tienen textos religiosos que reconocen que Israel es la patria judía. Hay evidencia arqueológica innegable que muestra que el pueblo judío vivía en Jerusalén, Judea y Samaria, Gaza, el norte y el sur. Los judíos no son algunos europeos que necesitaban un hogar después del Holocausto (Segunda Guerra Mundial), los judíos son históricamente un pueblo indígena de Oriente Medio en Israel. La población indígena judía tiene soberanía sobre la tierra geográfica de Israel. Desde la destrucción del segundo templo judío (70 d.C.) Israel solo ha estado bajo control extranjero por los romanos, persas, otomanos o británicos, nunca por pueblos indígenas de la región. Es solo desde 1948 que un verdadero pueblo indígena, los judíos, legalmente recuperaron su tierra y el control legítimo sobre su patria histórica".

Con respecto a la mudanza de Donald Trump de la embajada de Tel Aviv a Jerusalén acopló que “es importante reconocer que las potencias extranjeras occidentales no dirigen el Estado de Israel. A través de los ojos de un judío, Jerusalén siempre ha sido la capital histórica de Israel. Sin embargo, tener el apoyo y el reconocimiento de los Estados Unidos y otros países es positivo. Lo único negativo es que a menudo Donald Trump es visto como una figura muy controvertida y divisiva en el mundo político de hoy. La gente no estará de acuerdo con Donald Trump en todo lo que dice. Si él dice que el cielo es azul, la gente dice que es una mentira. Sin embargo, el hecho de que Estados Unidos haya hecho este cambio, otros países acordaron también trasladar su embajada a la capital, Jerusalén, incluyendo a Guatemala y Rumania. Con suerte, más países continuarán con esta tendencia".

Esta decisión tiene implicaciones para la población árabe de Israel. ¿Cuáles serían para usted las alternativas más viables para solucionar la “cuestión palestina”?

"Es increíblemente importante reconocer que, a lo largo de toda mi entrevista, no he dicho una sola vez que el pueblo palestino no tenga ningún derecho sobre esta tierra. Muchos árabes que afirman ser palestinos son indígenas de Israel desde hace cientos o posiblemente miles de años, y han estado viviendo en Israel tanto tiempo como mi familia y mi gente. Los palestinos deberían tener el derecho de vivir igualmente como judíos en toda la tierra de Israel, al igual que los árabes israelíes

Admitiré que no hay un "problema palestino" con dicho pueblo. Diría que el problema principal es con los gobiernos corruptos, Hamas y Fatah, que están usando dinero de países financiados por terroristas para apoyar una agenda violenta contra judíos, israelíes y sionistas, mientras están reprimiendo a su propio pueblo de simples derechos humanos y derechos básicos. Si bien admitiré que hay asuntos humanitarios para las personas que viven en Gaza, es importante reconocer que solo los líderes más violentos de Hamas aprovechan y abusan de su propia gente. Un dicho famoso dice: "Si Hamas deja sus armas, habrá paz," pero caso contrario, si Israel abandona sus armas, dejará de existir".

¿Es viable entonces la solución de dos estados propuesta en la resolución 181 de la ONU en 1947?

"Teniendo en cuenta que el pueblo palestino no tiene un gobierno democrático y modernizado capaz de gobernar a su pueblo, creo firmemente que una solución de dos estados nunca funcionará. Uno no crea paz por división y separación. Creamos paz por unidad. Es por eso que creo que la única solución es una solución de un estado. Una solución de un estado incluiría anexar Gaza, Judea y Samaria, otorgar libertad de movimiento y plenos derechos a todos los israelíes y árabes que viven dentro de las fronteras de Israel, sin puntos de control ni muros de seguridad, además, se debe desmantelar a Hamas y Fatah como organizaciones políticas.

Esto requerirá incorporar un nuevo partido democrático en el sistema del gobierno israelí donde pueda tener representación. Crear un estado palestino independiente solo creará un refugio para más terror, más armas, más dinero de países terroristas y un fortalecimiento del odio y la destrucción del pueblo judío y de Israel (La declaración de la misión de Hamas exige la destrucción y aniquilación total del estado de Israel).

La esencia de mi posición es reconocer los derechos morales e históricos de vivir en la tierra de Israel. Muchos palestinos y otras personas que viven en Israel tienen vínculos históricos indígenas similares a la tierra y, por lo tanto, debemos otorgarles el derecho moral de vivir en ella".

¿Partiendo de dichos derechos morales e históricos de los palestinos y teniendo en cuenta que se han trasladado a las fronteras del Líbano, Egipto y Siria, cómo deben proceder al respecto estas naciones?

"Un paso importante para crear una solución honesta es reconocer y desarmar los campamentos de refugiados palestinos que viven en Siria, Jordania y Líbano de los cuales el mundo parece olvidarse. En cambio, el mundo parece centrar su atención en los llamados "crímenes" que Israel hace contra el pueblo palestino y no reconoce los tratos inmorales de los palestinos que viven en Siria, Líbano y Jordania. La comunidad internacional debe presionar a Jordania, Líbano y Siria para que otorguen a estos refugiados los derechos de retorno para quienes viven en las fronteras de Jordania, Líbano y Siria anteriores a 1967. Estos países deberían estar sujetos a los mismos estándares de Israel por el derecho a regresar en sus países de origen.

En los últimos 2000 años, el pueblo judío ha sido asesinado, expulsado, convertido y asimilado en todos los países del mundo. En la Tierra de Israel, las potencias extranjeras han intentado hacerse cargo de los pueblos que viven en el país, independientemente de la religión. Es moralmente correcto reconocer todos los odiosos crímenes y atrocidades que los judíos han experimentado a lo largo de los años por potencias extranjeras.

Dicho esto, los judíos tienen el derecho más duradero de regresar a la tierra de más de 3.500 años de historia. La única forma en que creo que se logrará una solución y un acuerdo adecuados es a través de más conversaciones y entendiendo las Narrativas de ambos lados de la discusión. Parece que las personas adoptan una actitud antiisraelí pro israelí o propalestina. Creo que la verdad abarca el reconocimiento del derecho de ambas personas a vivir en la tierra de Israel.

Muchas personas afirman que Israel es una potencia ocupante, específicamente en Judea y Samaria. Esto es ridículo. Es importante reconocer la historia detrás de esto. La palabra "judío" proviene de la palabra "Judá". La tribu de Judá vivía en la región denominada “Judea"; el nombre de nuestro pueblo está en el lugar donde vivíamos. Afirmar que los "judíos" no tienen derecho a su propia tierra "judía" es intelectualmente e históricamente incorrecto".

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