Ellas nos hacen falta…
Opinión

Ellas nos hacen falta…

Cada mujer víctima de feminicidio es una pérdida para el mundo. Con #EllasNosHacenFalta, hemos empezado a juntar sentires y palabras

Por:
octubre 13, 2015
Este es un espacio de expresión libre e independiente que refleja exclusivamente los puntos de vista de los autores y no compromete el pensamiento ni la opinión de Las2orillas.

Perdónenme por no hablar esta semana del proceso de negociación con las Farc y las expectativas que se abren en el país. Perdónenme por no hablar del odio que enceguece, de los riesgos y peligros que entraña este proceso y de los retos enormes que representa para nuestra sociedad “tan agobiada y doliente”.

El día de marzo del 2016 que se firme ese acuerdo, seguramente saldré a la calle a festejar, segura de que al otro día ninguno de los problemas del país se habrán resuelto, pero que tenemos el deber de enfrentarlos desde lo que sabemos: armar debates, intentar participar en las decisiones que podamos y movilizarnos ante las indignaciones y esperanzas que seguimos albergando.

Perdonen por no hablar de elecciones, del peligro de seguir entregando el manejo de los destinos públicos a la corrupción y al cinismo. Ya habrá tiempo para seguir hablando de nuestras indignaciones y esperanzas. Por el momento, quiero dedicarme a añadir mi delgado hilo al tapiz multicolor que estamos tejiendo en Cali.

Colectivos de mujeres y de hombres en Cali nos hemos reunido a pensar y actuar en torno a los feminicidios, esos crímenes de odio contra las mujeres por el hecho de ser mujeres.

Estamos armando una estrategia de acciones simbólicas, movilizaciones y acompañamiento a familias que han sido víctimas de este caso extremo de violencia patriarcal. La compañía adolorida y valiente de las familias nos han hecho que más allá del discurso ideologizado, podamos enfocarnos en lo que importa: comprender la lógica patriarcal compartida por hombres agresores, sociedad pasiva, instituciones omisas, devolver la dignidad a las víctimas y el poder de actuación a las familias para remendar alas y sanar historias. Nadie les va a devolver a las mujeres que perdieron, pero sabrán que no están solas, que a muchas y muchos también nos hacen falta.

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Así empieza esta campaña contra los feminicidios, afirmando en primera persona del singular y del plural, que cada mujer víctima de feminicidio es una pérdida para el mundo. Y luego, preguntando, para que cada persona pueda contestar en primera persona también: ¿Y a usted, por qué le hacen falta? Con el hashtag #EllasNosHacenFalta, hemos empezado a juntar sentires y palabras. He aquí algunas:

#EllasNosHacenFalta Porque soñaron con morir de viejas, con acunar a sus nietos, con viajar por el mundo, con tener su negocio, con envejecer junto a un buen amor.

Porque todos los días encontraron la fuerza para levantarse a cambiar el mundo, su mundo.

Porque aún ante el horror, resistieron, se defendieron, lo intentaron.

Porque a pesar de la amargura y las derrotas, creyeron una y otra vez en el amor y por eso el odio y la mezquindad supieron cómo disfrazarse para encontrarlas con la guardia baja.

Porque se prepararon para amar, se pusieron bonitas, solo querían ser felices a la manera de los cuentos de hadas y no supieron que muchas veces estos terminan en una novela de horror.

Porque amaron al prójimo —a un prójimo— más que a ellas mismas. Obedecieron el mandato de aguantar, de esperar a que el amor lo cambie, se tomaron en serio el “hasta que la muerte los separe”.

Porque muchas buscaron ayuda en un estado indolente, en el funcionario impotente, en la funcionaria cansada, en el fiscal que también ha maltratado, en el policía que vio maltratar a su propia madre, en las vecinas que creen que todo se arregla con un regalo y una buena “revolcadita”, en la madre que aconseja aguantar, en el hermano que cree que a toda mujer le gusta que le peguen.

Porque cuando leo la noticia de sus muertes, siento que retrocede la humanidad, que perdemos las mujeres y los hombres y que estamos heredando a las nuevas generaciones un mundo triste y siniestro, en el que da vergüenza y miedo vivir.

Porque aún tenían cientos de abrazos que dar, miles de amaneceres que contemplar, carcajadas, orgasmos y placeres por disfrutar, películas para ver, calores para sofocarse, mil situaciones para indignarse, personas buenas para conocer y todo fue cercenado por un crimen de odio, a veces disfrazado de amor o de pasión.

Ellas nos hacen falta, porque nos borraron de la geografía sus territorios (cuerpos-mente), porque sin su presencia se alteró toda nuestra espacialidad (integralidad, escalaridad, diversidad y temporalidad), todas nuestras relaciones funcionales y afectivas. Por eso nos hacen falta (Juan Sebastián Díaz).

Ellas nos hacen falta, porque nos robaron la posibilidad de conocerlas, porque no sabremos de sus sueños, sus empeños, su manera de caminar por la vida, ni podremos invitarlas a nuestras jornadas. Definitivamente porque Nos hacen falta sus pasos en la marcha. Ni una Menos. (Clara Eugenia Charria).

Y a Usted… ¿por qué le hacen falta las víctimas de feminicidios?

Estamos en [email protected], en twitter, en Facebook https://www.facebook.com/groups/ellasnoshacenfalta/?fref=ts y muy pronto en las plazas, en las oficinas públicas, intentando reparar estas ausencias irreparables, o por lo menos construir voces y pedagogías sociales que nos lleven a vislumbrar la posibilidad de una vida libre de violencias y a participar de su construcción.

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