Boyacá es uno de los destinos preferidos por muchos viajeros. Lugares como Villa de Leyva enamoran con facilidad, pero este departamento es mucho más que sus íconos turísticos: está lleno de rincones mágicos, con un encanto auténtico que vale la pena descubrir. Uno de esos lugares es Cómbita, un pueblito de Boyacá con esencia colonial que ha resistido al paso del tiempo. Tal vez algunos ya lo conozcan, pero para quienes estén planeando una escapada, esta joya boyacense puede ser una opción sorprendente.
Cómbita, el pueblito de Boyacá que parece haberse detenido en el tiempo
Este municipio no destaca por su tamaño, pero sí por la forma en que conserva parte de su arquitectura colonial, al igual que otros pueblos tradicionales del departamento. Aunque ha tenido transformaciones con el paso del tiempo, Cómbita mantiene viva su esencia en sus calles, su gente y su historia. Al recorrerlo, es posible visitar el Museo de la Cultura Muisca, donde se preservan las raíces ancestrales de la región, y caminar por la tranquila Plaza Principal, que invita a detenerse y contemplar.
|Le puede interesar El pueblito de Caldas ideal para disfrutar de un buen café y uno de los miradores más bellos del país
Sin embargo, conocer Cómbita también es abrirse a planes menos convencionales, perfectos para los viajeros que buscan experiencias distintas.
A pocos minutos del casco urbano, se pueden visitar parajes naturales como el Río de Piedras, la Quebrada Honda, Piedecuesta o incluso la zona conocida como Toledo, entre otras. Estos rincones, adornados por aguas cristalinas y paisajes verdes, son ideales para quienes disfrutan de caminatas, fotografía o simplemente del aire puro de la montaña.
Cómbita, además, es un paraíso para los ciclistas. No es gratuito que sea la tierra de Nairo Quintana, pues sus rutas son exigentes pero hermosas, acompañadas de vistas que motivan a cada pedalazo. La mezcla de montañas, clima fresco y naturaleza hacen de este pueblo un punto ideal para los amantes del ciclismo y del turismo activo.
Cuevas, misterio y comida típica
Para los más aventureros, hay otro tipo de exploraciones: las cuevas que rodean el municipio. Entre ellas, destacan la Cueva del Diablo y la Cueva del Chulo, dos lugares que despiertan la curiosidad por sus nombres y su misterio. Aunque no son tan conocidas, pueden convertirse en una experiencia diferente, ideal para conectar con la naturaleza y con las historias locales.

Y como buen destino boyacense, Cómbita también sabe conquistar el paladar. Aquí se puede disfrutar de lo mejor de la comida típica de la región: una sopa de mondongo, una bandeja de cuchuco con espinazo, o unos tradicionales envueltos de mazorca, entre muchas otras delicias.
Lo mejor de todo es que Cómbita está muy cerca de Tunja, lo que facilita el acceso. Si se viaja desde Bogotá, el trayecto supera los 100 kilómetros, pero cada minuto del recorrido valdrá la pena.
Vea también: