En los últimos meses el sector farmacéutico en el país ha tenido muchos movimientos, la mayoría de los cuales han sido protagonizados por Procaps. Sin embargo, se acaba de cerrar uno que involucra a otro gran laboratorio con casi la misma antigüedad que el barranquillero. Se trata de Vitalis, empresa que después de 45 años pasó a manos de Sanfer, el gigante mexicano que lleva más de una década metido en Colombia.
La historia de Vitalis se remonta a 1978, primero como Vitrofarma, que se dedicaba a la producción medicamentos inyectables genéricos. Luego, en 1997 se metieron al negocio de fabricar envases de vidrio y dos años más tarde terminaría naciendo formalmente el nombre que se conoce hoy en día.
Justamente, esta compañía se ha hecho grande gracias a los medicamentos inyectables
Ahora pasará a manos de Sanfer, una multinacional mexicana propiedad de Ricardo Amtmann, un millonario empresario que pertenece a la tercera generación de la poderosa familia Amtmann. Ellos llegaron a Colombia inicialmente en 2008 cuando compraron los Laboratorios Bussié, una empresa barranquillera nacida en 1956. Sanfer se hizo entonces con una compañía que produce 200 millones de unidades de medicamentos al año, que tiene plantas de producción en Colombia, México y Chile, que exporta a 20 países diferentes y que cuenta con más de 1.500 empleados.
Ya el año pasado, los Amtmann habían invertido USD 35 millones en un gran Centro de Producción Farmacéutica de Sanfer en Bogotá con la idea de producir desde allí cerca de 80 millones de unidades de medicamentos al año y exportar al menos el 30% de ellos. Esto lo hicieron con el liderazgo de la administradora de empresas Suany Orrego, quien desde 2020 es la directora general de la farmacéutica en Colombia.
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