En un rincón de Antioquia, Colombia, entre el polvo, los ladrillos y el sonido metálico de las palas, mezcladora de concreto, martillos, serruchos, también se escucha música y risas. Allí, con gorra en la cabeza, cuchara en mano y una sonrisa que nunca falta, trabaja Helio, un maestro de construcción que ha convertido su oficio en una mezcla de arte, fe y alegría.
Helio no solo levanta muros, también levanta ánimos. Mientras mezcla cemento, pega adobes, comparte en redes sociales mensajes de gratitud, esperanza y buen humor.
Sus videos, grabados en medio de las obras, combinan baile, reflexión y trabajo duro. Por eso, ya está a punto de alcanzar los 30 mil amigos y seguidores, cifra que él celebra con humildad y con la certeza de que las bendiciones llegan a quien confía en Dios.
“Más feliz que ratón de iglesia”, dice entre risas, mientras mueve el cuerpo al ritmo de la música y al compás de la vida. Su entusiasmo contagia, su fe inspira y su perseverancia motiva a quienes lo escuchan, y lo observan bailar, unas veces desde su hogar y otras veces desde el punto de trabajo, por diversas plataformas virtuales: YouTube, Facebook, Instagram etc.
Para Helio, la construcción no se limita al concreto: también se construyen corazones, familias y sueños. Cada ladrillo que coloca es símbolo de esfuerzo, perseverancia y confianza en Dios. Sabe que el trabajo honrado es una oración silenciosa, y que en cada jornada, por dura que sea, hay espacio para sonreír, danzar y agradecer.
En ocasiones, cuando llega del trabajo a su casa, se le ve bailando con alegría junto a su pequeña hija. Ese momento, sencillo, pero profundo, se convierte en un bálsamo de amor y descanso, la recompensa espiritual de un día bien trabajado y vivido. Allí, entre risas y pasos de baile, Helio encuentra el verdadero sentido de su esfuerzo: el hogar, la fe y la familia.
Sus amigos y seguidores lo describen como un hombre auténtico, trabajador incansable y creyente firme. En sus palabras y movimientos hay un mensaje constante: la fe también se vive en el trabajo, y la alegría es una forma de evangelizar.
Helio está a un paso de alcanzar su meta de los 30 mil seguidores, pero su mayor logro no se mide en números, sino en corazones tocados por su testimonio. Como diría un amigo suyo: “Dios le dio a Helio manos para construir y un alma para contagiar esperanza.” Éxitos al constructor de muros terrenal y muros de amor, alegría, fe y paz, hasta en el plano celestial.
También le puede interesar:
Anuncios.
Anuncios.


