El coronavirus y la disfunción eréctil: consejería sexual

El coronavirus y la disfunción eréctil: consejería sexual

Tras el COVID-19, este mal afectaría a gran parte de la población masculina mundial, según el Informe Kinsey. Una experta explica cómo enfrentarlo

Por: Ahinoa Quin
septiembre 24, 2020
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El coronavirus y la disfunción eréctil: consejería sexual
Foto: PickPik

La cuarentena obligatoria en Colombia se inició el 24 de marzo y terminó, de manera aparentemente, el 1° de septiembre. 

Fueron 160 días en los que lo menos esperado ocurrió. Lo que consideramos normal dejó de serlo: ir al trabajo, socializar con la familia y amigos, ir a comer a restaurantes, ir al cine, caminar libremente por las calles.

Saludar de mano es "el pecado mortal" más prohibido de la historia y el tapabocas se volvió una prenda más del vestuario. No se nos haga extraño que de donde nació el coronavirus nos envíen para las fechas especiales tapabocas con calabazas y luces navideñas. 

Esta interminable pandemia ha dejado en pocos meses, como en una guerra mundial, cerca de un millón de muertos en todo el orbe, miles de empresas y negocios pequeños quebrados, familias y parejas destruidas y países en caos financiero, como también, paralelamente, grandes emprendedores y negocios en la cima. Como dicen los expertos: "En las grandes crisis nacen los grandes millonarios".

Para los no tan afortunados, aquellos que lo perdieron casi todo, sus empleos y sus negocios, todos los que no lograron cristalizar en sus vidas la palabra de moda que es "reinventarse", la psicología cruel de los medios, la falta de flujo de caja, el encierro y otras muchas cosas, provocaron problemas de "apetito sexual" que se fueron convirtiendo poco a poco en "disfunción eréctil", motivo de rupturas matrimoniales y de parejas, que por la falta de inteligencia emocional y relacional y por no consultar a la ayuda profesional, no pudieron superar esta crisis mundial.

Un reciente estudio, Sexo y relaciones en el tiempo de COVID-19, realizado a 3.000 personas por el experimentado Instituto Kinsey de la Universidad de Indiana, determinó que la mitad de los individuos de ambos sexos tenían problemas de disfunción. El Instituto Kinsey es la entidad más importante en el tema del estudio de la sexualidad a nivel mundial.

La Clínica Mayo dice:

Causas de disfunción eréctil

La excitación sexual masculina es un proceso complejo que involucra al cerebro, las hormonas, las emociones, los nervios, los músculos y los vasos sanguíneos. La disfunción eréctil puede ser el resultado de un problema con alguno de dichos factores. Del mismo modo, el estrés y las inquietudes relacionadas con la salud mental pueden provocar disfunción eréctil o empeorarla.

A veces, la disfunción eréctil se debe a una combinación de cuestiones físicas y psicológicas. Por ejemplo, una enfermedad física menor que hace que tu respuesta sexual sea más lenta puede generarte ansiedad con respecto a mantener una erección. Esta ansiedad puede provocar o empeorar la disfunción eréctil.

Causas psicológicas

El cerebro cumple una función clave en la activación de los sucesos físicos que provocan una erección, los cuales empiezan con la sensación de excitación sexual. Varias cosas pueden interferir en los sentimientos sexuales y provocar o empeorar la disfunción eréctil. 

Algunas de ellas son: depresión, ansiedad u otros trastornos de salud mental, estrés, problemas de pareja debido a estrés, mala comunicación u otras preocupaciones. 

Complicaciones

Las complicaciones provocadas por la disfunción eréctil pueden comprender: una vida sexual no satisfactoria, estrés o ansiedad, vergüenza o baja autoestima, problemas de pareja, imposibilidad de dejar embarazada a la pareja.

Hasta aquí el concepto teórico de la entidad. Ahora analicemos un caso de la vida real.

Caso de la vida real

Después de haber finalizado el servicio de masaje, el cliente me expresa:

-Muchas gracias. Excelente de verdad tú servicio. No sé si te diste cuenta que tengo problemas de erección.

-Sí, señor. Pude notarlo en todo el transcurso del masaje. Pero, usted, lo logró al final.

-Sí. Con un poco de dificultad, pero lo logré. Bueno eso fue por tu excelente experiencia y manejo la verdad. Quisiera que me recomendaras qué puedo hacer para mejorar ésta dificultad que se me viene presentando hace poco.

-Claro que sí. Con mucho gusto. Pero antes es importante que me respondas a algunas preguntas, ¿ok?

-1. ¿Tienes problemas de salud como tensión arterial o diabetes?

-No señora.

-2. ¿Tomas algún medicamento?

-Tampoco.

-3. ¿Tienes alguna situación emocional que te esté afectando en el momento o hace poco?

-Sí. La verdad yo creo que ese es el motivo por el cual estoy así.

-Si deseas contarme para ayudar con tu problema, te escucho.

-Gracias. La verdad hace mucho tiempo no escuchaba esas dos palabras tan importantes y literalmente olvidadas. "Te escucho".

-Te cuento. Hace casi un año invertí todos mis ahorros en un negocio con un amigo y al parecer iba como esperábamos: posicionándonos, dedicando, eso sí, mucho tiempo. Se estaba viendo buenos resultados y llega la pandemia y se nos tira todo. Invertimos con mi amigo más de 150 millones, lo que tenía pensado para la compra de la casa para mí y mi familia. Pensando en duplicar este dinero para comprar una casa mejor, no lo dudé y empecé el negocio.

-Cuando todo esto inició con los “famosos” quince días, no me preocupé tanto, pero cuando fue de extensión en extensión la cuarentena, fue fatal. El costo de arrendamiento, cero ingresos en el negocio, el pago a proveedores, el pago de servicios públicos, las obligaciones bancarias, las de la casa y muchas cosas más, me generaron demasiado estrés. 

-Entiendo, sí, señor. Ha sido una situación con muchos retos para todo el mundo.

-Así es. La comunicación con mi socio se deterioró, y con mi esposa ni se diga. En las noches cuando no podía dormir por pensar en cómo nos "reinventarnos" para sacar a flote el negocio, busqué tener sexo con mi esposa para disipar esta situación y sentí que solo la utilizaba, aunque no lograba eyacular. Hubo noches en que ella me decía: no más, ya me estás lastimando. Me sentí como un sádico; estaba utilizando a mi esposa como a una muñeca inflable, a la que se toma solo como un objeto sexual. En esos momentos pensé que la relación sexual con ella, no solo en la pandemia, se había malacostumbrado ya de esta manera y esto venía sucediendo así desde hace años. Claro, esta vez lo reconocí por sus palabras. 

-¿Por qué dices que no solo desde la pandemia venía sucediendo esto?

-Porque ya veníamos de años buscándonos como pareja, cuando nos dábamos unos cuantos besos y ya le estaba quitando los pantys para buscar solo penetrarla, eyacular y listo. Sexo por placer inmediato y nada más. Mejor dicho, la muñeca inflable en la pandemia habló. Esa es la única diferencia. Estas situaciones generaron mi culpabilidad, impotencia, estrés y fuera de esto, toda mi economía por los suelos. A partir de ahí, he tenido problemas de erección.

-Ahh, ¿pero has seguido teniendo relaciones sexuales con tu esposa?

-No. La verdad a ella la veo resentida desde ese día y también agobiada con la situación de la pandemia. Me dice que ni la toque. Me exige todo el ritual de bioseguridad que se debe hacer antes de entrar a la casa y ni así es posible. Y las cosas se complican más en el momento que hablamos de los pagos y obligaciones de cada mes.

-Bueno, entonces, ¿cómo te enteraste de que presentabas el problema de disfunción eréctil desde ese día?

-Porque como ya no me sentía capaz de buscar a mi esposa de nuevo por todo lo sucedido, busqué masturbarme y me di cuenta que tengo problemas. Una noche me metí al baño, coloque un video de pornografía y la verdad ni eso me ayudó. Me sentí como un estúpido; estaba solo en el baño, observando personas que fingen disfrutar y eso fue peor. Esa es mi corta y triste historia, Ahinoa. ¿Cómo crees tú que puedes ayudarme?

-Bueno, al parecer la situación económica actual debido a esta pandemia es la raíz de dicho problema. Ya lo dice el experimentado Informe Kinsey de la Universidad de Indiana, que la mitad de las personas en el mundo están presentando problemas de disfunción. Y es un número muy elevado.

-Te voy a recomendar varias cosas:

-La primera: "Debes tener una conversación genuina con tu esposa sobre la situación que han vivido". Pídele disculpas, pídele perdón cuando y si de verdad lo sientes. Después de esto, no busques tener sexo genital con ella. Busca un espacio íntimo y consiéntela con todo tu cuerpo y alma. Recupera mutuamente el deseo sexual. Valora tu relación con ella. Es importante que sepas que “hacer el amor” no solo es sexo genital, es mas allá, es vibrar el uno con el otro, es alegría, es placer mutuo, es un éxtasis en conjunto.

-La razón de que te sintieras mal no era por la penetración como tal, era saber que tu propósito de momento no era el placer y el éxtasis mutuo, sino tus ansias de calmar tu estrés y esto ella lo leyó en tu energía y se sintió utilizada y tú por eso la llamaste "muñeca inflable". ¿Me estoy haciendo entender?

-Totalmente. Creo que tienes la razón. Hace años, en muchas ocasiones lo hicimos de pie en la cocina en cinco minutos, mientras los niños veían televisión y en ningún momento nos sentimos utilizados el uno al otro, ni culpables, por el contrario, el sentimiento era de alegría y placer. No te imaginas cuánto disfrutamos esos momentos.

-Te entiendo. También lo he vivido. Ahora te repito, busca un espacio donde puedan dedicarse tiempo los dos a contemplarse, a sentirse uno al otro, recorriendo ambos cuerpos con las manos, sin prisa y sin afán. Esto será como una especie de "meditación en pareja". Dale un masaje a sus pies y recuérdale todo lo positiva y valiosa que es y que ella haga lo mismo contigo.

-Y si en este proceso se reviven genuinamente en los dos el deseo y el placer loco, pues, cargarla y llévala de nuevo a la cocina y retoma esos viejos tiempos. Recuerda. No es la forma en la que íntimas con ella, si no lo que surge cuando lo hacen. Es placer mutuo, no egoísmo.

-Pincha "la muñeca inflable" y llévala al cesto de la basura y recupera la mujer que vibra cuando hacen el amor. ¿Te parece?

-Claro que sí, lo necesario para recuperarme y recuperarla.

-Lo segundo: "Pídele perdón a tu pene".

-¿Qué? Nunca había escuchado eso.

-Tranquilo. Ya te explico. Es muy sencillo. Hay algo que se llama "la Técnica del Hoponopono". Te la voy a resumir aplicada a tu caso, de la siguiente manera: Vas a disponerte en silencio, estando desnudo, con los ojos cerrados. Pon música de fondo que te produzca relajación, respira profundo varias veces hasta que seas consciente de tu respiración. Luego vas a poner tus manos sobre tu pene. La intención no es erotizar tu miembro, es ser consciente de que él hace parte de ti, al igual que tus otros órganos del cuerpo. 

-Ahora, “honra a tu pene”. Dale gracias por hacer parte de ti, por haberte hecho feliz en muchos momentos de tu vida, siente esa felicidad real desde tu corazón. Luego, “pídele perdón” de la siguiente manera: “Te pido perdón si te lastime con algún pensamiento, sentimiento, alimento o situación. Lo siento, perdón, te amo, gracias”. 

-Repítelo al menos tres veces. Hazlo también desde lo más profundo de tu corazón. Si te llegan de pronto sentimientos de felicidad o de llanto; déjalos fluir, porque lo más seguro es que luego sentirás mucha paz y tranquilidad y el primero que te lo agradecerá será tu pene. 

- Jajaja- nos reímos ambos al mismo tiempo.

-Parece gracioso, pero literalmente así es-, se lo expreso con total convicción.

-Lo tercero: "Duerme con música de fondo que active el chakra sexual". La encuentras en YouTube o si deseas te la comparto.

- Cuarto y último: "Toma de nuevo este servicio de masaje", cuantas veces quieras y te sea posible. Será una terapia para ti.

-Wow Ahinoa, muchas gracias. Nunca me habían recomendado esto. La verdad estoy muy agradecido contigo. ¿Me permites te doy un abrazo? 

-Claro que sí. 

En este inesperado y significativo abrazo, cerré mis ojos y agradecí desde lo más profundo de mi corazón a Dios por haberle podido ayudar. Me sentí feliz y orgullosa, no desde el ego, sino desde el agradecimiento.

Es en estos momentos que reconozco nuevamente la pasión por lo que hago.

Después de tan especial abrazo le digo:

-Gracias a ti por venir. Es mi misión de vida ayudar a quienes me lo pidan.

-Ahinoa, me voy feliz. Pondré en práctica y al pie de la letra lo que me has enseñado.

-Yo también estoy muy feliz, créeme. Espero verte pronto en el spa y poder saber cómo te ha ido con las recomendaciones.

-Así será Ahinoa.

-Ok. Espero que disfrutes de la ducha caliente. Me retiro. Feliz noche.

-Gracias de nuevo y también feliz noche.

Atentos a mi próximo artículo.

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