Durante la reciente estadía de la minga indígena en la U. Nacional, con más de 11.000 miembros de la misma en el campus de Bogotá, se han reportado múltiples denuncias de acoso y acoso sexual por parte de estudiantes, especialmente de la Facultad de Enfermería.
Según información obtenida por El Colombiano, se filtró un chat grupal de WhatsApp entre estudiantes de Enfermería donde se alertaba sobre comportamientos inapropiados por parte de algunos miembros de la minga. Mensajes como “Andan hasta acosando compañeras. Qué asco, la verdad” reflejan la preocupación y el temor entre las estudiantes. Una fuente interna de la universidad confirmó la veracidad de estos hechos a este medio, respaldada por testimonios y confirmaciones de varias profesoras.

El presunto caso de abuso en la estadía de la minga indígena en la U. Nacional
Además, se reportó un caso de presunto abuso sexual ocurrido el 29 de abril cerca de la Facultad de Medicina. La víctima relató que un miembro de la Minga intentó obligarla a practicarle sexo oral a la fuerza. Las autoridades universitarias, incluyendo el rector Leopoldo Múnera y la vicerrectora Carolina Jiménez, confirmaron que se activaron las rutas de atención y que el caso está siendo investigado por las autoridades competentes.
Estos incidentes han generado una profunda preocupación en la comunidad universitaria, destacando la necesidad urgente de reforzar las medidas de seguridad y protocolos de atención a víctimas dentro del campus. La Universidad Nacional reiteró su compromiso con la protección de los derechos humanos y la erradicación de cualquier forma de violencia en sus instalaciones.
Joven denuncia haber agredida sexualmente por un miembro de la Minga dentro de la universidad nacional.
— Natalia Garcia (@Natalia__Gar) May 5, 2025
La joven denunció el caso de violencia sexual ante las autoridades indígenas.
Aquí que procede? Acaso los indígenas pueden hacer lo que se les dé la gana sin que nada les… pic.twitter.com/wn29JCjBDw
La presencia de la minga indígena, que se extendió hasta el 2 de mayo, no solo interrumpió las actividades académicas, sino que también dejó al descubierto vulnerabilidades en la seguridad y el bienestar de la comunidad estudiantil. Se espera que las investigaciones en curso arrojen claridad sobre los hechos y que se implementen acciones concretas para prevenir futuros incidentes.
Este caso se suma a una serie de denuncias de acoso y violencia de género en instituciones de educación superior en Colombia, evidenciando la necesidad de una respuesta institucional más efectiva y comprometida con la protección de sus estudiantes.
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