¿Cuál es el gato encerrado en la portada de Semana con Petro?

¿Cuál es el gato encerrado en la portada de Semana con Petro?

Semana quiere hacer plata con la figura del candidato, mientras lo combate. Porque la desaparición de Vargas Lleras y De la Calle le dejó el partidor a Petro

Por: Carlos
octubre 31, 2021
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¿Cuál es el gato encerrado en la portada de Semana con Petro?
Foto: Leonel Cordero

No puede ser sino a regañadientes y con la intención perversa de causarle daño, mientras botan espuma por la boca, que en una portada de Semana aparezca Petro. El asunto es tan evidente que resulta interesante averiguar por qué está tan convencida Semana que puede causar el perjuicio que persigue.

Claro existe una segunda lectura: Semana quiere hacer plata con la figura de Petro, mientras lo combate. Por ejemplo, el esperpéntico e histriónico Trump vendió más prensa de la que puede está vendiendo Biden de un mejor gobierno.

Jugar las dos bazas parecería ser muy inteligente, es decir, esto si en realidad el daño se causa, pero en su apuesta Semana no debería estar tan segura que sea así. ¿Qué conteo de votos podría endosar Semana si ni siquiera se está vendiendo?

Entonces, ¿en qué condiciones la lectura que se haga de la portada de Semana puede beneficiar a Petro? Para dar una medida del riesgo que corre Semana cabe apreciar lo que dice Tola y Maruja en su columna No Nos Consta, del domingo pasado:

“Mil gracias por venir -los saludó Tola-, el presidente Uribe les manda un abrazo y que no vino pa no perfudicalos con su compañía, pues en las encuestas va pa´bajo como volador sin palo”. Según la parodia, Tola y Maruja se burla de que ningún deportista aceptaría encabezar lista del Centro Democrático.

Según esta noticia, la imagen de Petro en Semana no sería estática. Petro se estaría alejando hacia un primer plano y la insurgencia cada vez más conspicua y ganadora, con la misma velocidad con que Uribe, cual volador sin palo se aleja en las encuestas.

Lo mejor del caso es que eso está bien arraigado en la psicología política del momento. La imagen de Semana estaría haciendo que eche raíces cuando lo que pretende es lo contrario.

En efecto: si Uribe, el verdadero candidato, se está alejando, tanto como María Fernanda y el otro man, la portada de Semana puede estar siendo premonitoria y producir los resultados contrarios.

La imagen de Semana devela un terrible problema. La desaparición de Vargas Lleras y De la Calle le dejó el partidor a Petro. Éste no tendría la culpa de que la otra gallada sea de perfectos desconocidos, sin huella alguna en campañas electorales de peso. Y sin votos. Apenas ahora aspiran a contarse. Y Semana se encarga de señalar ese hueco tan notorio y espectacular.

Otra de las muestras de que la revista está calculando mal es el zambapalo abierto en el Centro Democrático alrededor del tema de las curules.

El senador Macías siente que no va a estar en la lista. ¿La secretaria del partido le está haciendo el fo, quizás con razón pues cómo podría hacerlo sin el beneplácito de Uribe? ¿Acaso no es hora de renovar la bancada con gente mucho más preparada, especialmente si Petro triunfa?

Y el hijo de Pacho Santos también suspira por la herida luego de que su padre haya quedado por fuera de la mermelada, sin empleo y defenestrado de la embajada en Washington, con mucha razón, además.

Lo que quiero decir es que si Petro marcha hacia adelante, y Uribe va como volador sin palo hacia atrás, entonces el marco de la derecha se estrecha cada vez más y las listas de Senado del Centro democrático serán una fuente de pleitos cada vez más enconada. De este estrechamiento ha hablado el senador David Santos.

Así lo de Semana significaría un reconocimiento, más que una astuta jugada de advertencia. Lo de la revista es un error de cálculo. Que se ganen unos pesos puede ser su máxima jugada. A los Gilinski solo les interesa que Semana se venda, no importa lo que haya que hacer. Entonces esa supuesta jugada política puede ser el acto de desesperación de una gerencia doblemente angustiada.

Y Petro sabe cobrar por ventanilla.

Además, Semana reconoce que Petro está vendiendo, y por eso lo saca en portada. Y si Petro está vendiendo es porque tiene capacidad para seguir avanzando y Semana no lo puede detener. Es más, está renunciando a hacerlo, aunque lo use para seguir vendiendo.

Además, es obvio que ninguna candidatura del Centro Democrático está despegando. Sin embargo, el asunto es todavía más crítico.

En efecto, aun imaginando que toda la cauda de candidatos restantes se uniera alrededor de Uribe, éste no los echaría hacia adelante sino hacia atrás, como volador sin palo. A no ser que se convierta, con escoba y todo, en el Brujo de la Registraduría como alguna vez llamaron al Gordo García.

¿Hay algo peor? ¡Sí! Tal como Tola y Maruja dictaminan, ni siquiera la absolución de Uribe del alegato que la Corte le instaurara, un as que estuvieran escondiendo bajo la manga, lo favorecería. Es más, cualquier juez ahora podría condenarlo con beneplácito de la ciudadanía.

Esto quiere decir que el resto de candidatos que van contra Petro está contribuyendo a enterrar a Uribe. Ellos no le sumarían a Uribe pues ya éste no suma, sino que resta.
Entonces del cálculo de Semana solo queda su apetito de salvarse de unas ventas que estarían yendo también como volador sin palo, luego del cambio de dueño y de orientación editorial. Y aquí está el colmo de la paradoja: a Petro le serviría que Semana se vendiera más.

En la mitad de este engendro político resucita siempre la figura egregia del ilustre magistrado Humberto Sierra Porto. En efecto, si Uribe jamás puede volver a ser candidato todo el que proponga no puede ser más que un títere, y ya de muestra hubo un botón nefasto con el actual gobierno.

Por otra parte, es imposible que Gaviria vuelva a hacer la misma jugadita de las elecciones pasadas, con su triple salto mortal, aunque es seguro que lo haría si tuviera candidato. Y Vargas Lleras tampoco tendrá mamotreto que legar cual programa de gobierno.

El asunto es que todo parece estar jugado. La portada de Semana de alguna forma puede ser premonitoria. ¿Será que Semana, de ascendencia judía ahora, se pasa al Pacto Histórico de Petro, si éste sigue vendiendo prensa? Negocio es negocio. Ninguna prensa escapa a ello.
Ahora bien aquí salta otro fenómeno que deslumbra. ¿Cómo es que una oligarquía criolla y sus defensores de oficio, aceptan que Petro venda más que sus oscuros candidatos?

Para encontrar esta respuesta hay que remar río arriba, aunque no tan lejos. Esta oligarquía apoyó la elección de Duque. Se quedó callada a sabiendas del triunfo de la ñeñepolítica. Y lo que es peor, a menos de un año de las elecciones cometió los desastres anti sociales y anti electorales, contra el Paro Nacional. Introdujo a los vándalos elevándolos a la categoría de fuerza política insurgente del pueblo.

Y todavía, el año entrante puede haber otro paro. ¡Los vándalos votarán!

Claro, el ideario mermeládico de la ñeñepolítica se mantiene intacto con la eliminación de la Ley de Garantías.

Lo único que falta es que digan que le pagaron a Petro por posar para Semana haciéndolo culpable de su cultivada imagen.

Nota curiosa: consultado el blasón de Petro, en oro reúne dos leones rojos cruzándose uno hacia la izquierda, otro hacia la derecha; con la Cruz de San Andrés quien fuera crucificado en Pátras.

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