Creadores antes que represores
Opinión

Creadores antes que represores

Por:
agosto 07, 2013
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Iba tarde ya para la reunión. Era la mesa dedicada por el Ministerio de Comercio para hablar sobre #LeyLleras 4 y escuchar los comentarios que tuvieran los titulares de derechos.

Una soleada y fría mañana bogotana de finales de julio. Entré al edificio del Ministerio y, al decirle a la encargada de seguridad cuál era mi destino, me anunció que la entrada de visitantes quedaba del otro lado del edificio, en el segundo piso.

Apreté el paso, salí del edificio, pasé una puerta enrejada y subí unas escaleras que me ubicaron en un amplio pasadizo entre edificios que culmina con una plazoleta elevada con respecto al nivel de la calle. Este edificio es el mismo del Centro de Convenciones (que de seguro para muchos, antes que recuerdos de reuniones gremiales, ha de traer memorias de fiestas de grado) y también aloja a Proexport. La terraza es imponente y tiene una escultura del maestro Ramírez Villamizar.

Estando aún en el pasadizo luego de las escaleras, vi como se levantaban ante mí dos altísimas paredes de concreto separadas por una delgada línea de vidrio. Planos tan extensos que convierten al edificio en una escultura habitada, una máquina funcional y estéticamente atractiva, digna representante de la arquitectura moderna. Así que, como acto reflejo, saqué mi teléfono celular y activé su cámara. No fue sino que enfocara la primera vez para escuchar el grito de “¡señor, señor...!”; como no pensé que fuera conmigo seguí explorando a través del visor pero esta vez la voz gritó “¡no fotografías!”.

Edificio1

Uno de los celadores encargados de la seguridad del edificio caminaba con rapidez hacia mí, repitiendo su orden mientras se aproximaba. Con la tranquilidad de quien no está cometiendo una imprudencia o algo abiertamente errado, pregunté cuál era el motivo para que no me dejara hacerlo y me espetó “Este es un edificio del gobierno, así que por motivos de seguridad no puede hacerse”. Y ya. Le expliqué que era arquitecto y estaba tomando una foto del edificio por su imponencia pero de nada valió. Siguió una discusión (que muchos podrán imaginar por haberla vivido), y antes de marcharme le pregunté si tampoco se podía “por motivos de seguridad” fotografiar la escultura de Ramírez Villamizar, a lo que respondió con una sonrisa irónica “sí, pero si no sale el edificio”.

Este es el absurdo en el que vivimos: no se pueden tomar fotos de nuestras calles si en ellas salen edificios del gobierno (o de quien decida que no quiere), sin otra autoridad que un uniforme y actitud intimidante. Es una situación mundial que toma matices diferentes en cada país. En Inglaterra hay movimientos organizados contra esta actitud. A esto se le suma la posibilidad de tomar fotos sin la autorización del titular de la obra, lo que se conoce como libertad de panorama, y que en Colombia está permitido.

Al subir al piso de la reunión encontré que ya había terminado. La que suponía uno sería una nutrida y larga conversación resultó ser la más rápida y poco interesante de las mesas organizadas por el Ministerio.

Así que solo quedaba saludar/despedirme de los miembros de RedPaTodos* y representantes del gobierno. Lo divertido es que, al relatarles lo que acababa de ocurrir, hasta los miembros de la Dirección Nacional de Derecho de Autor celebraron la broma de una representante del Ministerio que dijo: “es lo que pasa cuando el portero se cree dueño del edificio”.

Justo entonces comprendí por qué había tenido que sucederme eso. Lo que nos interesa a quienes cuestionamos las leyes que se están escribiendo en el gobierno con respecto a Internet y lo que se puede o no hacer en él es precisamente eso: ¡que nos pongan porteros en la web!

Esta persona me impidió tomarle una foto al segundo edificio más alto de Bogotá, uno de los edificios más ampliamente documentados en imagen desde el día de su construcción, un acto que es imposible de evitar no sólo porque ahora todos llevamos una cámara sino porque el edificio es visible desde casi toda la ciudad y con una cámara realmente buena uno puede tomar vistas mejores que si estuviera al frente, sin que nadie se de cuenta o pueda detenerlo. Algo parecido a lo que buscan quienes quieren proteger obras con estas legislaciones, es algo completamente irrealizable que de paso pone en riesgo la creatividad: en la web pasará lo mismo con los mashups, retoques, versiones alternativas, videos escolares sonorizados utilizando alguna obra, material que puede ser bloqueado y eliminado por un reclamo... actos civiles que implican creatividad antes que lucro, todos ellos tan lejanos de la piratería comercial como las fotos que pensaba tomar lo están del terrorismo.

Edificio2

Lo que aquí describo es pan de todos los días de quienes tienen vena creativa reconocida pero también de quienes apenas la van a explorar. El gran riesgo es que al detener a alguien bajo estas normas que se aplican por igual y se extienden exageradamente es que muchos desistan de intentar hacer algo antes de escuchar el “está prohibido”. Mi caso ocurrió en Bogotá, pero al compartirlo por la red, muchas personas me contaron sus propias experiencias, algunas de ellas más delicadas o violentas dependiendo de la ubicación y el personaje con el que se encontraron (como el caso de Jules Mattson en Inglaterra, quien luego de un debate legal fue compensado por la policia). Un padre de familia, en Cúcuta, me contó que su hijo terminó detenido un fin de semana porque, haciendo una tarea de la facultad de arquitectura, tomó fotografías en una población cercana y el ejército lo retuvo pues “era un mechudo sospechoso de guerrillero”.

Nos lo recuerda George Dyson, experto en seguridad informática, “todo sistema con poder absoluto para protegerse a si mismo contra ideas peligrosas será defensivo también contra la creatividad”

En camino a una reunión para escuchar lo que los derechohabientes tenían por decir sobre la propuesta de ley me tropecé, sin esperarlo, con un ejemplo de lo que ellos podrían crear: personas (o lo que es peor, respuestas sistematizadas) que bloquean sin criterio y aplanan justo lo que deberían proteger y promover en primer lugar, la creatividad colombiana.

Nota: la fotografía que tomé la publiqué de inmediato en Instagram, Facebook y Twitter. Recibí muchos “likes” lo que, al final, lo único que logra es que me den más ganas de seguir mostrando el mundo desde mi perspectiva. Creadores antes que represores. Ahí se las dejo...

Edificio3

*RedPaTodos es un colectivo de organizaciones e individuos de la sociedad civil que promueve un uso incluyente de Internet y aboga por el respeto a los derechos fundamentales y las libertades civiles de todos los colombianos en el entorno digital.

http://redpatodos.co/
@redpato2
http://www.facebook.com/RedPaTodos

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