La cartelera no deja competir al cine criollo

La cartelera no deja competir al cine criollo

El director Antonio Dorado se quejó del trato recibido

Por: Iván Gallo
octubre 21, 2013
Este es un espacio de expresión libre e independiente que refleja exclusivamente los puntos de vista de los autores y no compromete el pensamiento ni la opinión de Las2orillas.
La cartelera no deja competir al cine criollo

La culpa de que la mayoría de películas colombianas no logren siquiera recuperar los costes de producción  recae única y exclusivamente en las exhibidoras. No es posible que un filme nacional que cuesta en promedio 400 mil dólares compita con los millonarios productos norteamericanos que invaden la cartelera local.

La gran mayoría de las personas que van a una sala de cine ubicada en un centro-comercial no tiene ni idea de lo que va a ver antes de entrar. Se parquean frente a los afiches y escogen el que para ellos es el más atractivo. Si de casualidad conocen a un actor colombiano en el anuncio inmediatamente se inclinan por la producción local. Se sienten identificados con la historia y por lo general disfrutan de verse reflejados en la pantalla. La sala siempre está llena. El problema es que el largometraje nacional no compite en igualdad de condiciones contra una película gringa. Mientras que el primero sale al mercado con un promedio de entre 14 y 40 copias, los proyectos de las grandes compañías norteamericanas tienen entre 90 y 180 copias. No importa lo bien que le vaya a una película nacional, para una distribuidora es mejor negocio golpear con el martillo de Thor.

El conflicto volvió a azuzarse después de que Antonio Dorado se haya quejado públicamente del trato recibido por parte de Cine Colombia. A pesar de que su última película, Amores peligrosos fue vista por 30 mil espectadores en la primera semana de su estreno, una cifra para nada desdeñable teniendo en cuenta las condiciones de exhibición,  Cine Colombia ha decidido  dejar tan solo 6 copias de la película en la segunda semana ya que necesitaban más espacio para mostrar los blockbuster que llegan de los Estados Unidos.

De nada sirve que se implemente la ley de cine que ha contribuido a aumentar la cantidad de películas colombianas de 4 títulos entre los años 1997 y 2003, a 22 estrenos en el 2012. Deben implementarse facilidades para publicitar estas películas para hacerlas más competitivas. Es necesario que protejan a nuestros artistas. No es posible que después de un auspicioso debut como director con El Rey, Dorado tenga la oportunidad de dirigir su segundo largometraje casi una década después. Con todo el esfuerzo de la que fue capaz él y su equipo, endeudándose en un lado y en el otro, arriesgando su capital y el de su familia, Antonio logró crear una película que encontró su público pero que por el afán lucrativo de las distribuidores, seducidos por Rush, Capitán Phillips o Gravedad relegaron a un segundo plano el filme del cineasta caleño. En una sola semana es imposible recuperar la inversión.

"Esta situación señala un problema grave que le está negando a la cinematografía colombiana su pretensión de afianzar las bases para construir una industria cinematográfica. Si miramos de manera general, es como poner a competir los productos de los campesinos con productos subsidiados de la industria internacional, solo que en este caso compiten las películas criollas con los grandes nombres del emporio de distribución mundial, que cuentan con grandes presupuestos de publicidad y actores de prestigio”- escribe en un aparte de su carta el director.

El problema no es realizar una ópera prima, el problema real es repetir, intentar construir una obra. Las deudas contraídas en ese primer esfuerzo muchas veces pueden frustrar una carrera. Gabriel Gonzales es un joven director que realizó una maravillosa película llamada Estrella del sur que casi nadie pudo ver porque tan solo se sacaron 14 copias, una tragedia no solo para él sino para los que espectadores que querían verla. Víctor Gaviria no estrena un filme desde el 2005 cuando los distribuidores y la crítica le dieron la espalda injustamente a la impresionante Sumas y restas.

¿Cómo se puede contrarrestar esto?

Para algunos cineastas como Luis Ospina el camino fue renunciar a contar historias que requirieran un numeroso equipo técnico y hacer él mismo todo. Reducir los costos al mínimo para no depender de los caprichos de un distribuidor. De este modo logró hacer Tigre de papel, una de las mejores películas que se han hecho en este país. Lo mismo puede aplicarse para William Vega quien marcó un precedente al estrenar La sirga, su magistral ópera prima, en internet.

Teniendo en cuenta las condiciones de exhibición a las que ha estado expuesta Amores peligrosas difícilmente logrará recuperar lo invertido. Con muy pocas ganas quedará Antonio Dorado de terminar su trilogía sobre el narcotráfico. A lo mejor volverá al documental o se dedicará a dictar conferencias pero se lo pensará dos veces a la hora de  enfrascarse en la desgastante labor de buscar cientos de millones de pesos para realizar una película que divierta a la gente. Ahí si, toca decir como dijo  Luis Ospina después del desastre de taquilla que constituyó  Soplo de vida “Que los divierta su madre”.

Sigue a Las2orillas.co en Google News
-.
0
Nota Ciudadana
Caricatura: Tarifas eléctricas de muerte

Caricatura: Tarifas eléctricas de muerte

Nota Ciudadana
Talento visible: nuevas iniciativas posicionan al Chocó como destino turístico 5 estrellas en el país

Talento visible: nuevas iniciativas posicionan al Chocó como destino turístico 5 estrellas en el país

Los comentarios son realizados por los usuarios del portal y no representan la opinión ni el pensamiento de Las2Orillas.CO
Lo invitamos a leer y a debatir de forma respetuosa.
-
comments powered by Disqus
--Publicidad--