

Para la celebración del bicentenario de Ayacucho, máxima efeméride de nuestra historia independentista, el Ejército Nacional prometió la impresión del álbum de la Independencia pero no hubo recursos. El presidente de la Academia Colombiana de Historia, Armando Martínez Garnica, tampoco manifestó ninguna preocupación y pese a que me ofrecí a ceder sus derechos de reproducción, todo en el país se maneja pensando como si fuera una economía de tendero. Un álbum que podría llegar a todos los colegios, universidades, ponerse en los principales medios de divulgación impresos para ser vendido con la edición dominical, pero solicitan apenas quinientos que luego me llaman para ver si los puedo regalar “para cumplir con una tarea que me pidió mi general de División”; pasar una celebración que merecía más, con un saludo vehemente a la bandera que disimule la falta total de reflexión sobre nuestro pasado histórico. Aves de corto vuelo.
Es por eso, que he decidido hoy obsequiarle el álbum al país, para esta edición de Las2Orillas (se descarga tomando una foto al QR al final de la publicación). Un trabajo que empezó con D. Ricardo Quintero Rivera, en la Fundación Caucana de Patrimonio Intelectual, por allá, en el 2009, cuando rescatábamos las ediciones de las goteras del Panteón de los Próceres de Popayán y de la sala de Raros y Manuscritos de LABLAA, olvidadas por el desinterés de las Academias de Historia; y se hacía un rescate documental e iconográfico con las familias descendientes de los próceres desde sus haciendas y habitáculos familiares.
Aquí también encontrarán el espíritu de una tesis bien recibida por el Dr. Jaime Borja en el doctorado de historia de la Universidad de los Andes, contándole que la mayoría de los héroes de nuestra República tenían raíces judías y que hasta poco antes de 1810, hubo, según los archivos de los Tribunales de la Inquisición de Cartagena y de Lima, confiscación de bienes por sospechas de que “judaizaban” o practicaban el judaísmo. Es decir, dicho terror pudo ser precursor de nuestra gesta libertadora. Habría que probarlo. Y que muchos de estos linajes judíos condenados se camuflaron en apellidos homónimos (como los Hurtado del Águila procedentes de Toledo en Popayán, al poner en sus retratos las armas de los Hurtado de Mendoza, cristianos palentinos); y otros, se renombraban al pasar de ultramar al Nuevo Reino de Granada (como los condenados llerenenses: Palencia Álvarez de Cieza y Cazalla, a “Zapata de Cárdenas” -fundadores de Rionegro y Medellín-; o los Moreno de Ciudad Real, a “Salcedo” en Mariquita, Tolima; o los Gibraleón Alemán casados con Ortiz, a “Ocampo” -abuelos de los Castellanos fundadores de Riohacha-; o los sevillanos Abravanel, a “Sánchez de Sevilla”) para no ser detectados.
Pero el talit judío con sus flecos (“tzitzit”) persiste tratando de rememorar los mandamientos de la Mishná en el poncho huilense y antioqueño; y la matanza del marrano hecha por un judío a plena luz del día que invita a comer a sus vecinos católicos del “animal prohibido de pezuñas partidas” para despistarlos, persiste en las paganas fiestas de San Juan y el Sampedro en el Huila y el Tolima… ¿Los hemos olvidado pese a que “medio país” se nacionaliza en Europa? Creemos que sí.
Por eso presento esta obra, con las raíces judías de los próceres de las Provincias Unidas de la Nueva Granada, con sus escudos de armas y la estrella de David que indican su procedencia.
Y recordarles que aún pueden aprovechar, que España reabre las puertas de FCJE para nacionalizarse; al igual que Portugal espera el fallo definitivo sobre la ley orgánica del 5 de marzo de 2024 (más información: [email protected]).
El costo para quienes quieran el álbum de la Independencia impreso es de $150 mil pesos en su versión pequeña; o de $300 mil pesos en su edición de lujo. Incluye iconografía de los próceres, las mujeres, los indígenas y los afros. También un capítulo especial sobre Ayacucho, otro sobre la música de la Independencia, la prensa y cada uno de sus QR conduce a un libro de época. Los escudos de las familias judías a las cuales pertenecieron están en cada retrato.


