Belalcázar y la Plaza Mayor de Pasto

Belalcázar y la Plaza Mayor de Pasto

“La historia es un chisme bien oído y bien contado”

Por: Isidoro Medina Patiño
marzo 12, 2021
Este es un espacio de expresión libre e independiente que refleja exclusivamente los puntos de vista de los autores y no compromete el pensamiento ni la opinión de Las2orillas.
Belalcázar y la Plaza Mayor de Pasto

Desde una Plaza Mayor se iniciaba la construcción de un nuevo mundo social, económico y cultural en América, denominado ciudad. Eso mismo sucedió en Pasto con el trazado de éste importante lugar que, en su nacimiento, recibió todos los cuidados de las estrictas normas de la Corona de Castilla y el bautismo con su nombre respectivo de Plaza Mayor, para dar inicio a una nueva sociedad basada en las costumbres españolas pero introducidas a la fuerza en una tierra de nativos, dueños de un paraíso terrenal que pronto llamaron la Villaviciosa de Pasto.

Absolutamente nada se podía hacer sin el consentimiento del "adelantado", importantísimo título otorgado por la Corona, cómo el que ostentaba Don Sebastián de Belalcázar, quien luego de muchas batallas se residenció en el marco de la Plaza Mayor de Pasto con su esposa y todos sus hijos, pasando a engrosar la sociedad pastusa en compañía de los descendientes de capitanes y miembros de esa empresa conquistadora, resaltando a la familia de Santa Teresa de Jesús y, entre ellos, al hermano mayor, Don Hernando de Ahumada, todos bajo el gobierno del "adelantado".

Quiero hacer énfasis sobre dos ilustres residentes de la plaza, a quienes logré rescatar de una gran hoguera, donde el fuego avivado por viejos papeles con caracteres paleográficos, alimentaban la combustión de una desvencijada hornilla del campo; allí, desde tiempo atrás, la historia de Pasto en cenizas se convertía. Ahora utilizo estos documentos recuperados para el beneficio de la manipulada historia, donde hasta el Museo Nacional de La Memoria de Colombia, en cabeza de su director, Darío Acevedo, perdió toda credibilidad y entidades como la JEP intervinieron para evitar la edición de algo tan sagrado como la memoria de una nación.

En relación a la idea anterior, fueron los documentos recuperados de la combustión, los referentes a Don Sebastián de Belalcázar y los de Don Melchor Inca de Salazar que, por milagro y destino de la vida, logré obtener, y ahora son estos, sus escritos, los cuales nos sitúan en la vida y acontecimientos de la Iglesia Mayor y su respectiva Plaza Mayor. Documentos que serán publicados próximamente en homenaje a mi tierra adoptiva.

Cabe resaltar que el pastuso, Melchor Inca de Salazar, ilustre hombre de leyes y de guerra, fue el quinto nieto en el tiempo, del Emperador Inca Huayna Capac, de quién genealógicamente descienden tres presidentes de Colombia, uno de España y el actual presidente de Chile Sebastián Piñera, además de un gran número de lúcidas familias antioqueñas, por parte de la hija de Huayna Capac, la princesa Francisca Coya.

 Al respecto de Melchor Inca de Salazar, escribió el insigne maestro Alberto Quijano Guerrero:

En el nombre del ancestro, que  es el padre, y de Huayna-Capac, que es el espíritu,a ti se eleva la mirra de mí primera oración laica,! Oh ignorado Melchor Inca de Salazar! en ti confluyen los caudalosos torrentes aborígenes con todo el ímpetu de su pujanza invencible. La greda de tu carne y la cal de tus huesos jamás tuvieron la mezquindad de los vinos vernáculos que se mezclan con licores extraños. Por eso el barro de tu minúscula estatua es autoctonamente nuestro, en la integridad triunfante de sus atributos telúricos de nuestro señor el inmortal Huayna Cápac desciendes en línea directa y eres de él su quinto nieto. En el realista burgo de Pasto, allá en la noche del coloniaje, tu silueta se perfila apesadumbrada y triste junto a la lumbre atediada del crepúsculo andino. El valle y las montañas de este rincón arisco y huraño copiaron la melancolía de tus antepasados.Y entre los desfiladeros y los páramos arrebujaste los sueños de grandeza del penúltimo de los emperadores.Y el paisaje te comprendió y fue como tú meditabundo y nostálgico.

Desde la aventura descubridora de Colón del 12 de octubre de 1.492, el título jurídico que permitió tan asombrosa hazaña, fue esencialmente el conocido y aplicado en su momento como Capitulación o Contrato de Concesión de la Corona de Castilla de España, que básicamente contenía la ordenación del proceso conquistador a través de estrictas normas jurídicas.

Don Sebastián de Belalcázar, quien fue cofundador junto a Nicolas de Federmann y Gonzalo Jimenez de Quesada de la fundación de Bogotá, diseñó y ordenó territorialmente esa ciudad, con la experiencia de Quito, Pasto, Popayán y un gran número de poblaciones, como lo define el historiador Eduardo Posada “No solo era un soldado audaz que derribaba con su brazo atleta las nacionalidades indígenas, sino un hábil organizador que fundaba nuevos pueblos sobre los escombros de las tribus caídas”. Belalcázar, usó las cartillas que contenían las Capitulaciones entregadas a los “Adelantados” al pie de la letra, las cuales fueron el instrumento legal, para tomar posesión de las tierras descubiertas para la Corona, siguiendo cuatro requisitos obligatorios, para cumplir estrictamente el ordenamiento del Derecho Indiano y así se encuentra muy bien ilustrado por el eminente historiador de Pasto, el doctor Emiliano Díaz Del Castillo, en su libro Belalcazar Cofundador de Santafé de Bogotá, quien investigó y escribió así: 

La fuerza de la costumbre ha hecho ley y por ello se celebra el 6 de cada agosto el aniversario de la fundación de Santa Fe de Bogotá no correspondiendo a la estricta verdad histórica. El 6 de agosto podría conmemorarse la ocupación de la sabana de Bogotá Y acaso la de las primeras viviendas construidas para españoles y la primera aunque muy modesta capilla, pero la fundación de la ciudad fue algo muy diferente y se efectuó con solemnidad y requisitos legales necesarios el 9 de abril de 1539. Esa es la estricta verdad histórica.

También la fuerza de la costumbre ha hecho perdurar una injusticia: desconocer,al menos callar, la muy importante participación del Capitán Don Sebastián de Belalcázar en la fundación de la capital de Colombia. Don Sebastián fue en estricta justicia, no puede desconocerse, su cofundador. Recuérdese que Jiménez de Quesada había decidido hacer la Fundación de esa villa a su regreso de España y fue Belalcázar con sus razones y ejemplo que lo convenció de hacerlo antes de viajar a la península.

Fue tan importante la contribución de Belalcazar en la fundación de Santa Fe de Bogotá, y en el bienestar de las tropas del licenciado y de Federmán, que de ello quedó constancia en la carta que don Francisco de Belalcázar escribió al rey para reivindicar la memoria de su padre. En  ese documento consta que don Sebastián sus capitanes y soldados e indios de servicio habían avanzado por el Valle del Magdalena hasta cerca de la sabana y que entonces Belalcazar…

... Subió y descubrió un valle muy bueno y descendió abajo y andando por él tuvo noticia como allí estaban españoles y aderezo una escuadra de caballos y los envió a descubrir, y eran el licenciado Ximénez Teniente de Adelantado de Canaria Gobernador de Santa Marta,que hacía dos años que había entrado y como hombres que no sabían descubrir ni poblar, se estaban de asiento en aquel Valle, que ahora dicen Santa Fe, y avestidos de la ropa de algodón y los caballos mancos por no tener herraduras,y las uñas tan luengas que las cuartillas traían por el suelo,y no habían hecho pueblo ni cosa de hombres,y compraron de los que iban con el dicho adelantado Belalcázar las ballestas a doscientos pesos ;una lanza,doscientos pesos; una erfradura treinta pesos; un pliego de papel, veinticinco pesos y así otras cosas.y el dicho adelantado los proveyó de ganado que él traía y les hizo hacer pueblos y repartir la tierra y las demás cosas de buena gobernación. y dende a pocos días llegó allí Federmán, Gobernador de Venezuela, que venía perdido con harta gente y también el dicho adelantado Belalcázar lo remedió. (15) (Boletín de la Academia Nacional de Historia del Ecuador)

De manera que Don Sebastián de Belalcázar trajo a la sabana de Bogotá los primeros ganados, muy importante contribución para el desarrollo económico de la región.

Que Belalcázar arribó a la sabana en condiciones de bienestar muy superiores a las de Jiménez de Quesada y Federmán, es indudable. De ello hay constancia en cronistas e historiadores y fue posible porque Don Sebastián, experimentado conquistador, preparó en Quito debidamente sus expedición y salió de allá con gran acopio de soldados, indios de servicio, ganados vacunos, cerdos, etcétera. Por otra parte debemos recordar que el capitán Francisco de Belalcázar fue testigo presencial de los hechos que narra porque acompañó a su padre y con él fue entonces hasta España.

Sobre el descubrimiento de la sabana, sus tierras aledañas y la fundación de Santa Fe de Bogotá, bien está transcribir las palabras del doctor Germán Arciniegas, presidente de la Academia Colombiana de Historia porque sintetizan esos acontecimientos históricos:

(...) Los vínculos que unen a todos los extremos de la República, en el caso de la ciudad de Pasto son muy particulares. Prácticamente nosotros nos apoyamos, la misma ciudad de Bogotá, en un triángulo de conquistadores: El uno sale de Santa Marta, el otro sale de Coro (Venezuela) y el otro sale de Pasto, para venir a culminar en lo que hoy es la capital de la República. (sesión de posesión como miembro de La Academia Colombiana de Historia, del autor del autor de este libro).

Aquí, quiero resaltar que Belalcazar, primero fundó Pasto y lo abasteció de cerdos, aves de corral, caballos, ganados de arar y ganados de carne que hoy tanto, promociona la  Federación Nacional de Ganaderos (Fedegán).

 Orden a seguir en las fundaciones

1. Proceso de descubrimiento

El adelantado enviaba una comisión al mando de un capitán, para descubrir y explorar el posible sitio de la próxima operación conquistadora.

2. Proceso de pacificación

En nuestro caso, el adelantado, Don Sebastián de Belalcázar, envió a Pasto a un Capitán para Pacificar la provincia recién descubierta, para lo cual se enviaba al militar más atrevido para cumplir su misión “pacificadora”, por las buenas o las malas, con abusos y genocidios para someter a la provincia. Así se iniciaron desde Pasto, las masacres y desmovilizaciones, todavía muy vigentes en nuestra Patria.

3. Proceso de poblamiento

En las capitulaciones o contratos de explotación de tierras que la Corona otorgaba a los adelantados, este proceso de poblamiento, era el de más importancia y el acto de total trascendencia. Allí la Corona adaptando el Derecho Romano y el Derecho Castellano, crearon el concepto de "leyes de Indias" o "derecho especial de Indias". Una vez perfectamente adaptado, les fue entregado a los Adelantados, con el acompañamiento de las leyes católicas, dando paso a los fundamentos del Derecho Indiano.

El proceso de poblamiento garantizó y contabilizó el arrasamiento de tierras, convirtiéndolas en tierras Realengas, las que antes eran tierras indianas y ahora de propiedad de la Corona de Castilla siendo el Capitán Pedro de Puelles, el “poblador” de Pasto, por orden del “adelantado”.

Además, el proceso de poblamiento se convirtió en el título formal para el establecimiento de la Monarquía Española, sobre las recientes Provincias descubiertas y "pacificadas", título fundamental para demarcar las gobernaciones asignadas en los contratos de Concesión.

Fueron muchas las demandas y procesos en las respectivas posesiones que al momento la Corona aclaró y sentenció así: "Unas tierras podrán haber sido descubiertas, o pacificadas por adelantados o exploradores, pero mientras no las poblaren según el proceso, no formarán parte de la gobernación de la provincia a la cual sirven. Si luego, otro adelantado, bajo el mando del gobernador de otra provincia poblada primero, el territorio se consideraba cómo perteneciente a esta última."

Para más claridad, leamos estas advertencias de las Ordenanzas del Bosque de Segovia en agosto 13 de 1573 recopiladas por el arquitecto de Pasto, Jaime Santacruz, con énfasis en el proceso de fundación.

4. Proceso de fundación

Desafortunadamente, la pérdida de los primeros libros del Cabildo de Pasto, dejaron huérfana la fundación de esta tierra y al vaivén de conceptos o "chismes" llenos de odios políticos y religiosos.

También la pérdida de archivos y documentación importante de todos los hechos sucedidos, han hecho que la fundación de Pasto, se encuentre diseminada en conceptos muchas veces sin asidero formal alguno.

Pero si es cierto que muchos archivos se incendiaron con fines políticos durante todas las guerras de Pasto, siendo la más atroz la del Mariscal Sucre durante su invasión y la furia de Bolívar cuando desde Bolivia le escribió a Santander el 21 de octubre de 1825:

Los pastusos deben ser aniquilados, y sus mujeres e hijos transportados a otra parte, dando aquel país a una colonia militar.De otro modo Colombia se acordará de los pastusos cuando haya el menor alboroto o embarazo, aun  cuando sea de aquí a cien años, porque jamás se olvidarán de nuestros estragos…

Pasto lo perdió todo, su historia, sus archivos por órdenes superiores. Los papeles de tanta importancia fueron desperdigados por la ciudad, quemados, y otros utilizados en las escaramuzas militares para tacar las escopetas y aquí cabe la anécdota que viví personalmente al tener que usar el baño letrina de una casa antigua y desvencijada por el tiempo.

En aquel sanitario pude observar una bolsa negra, llena de hojas de papel escrito en paleografía, que utilizaban a manera de  papel higiénico. Anonadado por tal descubrimiento, logré convencer a sus dueños de que me permitieran el intercambio de ese cartapacio de  viejos papeles, por una gran paca de blanco papel higiénico.

Al volver al “histórico” sanitario, no pude contener mis náuseas, pero haciendo un gran esfuerzo estomacal, me quité una media de mis pies y con ella haciendo las veces de guante, cogí todos los documentos ya utilizados en la letrina. Emocionado no encontraba la hora de llegar a revisar mí hallazgo documental en tan inusitado sitio. Revisando uno de esos usados papeles, con gran sorpresa, me encontré con que era una carta de 1551, firmada por el adelantado Don Sebastián de Belalcázar.

Cómo ya hice referencia a la pérdida de los invaluables primeros libros y documentos del Cabildo de Pasto, obligatoriamente hay que acudir a consultar El libro verde de los cabildos de Quito, obra inconmensurable, digna de tener en cuenta por su contenido histórico; además, una diáfana fuente de investigación y apoyo para entender la historia de Pasto, desde el concepto jurídico de tiempo, lugar y modo.

Tiempo: Aparece la siguiente fecha de 26 de marzo de 1537, muy importante para entender que siguiendo la cartilla del “Adelantado”, en este caso Don Sebastián de Belalcázar, se llevará a cabo una misión.

Lugar: La Villaviciosa de la concepción (uno de los primeros nombres de Pasto) que según el escribano Cristóbal Rodríguez, certifica que viaja con el Capitán Pedro de Puelles, al otro lado del río de los Quillacingas (hoy río Guaytara) al norte de Quito para poblar esa provincia. Este documento del Libro Verde no deja ninguna duda del poblador de la hoy Ciudad de Pasto.

El nombre de la Villaviciosa de la concepción de Pasto, está ligado con el fértil Valle de la Comunidad Autónoma de la Villaviciosa de Asturias en España, conocida como un milagro de la naturaleza y un paraíso natural, así lo comparó el Capitán Pedro de Puelles con este frío valle recién “Poblado” y que le recordaba su tierra de nacimiento.

Modo: Ahora me adentro en los conceptos e ideas de los arquitectos Marco Vitruvio y León Alberti, a quienes la Corona de Castilla invocó y formalizó por el Consejo en instrucciones de Poblamiento y que se estableció para los “adelantados” a partir de 1513, por el Consejo Supremo de la Corona de Castilla, columna vertebral de la Monarquía Hispánica, siendo la segunda dignidad del reinado, tras el rey, donde un grupo de doce eminencias de los más ponderados juristas ocupaban asiento para doctrinar sobre los poblamientos y fundaciones de provincias como Pasto. 

Hasta aquí hemos seguido las condiciones esenciales de carácter obligatorio para la conquista y fundación de una ciudad como Pasto. Su imcumplimiento podía acarrear la pena de muerte.

La Plaza Mayor de Pasto

Para desarrollar el tema de la Plaza Mayor de Pasto acudí a los fundamentos del Derecho Indiano, cómo fuente primaria: ley, jurisprudencia, doctrina y realidad social, esta última la más importante y compleja que busca separar y unir hechos que, una vez analizados, producen conceptos valiosos para corregir la historia de una ciudad.

Dentro de este marco conceptual llegamos al tiempo, modo y lugar del acto fundacional, que rigurosamente se procedía buscando el sitio ideal, que no podía ser cualquiera, para ello debía estar cerca de un río en la parte alta (río Mijitayo) y otro río en la parte baja, en nuestro caso, el actual río Pasto.

El terreno para la futura ciudad se dividía en calles de norte a sur, manzanas, bloques o ínsulas que, divididas por cuatro, adquirían el nombre de solares y estaban destinados a permitir la edificación de viviendas dentro de un estricto ordenamiento de la planeación, siguiendo los antecedentes de Vitruvio y Alberti con elementos de estrategia militar y fines de defensa.

Las condiciones de salubridad eran científicamente estudiadas por los expertos médicos especializados en autopsias, ciencia aceptada forzadamente por la religión católica pero muy usada en aquellas épocas y la cual consistía en extraer los hígados de animales, como liebres, conejos y venados de la región; también, uno que otro hígado de algún humano en estado de embriaguez para lograr conformar el mapa conceptual de la salud tan importante y poder enfrentar las temibles pandemias, poniendo cuidado en las corrientes de aire como lo veremos aquí.

La cartilla de poblar

El adelantado Don Sebastián de Belalcázar, hombre recio y estricto en el cumplimiento del ordenamiento y de las leyes, y después de poblar y fundar Quito, ordenó el Poblamiento de Pasto con todo lo contenido en la cartilla de Poblar de su responsabilidad por ser el “adelantado” y que se puede leer en las Ordenanzas del Bosque de Segovia de 1573.

La Plaza Mayor era donde se iniciaba el ordenamiento, trazado y construcción de la ciudad. Si se hacía de forma rectangular era especial para fiestas ecuestres, tan populares en Roma como las define Vitruvio. También podían ser cuadradas como las manzanas y en nuestro caso la Plaza Mayor de Pasto de 90 X 90 mts, donde se tuvo en cuenta las enseñanzas de Vitruvio y Alberti convertidas en órdenes para “adelantados”, en lo relacionado con el manejo de los vientos con motivo de algún masivo evento de fiestas o pandemias.

Vitruvio y Alberti enfatizan en lo que ellos definen como "pasajes o canales de viento" y el Poblador de Pasto así lo cumplió; un Pasaje hoy llamado Corazón de Jesús, y otro en la manzana diagonal entre calles 24 y 25 al lado del actual Banco de Bogotá, dónde ahora y con el tiempo se corrió y se redujo en una tira de terreno de uso público, pero quedando las enseñanzas de Alberti quién siempre pensó y tuvo en cuenta la respiración de una multitud en una gran plaza como la de Pasto como escribió al respecto:

En consecuencia, deben tenerse cuidadosamente en cuenta estos inconvenientes, con el fin de no caer, como ha sucedido en muchas ciudades, en las cuales los edificios son bellos y magníficos, pero dispuestos de forma poco prudente; ya que en estas ciudades, el viento del mediodía (sur) genera fiebres, el que sopla entre el poniente y el septentrión (norte) hace toser, y el del septentrión, que cura males, es tan frío, que es imposible quedarse en las calles cuando sopla…

Alberti, fue un sabio en el manejo de los vientos en las plazas  y hoy lo vivimos y sentimos con la sabiduría de nuestro pueblo, que bautizó a la esquina de San Juan como "puerto resfriado" allí al pasar una gran corriente de aire contaminado lo pone al borde de la enfermedad pulmonar.

Este sabio también dejó reguladas las plazas menores, de acuerdo al crecimiento de la ciudad, para descongestionar las plazas mayores y así se encuentran en el Ordenamiento con la trama urbana de la ciudad, a cada cierta distancia, donde se podían edificar los templos de la Iglesia Mayor o Catedral, designados como parroquias y monasterios.

Dentro de las reglas de la cartilla del “adelantado" y en este caso la Iglesia Mayor, hoy iglesia de San Juan, se le dió estricto cumplimiento a las Ordenanzas, el cual dice al pie de la letra:

"Para la Iglesia Mayor, Parroquia o Monasterio, después de que se señalasen calles y Plazas, se les debía asignar inmediatamente solares, antes que a nadie, debiendo dejarse para ellos solos toda una cuadra,"Ysla entera" para que ningún otro edificio los estorbase, sino tan solo los propios para sus comodidades y ornatos (artículo 119)”. Por esa ordenanza de estricto cumplimiento la Iglesia Mayor o de San Juan con el Poblamiento ocupó la manzana completa que comprendía los cuatro solares, hoy sería desde la calle 18 a la 19 y las carreras 25 y 26, y de por medio el Pasaje de los vientos de Alberti en nuestros días Pasaje del Corazón de Jesús.

La historia de Pasto como nación española está almacenada y desperdigada en su Plaza Mayor. Fue testigo de grandes luchas militares como la del Virrey Sámano y el paredón de muerte de importantes hombres de guerra, como sucedió con el militar y político, Joaquín de Caycedo y Cuero, presidente de la Junta de Gobierno de Santiago de Cali en enero de 1813. Sitio de grandes contiendas con participación de hombres importantes, como lo fue Antonio Nariño, donde según el historiador Donaldo Velasco, Nariño estuvo apresado en la casona esquinera diagonal al templo de San Juan, (actual Librería Shirakaba Centro Cultural) y desde un balcón de la casona, pronunció su famoso discurso de presentación hacia los furiosos pastusos, que reunidos en la Plaza Mayor, pedían su cabeza. La Plaza Mayor de Pasto, sitio donde estuvieron grandes militares que más tarde serían presidentes de Colombia, como Tomás Cipriano de Mosquera, José María Obando, José Hilario López, Pedro Alcantara, Simón Bolívar y Rafael Reyes.  También testigo de "personajes" torpes e ignorantes de la historia, que han destrozado cultural y arquitectónicamente la ciudad, con la creación del Plan de Ordenamiento Territorial (POT) que han utilizado para reemplazar innecesariamente las enseñanzas de los arquitectos, Vitruvio y Alberti en cuestión de vientos y corrientes de aire, tan bien documentadas en las Ordenanzas del Bosque de Segovia de 1573 y de tanta necesidad en estos momentos de la pandemia del COVID-19, donde las corrientes naturales de aire han sido una de las armas fundamentales para contrarrestar dicho virus.

En fin, tanto se destruyó nuestro pasado que hasta el nombre nos prohibieron usar, y así quedó escrito en ley respectiva de el 6 de agosto de 1904, firmada por el presidente José Manuel Marroquín, el último día de su gobierno, donde contiene dos artículos, el nombre “Nariño” y su capital, “Pasto”, y contrariando al obispo Ezequiel Moreno quien imploraba el nombre de departamento de “La Inmaculada”, que después de tantas idas y venidas, de la importancia militar e histórica de estas tierras, de haber tenido aproximadamente 600.000 km de territorio (hoy solo tenemos 34.000 km) casi la mitad del territorio de Colombia y nuestra Plaza Mayor, cuna del pasado, se obligó por ley, a denominar, Parque de Nariño, con una estatua en el centro, que al principio tuvo que ser custodiada por la policía, para evitar su derrocamiento, debido a que continuamente grupos de ciudadanos a caballo enlazaban aquel busto, para derribarlo, por ser un intruso ofensivo para la historia de Pasto, y convirtiéndonos en los pioneros del inconformismo y la rebelión hacia los símbolos históricos impuestos por ley, tan de moda en el mundo.

Qué bueno sería apoyar a los defensores del patrimonio arquitectónico de Pasto, entre ellos al arquitecto Armando Ponce Muriel, un verdadero apóstol del Centro histórico de Pasto, quien diariamente recorre sus calles para ver el desastre de la arquitectura Colonial y Republicana de una ciudad y Plaza Mayor.

Por último, el proyecto de La Plaza Mayor de Madrid en España fue obra del Rey Felipe lll de España y Portugal, después de una corrida de toros con "cañas y tapas", en la llamada Plaza del Arrabal, donde le pareció muy pequeño el espacio arrancado a la Laguna de Luján, sitio preferido por su padre el Rey Felipe ll, para cazar patos. En ese sitio, ordenó a sus arquitectos Juan de Herrera y Juan Gómez de Mora, fanáticos admiradores de Vitruvio y Alberti, las biblias de la arquitectura moderna de aquellas épocas, que tanto pusieron en práctica por la Corona Española, como así sucedió en la Villaviciosa de Pasto cumpliendo las órdenes el "Adelantado" sin salirse un centímetro de las órdenes reales.

Resalto esta referencia de la Plaza Mayor de Madrid por la importancia vital para recuperar la memoria histórica, de sucesos ocurridos desde el siglo XVI, en sus aspectos históricos, urbanísticos, ambientales y religiosos, y avalados por entidades oficiales expertas. Si así lo logramos, la Plaza Mayor de Pasto se podrá convertir en uno de los espacios al aire libre de 24 horas, más atractivos para actividades culturales tales como, el teatro abierto, el cine, la música, la gastronomía “las tapas y cañas de Madrid”, actividades turísticas con degustación y mercadeo del café más exquisito del mundo, como lo es, el del norte de Nariño y con el ingrediente de tantas y fascinantes historias sucedidas en nuestra Plaza Mayor.

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