Con supuestos negocios de compra y venta de acciones a través de la Bolsa de Valores, promovidos por una página web, el nariñense Andersson Santiago Tovar Montenegro ofrecía utilidades de hasta 300 % por el dinero invertido, pero todo resultó ser la fachada de un fraude que dejó a 230 personas sin dinero. El superintendente Financiero, César Ferrari, escuchó denuncias y le puso la lupa a esa actividad.
“¿Cuántica Digital está autorizada para captar dinero?” “(…) quisiera poner ante ustedes una posible modalidad de estafa por medio de una empresa que se hace llamar Cuántica y está captando dinero ofreciendo rentabilidad de 300 % del capital en tan solo 9 meses”, es lo que algunos querían saber y fueron algunas de las preguntas hechas por los ciudadanos a la Superfinanciera que inició la respectiva investigación.
La página web de Cuántica Digital
Andersson Santiago Tovar Montenegro figuraba como representante legal de la organización Cuántica Digital y el negocio funcionaba mediante una página web llamada cuántica que les ofrecía a los potenciales clientes un servicio financiero de compra y venta de acciones mediante una de las plataformas de Cuántica Digital: Dracma, página web hoy deshabilitada.
El negocio, que se hacía a través de la página Cuántica, daba la posibilidad de hacer transacciones de alta frecuencia en la Bolsa de Valores.

Cuántica Digital también ofrecía criptomonedas, comercio, marketing y operaciones digitales en cadena. Su oferta “más” atractiva era el Plan de Carrera donde el cliente recibía unos beneficios de acuerdo con el monto de dinero invertido.
Cada opción comercial tenía su respectiva aplicación en Internet. El portal Cuántica se mostraba como una herramienta adecuada para desarrollar la economía digital y la cuarta revolución industrial.

La cuota mínima para entrar e invertir en Cuántica era de 100 USD, lo que equivale a 415 mil pesos aproximadamente. La plataforma ofrecía algunos beneficios extra como no requerir de conocimientos previos ni tener respaldo de las operaciones financieras y la posibilidad de elegir libremente los retiros mediante una cuenta bancaria.
Adicionalmente, ofrecía seguridad a los usuarios porque supuestamente estaba bajo la vigilancia de la Australian Securities & Investments Commission (Asic), organización independiente que regula los mercados y el sector financiero de Australia.

Incluso, el representante legal de Cuántica, Andersson Santiago Tovar Montenegro, daba la cara si algún cliente quería hablar en persona con el responsable del negocio. Todo parecía en orden hasta que los funcionarios de la Superfinanciera iniciaron la investigación y detectaron las irregularidades.
La investigación de la Superfinanciera a Cuántica Digital
La Superfinanciera indagó si la Asic respondía por el dinero de los clientes, pero en Australia nadie les dio razón de la página web Dracma y no ejercían vigilancia sobre ella porque no existía ninguna relación con el mercado australiano.
De hecho, el negocio Cuántica Digital estaba registrado en Ipiales, Nariño y no fue esa la única sorpresa. En los documentos de Cámara de Comercio si bien Cuántica Digital aparecía con un amplio portafolio de servicios, el negocio principal era el diseño de páginas web.
Otro elemento que llamó la atención de la Superfinanciera fue la cantidad de dinero recaudado que ascendió al menos a $1.661.082.623 aportado por 230 personas, quienes estaban inconformes por no haber recibido el beneficio prometido.
El beneficio estaría de acuerdo con los llamados Bonos utilizados por el negocio: directo, red y rango. La promesa consistía en un retorno del 100 % de la inversión original más un beneficio del 13 % mensual durante 12 meses.
Los investigadores encontraron que Cuántica Digital alcanzó a pagar $ 612 millones mediante 124 consignaciones hechas desde el 6 de abril de 2022 hasta el 14 de diciembre de 2022. Los incumplimientos empezaron a mediados de noviembre y comienzos de diciembre de 2022 cuando los inversionistas no volvieron a ver un peso. Del 100 % de los clientes, había retrasos con 94,83 %.
La verdad detrás de todo es que Cuántica Digital era una captadora ilegal de dinero, nombre técnico utilizado para las pirámides. Las actividades de “trading de alta frecuencia” era, en la práctica, la reutilización del dinero de los inversionistas nuevos como forma de pago a los usuarios antiguos y la página de Dracma era solo una fachada.

La Superfinanciera ordenó parar el negocio de Cuántica Digital y devolver el dinero a las personas afectadas. Sería un total de $ 1.543.144.344 representados en 291 obligaciones. La empresa cerró las páginas donde se podía acceder al negocio.
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