La Revocatoria boba
Opinión

La Revocatoria boba

Quienes firman la destitución de Peñalosa no tienen ni idea lo que puede pasar si llega un alcalde improvisado por unos meses, y otro que en dos años deberá hacer lo de cuatro

Por:
junio 23, 2017
Este es un espacio de expresión libre e independiente que refleja exclusivamente los puntos de vista de los autores y no compromete el pensamiento ni la opinión de Las2orillas.

No vivo ahora en Bogotá, pero, como a casi todos los colombianos, me toca con frecuencia ir a la capital y no deja de maravillarme la complejidad en que se ha convertido esa gigante a veces inmanejable, donde confluyen todas las regiones y todos los acentos.

Otra más de las megaciudades latinoamericana llenas de inequidades, desorden y contaminación. Al mismo tiempo refugio de cultura, de espacios novedosos, de múltiples expresiones de vida. Uno no acaba de entender cómo allí o en Sao Paulo, Río, Buenos Aires, o Lima, puedan coexistir la extrema pobreza y la extrema riqueza, el hampa y los landronzuelos de semáforos, con la gente trabajadora y buena y la burocracia, en una inercia que no estalla, sino que reverbera como caldera que podría explotar si no tuviera esporádicos escapes de vapor. Porque lo que en estas ciudades se acumula, en especial las que son capitales, es la suma de descontentos, como está sucediendo hoy en la primera ciudad del país.

Nuevamente hay andando un proceso de destitución de su alcalde mayor, esta vez por la vía popular de la revocatoria, propuesta por un número importante de firmas, que sin embargo no tienen ni idea que puede pasar si sale el de turno y llega algo peor, un alcalde improvisado por unos meses y otro que escasamente tendrá dos años para hacer lo que supuestamente debería hacerse en cuatro.

El primer efecto de estos intentos es que se le muestra una tarjeta amarilla al burgomaestre de turno, lo que podría tener un buen resultado para que apresure las obras y enderece los errores cometidos, que en el caso de Peñalosa parecen más de forma que de fondo, con excepción del tema de la Reserva Van der Hammen, en la que obtusamente se enfrentó a los ambientalistas, sin que de ningún lado haya margen de negociación.

 

 Impulsándo  el proceso con vigor, está el petrismo,
que sufrió una persecución y  por esa misma razón debería comprender
el mal que le hacen a la ciudad estas intentonas golpistas

 

Detrás del proceso, o por lo menos impulsándolo con vigor, está el petrismo, que sufrió una persecución que lo tuvo también al filo de la destitución y debería por esa misma razón comprender el mal que le hacen a la ciudad estas intentonas golpistas, donde la “gobernanza”, como se suele decir ahora, se embolata por desactivar la bomba de tiempo que amenaza a la primera autoridad distrital.

El mecanismo de revocatoria, es una de las tantas formas de participación que tenemos garantizada en la Constitución y debería servir para construir una mejor ciudadanía, para impulsar el análisis serio y reflexivo sobre los programas de gobierno, no para dar paso a la vendetta política y a la persecución de los adversarios.

Así estos meses que faltan, que pueden ser solo dos, para convocar a las urnas y preguntarle a la gente si quiere o no que Enrique Peñalosa siga en la alcaldía, podrían utilizarse en un proceso de deliberación para que quienes le reclaman una mejor gestión digan sus razones y quienes lo defienden, controviertan estos argumentos. Una especie de taller ciudadano, que sirva para construir ciudad y no para destruir gobiernos.

De lo contrario este proceso hará mucho daño, como le hicieron los meses de interinidad que vivió  la era Petro, donde todo se detuvo y la ciudad fue la que perdió. Esta vez, con la complacencia de Petro y Hollman Morris, se está repitiendo el libreto perjudicando a la ciudad que dicen querer.

Me parece una patria boba, eso que está sucediendo en la capital. Miles de millones se gastarán y hasta puede ser posible que se logre sacar a Peñalosa, pero no se logrará mejorar a la ciudad. El disgusto expresado en las encuestas contra el alcalde facilitará el camino, aunque no servirá para encontrarle una salida a las profundas tensiones que se están generando y que harán cada vez menos gobernable a Bogotá, porque quien llegue de seguro aprenderá que para quedarse lo que hay es que complacer a la galería, como hacen los malos toreros que se la pasan de adorno en adorno para no enfrentar al animal.

www.margaritalondono.com

http://blogs.elespectador.com/sisifus

 

Sigue a Las2orillas.co en Google News
-.
0
Que tiemble Sebastián II

Que tiemble Sebastián II

La verdad de las Farc

La verdad de las Farc

Los comentarios son realizados por los usuarios del portal y no representan la opinión ni el pensamiento de Las2Orillas.CO
Lo invitamos a leer y a debatir de forma respetuosa.
-
comments powered by Disqus
--Publicidad--