Después de 139 años de las luchas obreras de los hoy inmortales Mártires de Chicago por una jornada de 8 horas, se conmemora en su nombre un nuevo 1° de Mayo, como el día internacional de la clase trabajadora.
Los trabajadores de todo el planeta pasarán revista de su actual situación y de nuevo alzarán su bandera por construir otro mundo posible, en paz, con justicia ambiental y social.
Con mucha mayor razón en este período, ante los desafíos de la guerra comercial desatada con la imposición de aranceles de Donald Trump y la implementación de una política de extrema derecha para intentar establecer la geopolítica de recuperar la hegemonía mundial.
Los pueblos y naciones deberán estrechar sus relaciones ante tan siniestros propósitos.
Por eso el presidente Gustavo Petro, como presidente pro tempore del Celac (Comunidad de estados latinoamericana y del caribe), adelanta ya acciones encaminadas a buscar la unidad de dicha comunidad frente a las arbitrariedades de Trump en la negación del cambio climático, la abusiva política migratoria, el expansionismo frente al Canal de Panamá e insistir en una fracasado política antidrogas de solo prohibición y persecución.
Frente a la reunión a mediados de mayo que se realizará del Celac con El gobierno de China, ya los arrodillados dirigentes empresariales de la Andi han salido a decir de que no debería el presidente Petro acudir, puesto que eso puede enfurecer los designios de Washington, trayendo posibles nuevos aranceles para el país. Esa es la visión mezquina de alguien que solo aspira a congraciarse con quien lo sojuzga.
Por el contrario, hay que hacerle ver al déspota, de que hay otras opciones, más convenientes y provechosas para las relaciones económicas y políticas de las que desafortunadamente siempre nos han impuesto. Pero eso solo se entiende si se piensa en el país y en la mayoría de sus ciudadanos y no en un puñado de oligarcas que han pelechado bajo el alar imperial de EE. UU.
Ya en nuestro contexto nacional y dado el bloqueo institucional del Senado de la República frente a las reformas sociales del cambio y en particular el hundimiento de la progresiva reforma laboral que recuperaba derechos para los trabajadores/as, el gobierno presenta una consulta popular, que es parte de nuestro ordenamiento constitucional y legal, para que el pueblo sea consultado sobre dicha reforma mediante 10 o 12 preguntas y así desentrabar dicho bloqueo.
Múltiples y variadas organizaciones sociales, sindicales y políticas le han dicho Sí a impulsar y participar de la mencionada consulta popular y ya están organizando amplísimos comités de impulso, a lo largo y ancho de la geografía nacional, por lo demás con mucho entusiasmo y en el entendido de se está frente a un pulso político por esas reformas del cambio y en la oportunidad de que frente a las negativas oligárquicas, el pueblo logre sus derechos.
La consulta popular para que logre su propósito de recuperar derechos laborales, debe superar dos obstáculos
El primero, lograr que el Senado apruebe su realización. Una vez la presente el gobierno, que será en esta semana, el Senado tiene un mes para aprobarla con una mayoría de 55 votos de los 107 senadores que la componen.
Por lo pronto se sabe de que el Centro Democrático y su jefe Uribe Vélez buscarán atravesarse haciendo alianzas. El Partido Conservador se ha expresado en igual sentido y así mismo el jefe del liberalismo César Gaviria, que acudiendo a la maniobra oportunista de presentar una minirreforma laboral de solo dos artículos de los 90 que contenía y que con votos liberales hundieron, pretenden señalar la inconveniencia de la consulta popular.
Por el contrato Cambio Radical y sus jefes más connotados Germán Vargas Lleras y el fiscal de bolsillo del uribismo y del escándalo de corrupción de Odebrecht Néstor Humberto Martínez, han anunciado por consideraciones jurídicas y políticas, de respaldar la iniciativa en el Senado para posteriormente poder derrotar de manera contundente el gobierno del presidente Petro, ya directamente en la consulta con la decisión estratégica de llamar a la abstención, de tal manera que no se pueda obtener el umbral de un tercio del censo electoral en la consulta, que equivaldría a más de 13,6 millones de votantes válidos.
Es decir, si a los sectores que respaldan al gobierno se suman estos sectores oligárquicos y otros independientes, se prevé un desenlace de aprobación por un margen muy apretado. Un voto finish.
De lograrse esta aprobación, la consulta popular, que se haría en los tres meses siguientes, será una abierta confrontación política, que para obtener un resultado favorable, deberá cumplir dos requisitos.
Primero, el ya señado de un umbral mínimo de participación y el segundo dentro de esos votos que superen el umbral, el 50 % más un voto, por el Sí. En términos de ejemplo, si votarán 14 millones, por el Sí debería haber más de 7 millones.
Tarea nada fácil pero no imposible, más si se acepta que hay un gran ánimo popular por ella.
Ello se refleja en múltiples encuestas realizadas, descontadas especialmente las cuestionadas que hacen la oposición, pero especialmente en las expresiones callejeras que ha habido, en particular la del 18 de marzo, día en que 8 senadores oligárquicos hundieron la reforma laboral en la comisión 7 del senado, pero que el pueblo rechazaba y a renglón seguido clamaba por la consulta popular.
He aquí entonces, la importancia de una amplísima movilización social, sindical y popular el di 1° de Mayo. Sería la expresión política, para exigir que el senado diga Sí, aprobando con 55 votos la consulta y desde ya, anunciar la más amplia campaña política por el Sí en la consulta popular y lograr así la recuperación de derechos laborales, derechos por los cuales son inmortales los Mártires de Chicago.
Posdata: en Bogotá el 1° de Mayo, la marcha saldrá a las 9 am del Parque Nacional hasta la Plaza de Bolívar donde leeremos una proclama del movimiento social y popular y escucharemos al presidente Gustavo Petro.
1° de Mayo: un Sí a la consulta popular
Múltiples y variadas organizaciones sociales, sindicales y políticas ya le han dicho Sí a impulsar y participar en la consulta popular
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