Con buldócer y gases lacrimógenos llegó el Esmad a la franja media de la Sierra Nevada de Santa Marta. Llegaban enviados por Juan Francisco Villazón, alcalde de Pueblo Bello, César. Tenían que desalojar Tikumukin, un pueblo sagrado de los arhuacos, que fue otorgado por el Incora hace décadas, sin reconocer que era un territorio ancestral de los indígenas.
Para subir más arriba de la mitad de la Sierra Nevada de Santa Marta hay que tener permiso de algunos de las cuatro comunidades indígenas: kogui, ikas, wiwa y arhuacos. La Sierra está controlada, para los turistas, por ellos, pero hay 348 títulos mineros sin explotar que están significando el desplazamiento de los indígenas.
Hace más de diez años que el terreno fue entregado de manera irregular, y este año los indígenas decidieron retomar su terreno. Ante la negativa de devolverles la tierra, el 12 de marzo las 180 familias retornaron y poblaron Tikumukin.
La victoria les duró solo 19 días. El 31 de marzo el Esmad entró y los obligó a desplazarse y abandonar de nuevo sus tierras. Las 180 familias tuvieron que desplazarse, y unas semanas después, regresaron al pueblo. Pero el 4 julio atacó nuevamente el Esmad, y para evitar que se convirtiera en un juego de poder, llegaron con buldóceres. Las malokas las fueron tumbando una a una, y arrasaron con los cultivos y las huertas.
Video ContagioRadio
En la diligencia no hubo presencia ni de la Defensoría del Pueblo, ni de ningún estamento más del gobierno. No le importó a la policía que el Ministerio de Interior se había pronunciado después del primer desalojo diciendo que el Alcalde de Pueblo Bello, Juan Francisco Villazón Tafur, no tenía la potestad de ordenar el desalojo. Desde ese día las 180 familias no tienen donde vivir. El mamo Arwavikungumu, líder de la comunidad, decidió protestar, y se llevó a toda la gente para la plaza central de Pueblo Bello, la cabecera municipal más cercana.
Pero tienen los días contados. Ya les hicieron saber que tampoco se permitirá que vivan en la plaza central del pueblo indefinidamente. El mamo Arwavikungumu no piensa moverse hasta que le solucionen el problema de su terreno, pero de la alcaldía les dicen que la tierra no es de ellos. Por ahora el Esmad sigue rondando a las familias que protestan en la plaza, y el tercer desalojo se respira en el aire, sin que el alcalde aparezca. El único que puede detener el atropello es el Minisitro del interior Guillermo Rivera, quien debe hacer cumplir la ley y detener al alcalde Villazón.
El mamo Arwavikungumu se siente traicionado. El alcalde de Pueblo Bello, con 26 años, es el más joven del departamento. Cuando se lanzó por en el 2015, tenía todo el respaldo de los partidos de la Unidad Nacional. En octubre quedó elegido con un proyecto que supuestamente defendía los valores de los arhuacos. Incluso cuando quedó elegido, agradeció a "mis hermanos mayores, los arhuacos". Pero desde que se posesionó, la actitud ha sido otra, al punto de desafiar al Ministerio de Interior para poder desalojar los terrenos que habitan los arhuacos.
