¡Vaya suerte la de dos exministras!
Opinión

¡Vaya suerte la de dos exministras!

A las señoras exministras Álvarez y Parody se les permite todo y se les da un trato distinto al de los demás mortales.

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marzo 07, 2017
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Resulta extravagante, por decir lo menos, que la exministra Cecilia Álvarez utilice su columna de opinión en uno de los periódicos más tradicionales de Colombia para defenderse de los serios cuestionamientos que por estos días la opinión pública le hace a propósito del escándalo de corrupción de Odebrecht y la construcción de la vía Ocaña-Gamarra.

Como es de público conocimiento, durante su gestión como ministra de Transporte se adjudicaron las obras de la mencionada carretera por $900 000 millones de pesos, cuando era un hecho que Gina Parody era su pareja y que su familia, la de Parody, tenía intereses en el puerto cesarense de Gamarra.

Pues bien, en esa columna publicada el domingo pasado Álvarez se refirió en los peores términos al gobierno anterior, es decir, al de Álvaro Uribe, del que ella y su compañera hicieron parte. “Entre el 2002 y el 2010 se realizaron adiciones por $ 8,5 billones, que en los casos más críticos superaban en 4, 6 y 7 veces el valor inicialmente contratado”, indicó la ex ministra sin siquiera ponerse colorada.

 

Se preguntan muchos, cómo se le ocurre hablar sobre adiciones
cuando precisamente a ella se le cuestiona por una de más de USD 302 millones

 

Pero, se preguntan muchos, cómo se le ocurre hablar sobre adiciones cuando precisamente a ella se le cuestiona por una de más de USD 302 millones. Cómo se le ocurre escribir de un asunto sin advertirles a los lectores que ella está enredada con el tema del escandaloso otrosí. Cómo no le advierte a sus lectores que está probado que Odebrecht pagó una mordida de USD 4,6 millones para que fuera otorgado el otrosí por la vía Ocaña-Gamarra. Cómo omite que un millón de dólares fue a parar a la campaña del actual gobierno en las elecciones presidenciales de 2014.

Hay un párrafo en el escrito dominical que me tiene aturdido: “El país debe reflexionar sobre el tipo de institucionalidad que requiere para enfrentar los retos futuros en materia de infraestructura, para definir si queremos volver al tenebroso pasado de entrega a la corrupción, la politiquería, o si continuamos avanzando por un camino de profesionalismo, responsabilidad e idoneidad. Son imputaciones de cargos y reos los que responden por las acciones de otros gobiernos. Son hechos, y miles de kilómetros de carreteras construidos, los que respaldan la gestión y transparencia de este gobierno en materia de transporte”, escribió Álvarez, sin darse cuenta de que mientras más chapalea más se atolla en los misteriosos barrizales de nuestra infraestructura vial.

“Lo nuestro es la verdad”, habían escrito recientemente en un comunicado las exministras Álvarez y Parody.

El otro aspecto llamativo de la historia de Odebrecht y las exministras es la forma como la Fiscalía trata a los presuntos implicados. En un comunicado de prensa expedido el lunes por el ente investigador se indicó: “La Fiscalía ha aperturado (sic) indagación preliminar con ocasión de la denuncia presentada contra las exministras Cecilia ALVAREZ y Gina PARODY, por su eventual interés en la celebración del Otrosí No. 6. Las diligencias correspondientes correrán a cargo de la Unidad de Fiscales Delegados ante la Corte Suprema de Justicia, por su fuero constitucional”. Se trata de la denuncia de varios congresistas del Centro Democrático, encabezada por el senador Ernesto Macías, en contra de Álvarez y Parody.

Repasemos la historia reciente del país: el exministro Andrés Felipe Arias, por ejemplo, fue condenado a más de 17 años de cárcel por el caso Agro Ingreso Seguro no obstante que las autoridades han reconocido que no se embolsilló un peso. Asimismo, casi a diario leemos noticias que dan cuenta de que la Fiscalía les metió el diente a mandatarios regionales por alguna irregularidad en cualquier contrato (aspecto que es plausible cuando la indagación es seria y por ende veraz).

Pero a las señoras exministras se les permite todo y se les da un trato distinto al de los demás mortales. Desde que una de ellas salga a disimular en un periódico, hasta que aleguen que están siendo perseguidas por el expresidente Uribe

Unas preguntas para las señoras exministras: ¿Uribe, que fue su jefe, tuvo algo que ver en el tema de la construcción de la vía Ocaña-Gamarra? ¿Uribe tuvo algo que ver con la mordida que pagó Odebrecht para el otrosí N° 6? ¿Por qué no se han atrevido a conceder una entrevista a la prensa para aclarar los cada vez más graves cuestionamientos que se les hacen?

 

¿Por qué lo que se escucha es que ahora residen
fuera del alcance de las autoridades judiciales locales?

 

Si lo de ustedes es la verdad, como pregonan en sus cuentas de Twitter, contéstennos a los colombianos estos y otros interrogantes lo más pronto posible. Y contéstennos aquí, ¿por qué lo que se escucha es que ahora residen fuera del alcance de las autoridades judiciales locales

P. D. Dejo esta columna de opinión para ocuparme de una nueva responsabilidad dentro del portal Las2Orillas

Agradecimiento infinito a los lectores de ambas orillas que me han hecho el honor de leer y comentar mis puntos de vista.

 

 

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