Después de ocho meses sin un director en propiedad, el Gobierno nombrará a Gloria Arriero López como nueva cabeza de Migración Colombia. Se trata de una comunicadora social con trayectoria en temas ambientales y cercanía con Gustavo Petro, pero sin experiencia en asuntos migratorios, lo que ha generado críticas en medio de los múltiples desafíos que enfrenta la entidad.
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La entidad había quedado acéfala en septiembre del año pasado, cuando renunció Carlos Fernando García Manosalva, quien la dirigió durante los dos primeros años del gobierno Petro. Poco después, García fue designado jefe de la misión diplomática en México. Desde entonces, Migración Colombia ha estado bajo la dirección interina de Martha Hernández Arango. En estos ocho meses, ha debido sortear protestas internas de sus funcionarios y lidiar con el recorte de financiación tras el cierre de cooperación de USAID, impulsado por la administración de Donald Trump. Una crisis silenciosa pero estructural, en una entidad clave para la política exterior y humanitaria del país.
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Tras la salida de García, el Ministerio de Relaciones Exteriores —en ese momento encabezado por Luis Gilberto Murillo— consideró la posibilidad de nombrar a Nigeria Rentería, abogada reconocida por su defensa de comunidades afro y étnicas, y quien había hecho parte del equipo negociador del gobierno Santos en los diálogos con las FARC en La Habana. Su hoja de vida incluso fue publicada en el portal de Aspirantes de la Presidencia, pero su designación nunca se concretó.
Con la llegada de Laura Sarabia a la Cancillería, se impuso una nueva dirección. El nombre elegido fue el de Gloria Arriero López, comunicadora social con especialización en Alto Gobierno, quien ha dedicado buena parte de su carrera a causas ambientales. Sin embargo, su falta de experiencia directa en temas migratorios ha levantado alertas dentro y fuera de la entidad.
Más que por su trayectoria técnica, Arriero llega a Migración Colombia respaldada por su cercanía con el presidente. Durante más de una década ha apoyado abiertamente el proyecto político de Gustavo Petro, algo que reflejan sus redes sociales: fotos con el mandatario, mensajes de respaldo y críticas a figuras de la oposición.
La designación de Arriero plantea interrogantes sobre el rumbo que tomará Migración Colombia en un momento en que el país enfrenta flujos migratorios crecientes, especialmente en la frontera con Venezuela y en el Darién. La nueva directora tendrá que probar que su cercanía con el presidente puede traducirse en liderazgo institucional, sin que la entidad se politice más de lo necesario.
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