En la selva amazónica del Putumayo, en Mocoa, hay un gran yacimiento de cobre que está en la mira de inversionistas en Canadá. Con 636 millones de toneladas estimadas es una pieza estratégica en el portafolio de Cooper Giant Resouces Corp. – hasta el 5 de mayo, Libero Cooper & Gold Corporation- que es la matriz de Libero Cobre S. A. S en Colombia.
La antigua Libero Copper, con sede en Vancouver, mantuvo durante años un perfil de empresa junior enfocada en la exploración de proyectos de cobre y oro en América. Sin embargo, bajo su nueva marca busca posicionarse como un holding con activos diversificados en Colombia, Argentina y Canadá. El proyecto Mocoa, es su principal activo en el país y constituye una de las mayores reservas de cobre y molibdeno conocidas en la región andino-amazónica.
El control de Copper Giant está en manos de un grupo reducido de inversionistas con experiencia en minería, finanzas y mercados de capital. El empresario canadiense Frank Giustra es el mayor accionista individual de la compañía. Según reportes públicos y comunicados de la Bolsa de Toronto (TSXV), Giustra posee aproximadamente 13,1 % del capitalaccionario, participación que ha incrementado gradualmente mediante compras directas y emisiones de acciones.
Giustra fue fundador y principal impulsor de Wheaton River Minerals, una de las empresas precursoras del auge minero canadiense de los años 2000, y ha estado vinculado a múltiples proyectos de minería y energía en América Latina. Tiene acceso a capital internacional, y en Colombia su nombre es reconocido por su presencia en la financiación de proyectos como Pacific Rubiales en los comienzos y Gran Colombia Gold, con el italo-venezolano Serafino Iacono.
Otro accionista relevante es Anglo Asian Mining PLC, una empresa británica que cotiza en la Bolsa de Londres y que ha invertido en Copper Giant con una participación cercana al 19,8 %. Anglo Asian es reconocida por su experiencia en la explotación de metales base y preciosos en Azerbaiyán, donde opera minas de oro, cobre y plata. Su inversión en Libero/Copper Giant responde a una estrategia de diversificación geográfica y de reservas, apostando al potencial de Mocoa como activo de largo plazo.
Anglo Asian, dirigida por el iraní Reza Vaziri, miembro de la diplomacia prerrevolucionaria, es su accionista mayoritario, tiene de segundo en la lista a John Sununu Sununu quien fue gobernador del estado de Nueva Hampshire (EE.UU.) y jefe de gabinete de la Casa Blanca con el presidente George H. W. Bush.
Ian Harris, presidente, CEO y director
En la dirección ejecutiva, el liderazgo está en Ian Harris, ingeniero de minas con más de dos décadas de experiencia en América Latina y exvicepresidente de operaciones de Corriente Resources, la empresa que desarrolló el proyecto cuprífero Mirador en Ecuador, en cooperación con China. Harris se incorporó a Libero en 2021 y actualmente es presidente, CEO y director. Además de su papel gerencial, posee una participación directa cercana al 1,2 % del total de acciones, Ha sido el principal promotor de la estrategia de sostenibilidad y diálogo territorial en el proyecto Mocoa.
El Proyecto Mocoa abarca más de 11 000 hectáreas en el piedemonte amazónico del Putumayo, una zona históricamente marginal en términos de desarrollo industrial. Los estudios iniciales, elaborados por Ingeominas en los años setenta y actualizados por la compañía canadiense, estiman recursos de más de 636 millones de toneladas de mineral, con leyes promedio de 0,33 % de cobre y 0,03 % de molibdeno, lo que equivale a más de 4 millones de toneladas de cobre contenido.
No todo es color de cobre
La promesa de un desarrollo de alto nivel en cobre choca con problemas medioambientales, pare empezar, De hecho está en una de las regiones más ricas en flora y fauna del país, cerca del Parque Nacional Natural Serranía de los Churumbelos Auka-Wasi y de zonas de amortiguamiento de la Amazonía. Se ubica en la cuenca del río Mocoa, una zona clave para el abastecimiento de agua de las comunidades locales y para la agricultura. La catástrofe de los deslizamientoa que dejaron 300 muertos en Mocoa en 2017 sigue en la mente de los detractores del proyecto, que ha sido objeto de denuncias de tala de bosque, además de reclamos de los pueblo indígeneas Inga y los Kamëntsá que dicen no haber sido consultadas como exige la ley colombiana.
Hasta ahora, el proyecto no ha pasado a etapa de explotación, y sigue en revisión ambiental y social. Sin embargo, continúa siendo uno de los casos más sensibles en el debate sobre minería en la Amazonía colombiana.
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