De acuerdo con cifras del DANE, para Colombia las actividades de comercio, hotelería y turismo, transporte, entretenimiento, servicios empresariales y servicios de Tecnologías de la información y la comunicación (sector reciario) representaron entre los años 2000 y 2010, en promedio, el 65,1% del PIB nacional. Para los cuatro principales centros de actividad económica en el país, Bogotá, Antioquia, Valle del Cauca y Atlántico, la participación promedio del sector terciario en la producción agregada fue de 73,78%, 59,45%, 63,07 y 61,41% respectivamente.
Hay que destacar que en los últimos años el subsector de turismo ha mantenido un crecimiento constante en el escenario nacional y es reconocido como uno de los polos de desarrollo para el país en el futuro próximo. Por lo tanto se espera que los gobiernos en todos los niveles fortalezcan su desarrollo, lo que traería una significativa generación de nuevos empleos, debido a su uso intensivo de mano de obra (que dadas las características del sector benefician principalmente al personal menos calificado), incremento del flujo de divisas hacia el país y aumento de la producción nacional derivada de una industria de bajo impacto ambiental.
Estas condiciones hacen del turismo un llamativo foco para la inversión pública, promoviendo además intercambios culturales entre nativos y visitantes, lo que hace de las relaciones humanas un factor determinante del desarrollo, donde la tolerancia, el respeto y la confianza juegan un papel trascendental. Las estimaciones del Ministerio de Comercio, Industria y Turismo indican que para final del 2014 la cifra de visitantes en el país se situará sobre los 4 millones para todo el año, lo que representa un crecimiento que oscila entre 10,5% y 12,5% respecto al 2013.
En general, el panorama del turismo en el país es alentador y diversos sectores del escenario nacional han dispuesto esfuerzos para que este sea un eje central de nuestro desarrollo. A nivel nacional Proexport y el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo han sido los principales responsables de promover el crecimiento de la industria, con políticas que se han concentrado sobre todo en la promoción del país como destino turístico en el extranjero. Por ejemplo, durante la semana pasada, Proexport coordinó una estrategia orientada a los países del sur de Europa, con la visita de empresarios colombianos a Italia y Portugal, quienes participarán en ruedas de negocios y seminarios que les permitan acercarse a sus homólogos en esos países y atraer nuevos flujos de capital y personas hacía el país. Esperemos que con el surgimiento de nuevas relaciones se puedan seguir desarrollando proyectos de gran envergadura en el país, como ha sucedido durante los últimos años con el crecimiento de la inversión extranjera representada en el arribo de cadenas hoteleras de re nombre internacional, entre ellas Holliday Inn, Marriot y JW Marriott, Hyatt, Hilton e Iberostar.
Todo esto se presenta como realidad en un escenario previo al fin del conflicto armado interno en nuestro país; se espera que con la firma del acuerdo de paz de la Habana las potencialidades de nuestro territorio puedan ser más y mejor aprovechadas, debido a la riqueza natural con la que se cuenta representada en bosques, selvas, playas, desiertos, montañas y llanuras, y la riqueza cultural tan propia y característica de cada una de nuestras regiones; estas condiciones harían de Colombia un país único y competitivo en el mercado del turismo mundial.
Entre los principales retos en materia de oferta turística para el país se encuentran el fortalecimiento de la infraestructura humana y física necesaria para atender la demanda por parte de los visitantes, la creación de una marca país que resalte las ventajas comparativas colombianas como sello de identidad ante otros competidores en la región y la consolidación de cadenas productivas entre los diferentes actores de la industria.
El pasivo desde el punto de vista de la promoción del turismo se encuentra en manos de los gobiernos regionales, cuyas iniciativas, salvo contadas excepciones, como Boyacá y Santander, no son visibles ni siquiera en el escenario nacional. Estos departamentos son líderes en materia de inversión publicitaria y la consolidación del turismo de naturaleza como elementos claves en el fortalecimiento del sector.
Para el caso específico de Cali y el Valle del Cauca, consolidar una oferta de servicios turísticos que articule las características naturales del entorno con los rasgos propios de su riqueza cultural (entre ellos la gastronomía, la salsa, las artes escénicas), será sin duda un factor determinante del éxito de esta industria. Actualmente existen algunas iniciativas orientadas a consolidar a la región como centro de prestación de servicios turísticos y culturales. Entre ellas podemos nombrar las herramientas que el Plan de Ordenamiento Territorial aprobado recientemente en Santiago de Cali da a las próximas administraciones para la consolidación de las actividades culturales, de entretenimiento y turísticas, con proyectos para la conformación de clústeres y centralidades asociadas a ellas, iniciativa propuesta por la bancada del Partido Alianza Verde.
A nivel local es la administración municipal quien más queda en deuda en materia de fomento de turismo en Cali. No existe un plan estratégico real como iniciativa de la alcaldía. Los únicos intentos se reducen a lo que puede hacer la Secretaría de Cultura y Turismo de la ciudad, con un presupuesto asignado que significa tan solo el 2,3% del total municipal para la vigencia 2014. Y lo que es aún más grave, entre 157 proyectos aprobados, solo dos contemplaban inversión directa en turismo. El presupuesto destinado a su ejecución fue de 78 millones de pesos durante el presente año, lo que representa un preocupante 0,18% del total destinado a esa dependencia.
Esperamos que el creciente dinamismo del sector presione los esfuerzos gubernamentales por dar solución a las necesidades que todos los actores involucrados en él presentan actualmente. Es seguro que la promoción de alianzas estratégicas entre el sector público y el sector privado generará las condiciones propicias para conformar una plataforma de servicios turísticos competitiva y sólida en nuestro país, generando mejores condiciones para que propios y extraños podamos encontrarnos en un país de una riqueza cultural, natural y social incomparable. Las condiciones están dadas, es una cuestión de voluntad y esfuerzo político poder aprovecharlas. Sin lugar a dudas, el crecimiento de la denominada “industria sin chimeneas” genera oportunidades de crecimiento económico, pero lo más importante, nuevas condiciones para que los colombianos nos insertemos en la dinámica global de regiones modernas, incluyentes y amigables con el medio ambiente.
