Donald Trump presume haber expulsado a más de 600.000 inmigrantes, pero su política ya está pasando factura: empresas y gremios de todo tipo advierten una crisis de mano de obra que golpea sectores esenciales como la agricultura, la construcción, los servicios, la salud y los alimentos.
Organizaciones proinmigrantes recuerdan lo obvio: Estados Unidos es una nación de inmigrantes, y a ellos debe gran parte de su poderío y riqueza. Desde antes de ser un país soberano, los migrantes han sostenido su economía, aportando trabajo, innovación y diversidad cultural.
Una economía que se queda sin manos
Los inmigrantes cubren buena parte de los empleos que los ciudadanos no quieren ocupar. Trabajan en el campo, en hospitales, en obras y en fábricas. Crean empresas, pagan impuestos y sostienen programas sociales. Aun así, el gobierno republicano insiste en endurecer las políticas migratorias.
El Consejo Americano de Inmigración recuerda que desde hace años las redadas del ICE en lugares de trabajo se usan como herramienta de control migratorio. Estas medidas, además de separar familias, profundizan la crisis humanitaria y económica.
El campo, al borde del colapso
Los analistas hablan de la peor escasez de mano de obra agrícola en 20 años. Desde marzo, Estados Unidos ha perdido unos 155.000 trabajadores del campo. Cada año, el sector necesita cubrir 2,4 millones de empleos y el 73% de esa fuerza laboral proviene de inmigrantes de México y Sudamérica.
Aunque el número de visas H-2A para trabajadores agrícolas llegó a 300.000 en 2022, no alcanza para suplir la demanda. Las pérdidas económicas y el desperdicio de alimentos aumentan, especialmente en cultivos que requieren recolección manual.
Construcción y salud, en crisis
El sector de la construcción también enfrenta un panorama crítico. Según Associated Builders and Contractors, Estados Unidos necesitará 439.000 nuevos trabajadores en 2025 solo para sostener los proyectos en curso. Se trata de una crisis de mano de obra en pleno auge del sector.
La salud vive un problema similar. La jubilación de miles de profesionales, el agotamiento tras la pandemia y la falta de nuevos trabajadores han generado un déficit de enfermeras, auxiliares y cuidadores de adultos mayores. Los expertos aseguran que sin inmigración calificada será imposible sostener el sistema sanitario.
Un país que se olvida de su historia
A pesar de las evidencias, Trump insiste en su discurso antiinmigrante. Pero lo cierto es que Estados Unidos creció gracias a quienes hoy persigue. Al expulsar a los trabajadores que lo sostienen, está debilitando los cimientos mismos de su economía.
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